La estandarización de los sistemas de automatización para que los brazos robóticos, los sistemas de visión computarizada y los componentes de conducción autónoma puedan conectarse y usarse permitirá que los desarrolladores de tecnología se centren en la personalización de las máquinas para satisfacer las necesidades únicas de los productores de cultivos especializados de forma más rápida y rentable que intentar diseñar la tecnología robótica de cosecha para cada cultivo desde cero. (Ilustración de TJ Mullinax/Good Fruit Grower)
La estandarización de los sistemas de automatización para que los brazos robóticos, los sistemas de visión computarizada y los componentes de conducción autónoma puedan conectarse y usarse permitirá que los desarrolladores de tecnología se centren en la personalización de las máquinas para satisfacer las necesidades únicas de los productores de cultivos especializados de forma más rápida y rentable que intentar diseñar la tecnología robótica de cosecha para cada cultivo desde cero. (Ilustración de TJ Mullinax/Good Fruit Grower)

Pregunte a casi cualquier productor qué es lo que más desea en materia de tecnología, y la respuesta será la automatización de la cosecha. Sin embargo, casi todos los cultivos especializados se siguen cosechando a mano, a pesar de la proliferación de empresas emergentes de agrotecnología en la última década y de los problemas de disponibilidad y costos crecientes de mano de obra.

Dennis Donohue, director del Centro de Innovación y Tecnología de Western Growers, califica la necesidad de automatizar la cosecha como una carrera contra el reloj en la que el tiempo se agota. Por eso, en febrero, Western Growers y sus colaboradores, entre ellos la Comisión de Investigación de Árboles Frutales del

Estado de Washington y otros grupos de productos básicos, lanzaron una nueva iniciativa para acelerar la automatización de la cosecha.

La Iniciativa Mundial de Automatización de la Cosecha pretende fomentar el desarrollo de bloques funcionales de automatización que puedan adaptarse a las necesidades de los productos básicos —como los brazos robóticos y los sistemas de visión de tipo de conectar y usar (plug and play)— para reducir la necesidad de que cada cultivo especializado empiece desde cero.

La idea surgió de conversaciones con empresas de agrotecnología y miembros de Western Growers sobre los retos a los que se enfrentan en cuanto a la tecnología de cosecha.

“Si estamos excesivamente fragmentados y no podemos resolver el problema de manera individual, ¿cómo les sacamos provecho juntos?” señaló Donohue. Los cultivos especializados son tan, bueno, especializados que puede ser difícil para las empresas de tecnología reconocer los posibles beneficios del desarrollo de tecnología especializada. “No se trata de una cuestión de agrotecnología, sino de un asunto comercial. Tenemos que adoptar un enfoque más multidisciplinario y colaborativo entre productores de diferentes cultivos para resolver el problema”, señaló.

Dennis Donohue, director del Centro de Innovación y Tecnología de Western Growers, se reúne con otros miembros del grupo de trabajo de la iniciativa de automatización de la cosecha a través de una reunión virtual en 2020. Los retos laborales a los que se enfrentan los productores de cultivos especializados son demasiado grandes como para dejar que la pandemia frene los esfuerzos para lanzar la nueva iniciativa de aceleración de la automatización, indicó. (Cortesía de Western Growers)
Dennis Donohue, director del Centro de Innovación y Tecnología de Western Growers, se reúne con otros miembros del grupo de trabajo de la iniciativa de automatización de la cosecha a través de una reunión virtual en 2020. Los retos laborales a los que se enfrentan los productores de cultivos especializados son demasiado grandes como para dejar que la pandemia frene los esfuerzos para lanzar la nueva iniciativa de aceleración de la automatización, indicó. (Cortesía de Western Growers)

Todos los robots de recolección, tanto si recogen fresas del suelo como manzanas de un árbol, necesitan la misma tecnología de base en cuanto a una plataforma de conducción autónoma o un tractor para desplazarse por el campo, sistemas de visión computarizada para detectar la fruta a recolectar, inteligencia artificial para procesar todas las imágenes y convertirlas en información funcional y un brazo robótico que se desplace hacia el suelo o el árbol o la vid, explicó Walt Duflock, vicepresidente de innovación de Western Growers.

“Todas las empresas emergentes que conocemos que están desarrollando tecnología de cosecha están construyendo todo eso desde cero”, afirmó. ¿Por qué iban a perder el tiempo las empresas emergentes diseñando una plataforma o un tractor para mover sus máquinas cuando “ya tenemos tantos estupendos tractores de John Deere y otros fabricantes? Pensemos en la manera en que estas personas podrían construir dispositivos que se conecten a tractores ya existentes”.

Walt Duflock
Walt Duflock

Apoyar el desarrollo de estos bloques funcionales — un tractor estándar, sistemas de visión computarizada, potencia de procesamiento y brazos robóticos con tecnología fiable y probada en el campo — les permite a las empresas centrarse en los efectores terminales, los dispositivos en el extremo de un brazo robótico que tendrán que variar según el cultivo y otros desafíos específicos del mismo, señaló Duflock. Esto debería acelerar el ritmo de comercialización y reducir el costo de la tecnología de cosecha.

Incluso para el sector de las manzanas, líder de los cultivos especializados en la cosecha automatizada, participar en esta iniciativa tiene sentido, apuntó Ines Hanrahan, directora de la Comisión de Investigación de Árboles Frutales del Estado de Washington.

“Queremos una máquina rentable y asequible para todo el mundo. No tenemos una máquina que pueda sustituir nuestro trabajo. Todavía no son lo suficientemente rápidos ni baratos”, dijo. “Creemos que es la pieza que nos falta en este rompecabezas”.

La experiencia de la inversión de la industria de la manzana en la automatización de la cosecha demuestra cuánto tiempo y dinero se necesita para desarrollar y luego comercializar un equipo tan complejo desde cero, afirmó. El desarrollo de una especie de cadena de suministro, de plataformas comunes que puedan personalizarse, hará más asequible la futura tecnología de cosecha.

Jeff Cleveringa, miembro de la comisión de investigación, concordó. Las dos empresas de recolección automatizada de manzanas que la comisión ha financiado a lo largo de los años, Abundant Robotics y FFRobotics, están haciendo un buen trabajo y progresando de manera continua, declaró, “sin embargo, no podría ir a comprar ese equipo mañana mismo”.

Colaborar con una variedad de empresas con experiencia en diferentes componentes de sistemas de cosecha complejos tiene sentido, aseguró Cleveringa, quien dirige el departamento de investigación y desarrollo de Starr Ranch Growers. Por ejemplo, FFRobotics obtuvo la licencia para utilizar la tecnología de llenado de cajones de MAF Industries y usa una plataforma diseñada por Automated Ag gracias a la ayuda de la comisión que hace de intermediaria tecnológica, indicó.

“Dijimos: ‘No reinventen eso, obtengan una licencia’”, declaró. “Esta asociación con Western Growers nos presentará a socios que construyen componentes listos para usar para otras aplicaciones”.

El hecho de que la industria de los árboles frutales se sume al esfuerzo valida el enfoque, aseguró Donohue.

“Era un mensaje importante que se debía enviar a nuestras partes interesadas: ‘Miren, la industria de la manzana lleva mucho tiempo en esto, la cooperación total de la industria y la financiación no es el problema, pero el progreso es lento y es una carrera contra el tiempo’”, señaló.

La nueva iniciativa aprovechará las relaciones que Western Growers ha establecido con empresas de agrotecnología en los últimos años a través de su Centro de Innovación y Tecnología. El centro, con sede en Salinas, California, facilita el desarrollo de tecnologías mediante la identificación de las necesidades de los productores, la identificación de tecnologías prometedoras, la ayuda a empresas emergentes para la realización de estudios en las huertas y la comunicación de los avances.

“Tenemos un cuaderno de estrategias que podemos utilizar para resolver cualquier problema agrícola que queramos”, aseguró Duflock. “Hemos trabajado con una amplia gama de empresas emergentes en el ámbito de la agrotecnología. Ahora centrémonos en un área clave”.

Uno de los componentes de ese cuaderno de estrategias es una hoja de ruta para la automatización y la mecanización de cada cultivo que muestra cuáles empresas ya ofrecen soluciones automatizadas a clientes de huertas y cuáles están realizando estudios o investigación y desarrollo, señaló.

“Es un mapa del mercado, por así decirlo, para decirle a los productores: ‘Aquí tienes a quien debes vigilar’”, aseguró. “Las empresas emergentes, cuando lo vean, dirán: ‘Tenemos que estar en él’”.

La iniciativa también se centrará en evaluar el impacto de las tecnologías de automatización. Para que la tecnología tenga éxito, tiene que ser rentable, recalcó Duflock, y su objetivo es mantener una economía viable en la vanguardia de cada tecnología prometedora.

Con una inversión importante (Western Growers declinó compartir las estimaciones de costos antes de que esta edición fuera enviada a la imprenta), Donohue dijo que el esfuerzo atraerá la atención de grandes empresas tecnológicas que tienen la capacidad de moverse con rapidez.

“Confiamos en que llamará la atención de todos”, declaró. “Será visto como una gran apuesta por parte de la industria de cultivos especializados”.

por Kate Prengaman


La comisión de investigación duplica la inversión tecnológica

En los próximos cinco años, la Comisión de Investigación de Árboles Frutales del Estado de Washington tiene previsto duplicar su inversión en el ámbito tecnológico, según su directora ejecutiva, Ines Hanrahan.

Al aumentar el presupuesto para tecnología de unos 300,000 a 600,000 dólares anuales, la comisión podrá financiar más proyectos de investigación aprobados por el comité de tecnología, apoyar el proyecto Smart Orchard, que está evaluando la gestión mediante sensores, y asociarse con dos amplias iniciativas de innovación, informó Hanrahan.

Cuando se fundó la comisión en 1969, uno de los principales objetivos era impulsar tecnologías que ahorran mano de obra. “Aquí estamos, 50 años después, intentando todavía resolver la parte laboral del rompecabezas”, declaró el miembro de la junta Jeff Cleveringa.

Pero es el momento adecuado para que la industria de los árboles frutales aproveche las nuevas oportunidades tecnológicas, añadió. Las empresas de agrotecnología han resuelto la mayoría de las necesidades de los productores de cultivos en hilera y parecen estar preparadas para abordar las necesidades tecnológicas especiales de los cultivos especializados.

Febrero fue un gran mes para los anuncios de colaboración. El 3 de febrero, el estado de Washington y los Países Bajos firmaron un acuerdo para colaborar en la innovación tecnológica de los huertos a través de asociaciones público-privadas. Uno de los proyectos, Fruit 4.0, invertirá en cuatro áreas de innovación en el sector de los árboles frutales: detección, gestión de datos, automatización y diseño de huertos.

La comisión de investigación se comprometió a destinar 60,000 dólares anuales al proyecto de tres años de duración, cuya financiación principal procede del gobierno holandés, explicó. Otros socios son el Departamento de Agricultura del Estado de Washington; la Universidad Estatal de Washington; la Universidad y Centro de Investigación de Wageningen, en los Países Bajos; FME, una empresa neerlandesa que facilita la colaboración entre los sectores público y privado en el desarrollo tecnológico, y varias empresas privadas.

“Estamos buscando más voluntarios interesados y cualquier empresa que quiera colaborar, porque en última instancia, el objetivo es ofrecer a los productores soluciones que combinen la investigación con los colaboradores para impulsar la innovación hacia el futuro”, informó Hanrahan.

Posteriormente, el 11 de febrero, Hanrahan participó en el lanzamiento por parte de Western Growers de su nueva iniciativa de automatización de la cosecha, cuyo objetivo es acelerar el desarrollo tecnológico de todos los cultivos especializados mediante el apoyo al desarrollo de plataformas y tecnologías compartidas.

“Esto nos ayudará a aprovechar nuestras fuentes de financiación de la mejor manera posible para llevar la tecnología a nuestros huertos”, concluyó Hanrahan.

K. Prengaman