Ofelio Borges recuerda haber fumigado pesticidas en fincas como trabajador migrante a principios de la década de 1990, y recuerda que la falta de capacitación que trabajadores como él recibieron en torno a la adecuada aplicación y descontaminación.

“La capacitación sobre cómo usar equipo de protección o sobre cómo identificar formulaciones de pesticidas o cómo las formulaciones pueden ingresar a su cuerpo fue nula, no se impartieron clases sobre los aspectos de seguridad del uso de pesticidas en ese momento”, dijo Borges, actualmente gerente del departamento del estatal de Washington de Agricultura para servicios de educación y capacitación. “En la actualidad existe una gran diversidad de clases disponibles, en inglés y en español”.

Las capacitaciones brindan a los supervisores y trabajadores las certificaciones públicas que necesitan para poder trabajar, al tiempo que ofrecen lecciones valiosas sobre las formas más nuevas y eficientes de producción frutícola. Una serie de capacitaciones se enfocan en supervisores y gerentes para prepararlos a enseñar los mismos métodos a los trabajadores en los campos; otras sesiones capacitan directamente a los trabajadores de campo, a veces en un entorno de clase y otras veces en los campos donde sucede la recolección y la poda.

También se encargan de mantener la seguridad de los trabajadores en el trabajo y, en el caso de los aplicadores de pesticidas, mantienen a sus familias a salvo de la contaminación cuando los trabajadores llegan a casa. Cada año, las capacitaciones de aplicadores de pesticidas incluyen demostraciones de las últimas mejoras en tecnología en el campo.

“Si uno no está adecuadamente capacitado, puede estar llevando residuos de pesticidas a casa todos los días”, dijo Borges. “Si uno no recibe una adecuada educación sobre cómo descontaminar correctamente, puede llevarse muchos de esos residuos a casa”.

Las capacitaciones que cumplen con las normas federales de protección de los trabajadores, establecidas por la Agencia Federal de Protección Ambiental, no solo se han vuelto más comunes, sino que son tantos asistentes interesados que algunos terminan en listas de espera. Si bien a una sola capacitación puede que asistan cientos de personas, los participantes se dividen en grupos más pequeños con varios capacitadores para ayudarlos a enfocarse individualmente.

“Con el aumento de la matrícula, hubo cierta preocupación de perderse en un mar de gente, pero según los comentarios recibidos de los asistentes, no ha sido un problema”, dijo Aaron Avila, quien se encarga de los servicios de productores para la consultora agrícola GS. Radicado desde hace tiempo fuera de Union Gap, Washington.

Borges dijo que el crecimiento de las capacitaciones en seguridad, algunas de las cuales enseñan a cientos de personas por sesión, está impulsado por una combinación de regulaciones gubernamentales de seguridad y la creciente preocupación de los consumidores y minoristas por la ética empresarial de los alimentos.

También ha habido un crecimiento exponencial en el número de capacitaciones en el estado de Washington que se ofrecen exclusivamente en español. Dado que la demanda sigue al alza, algunos especialistas del sector dicen que el financiamiento del gobierno para tales programas aún no alcanza a cubrir la demanda.

“Si no fuera por todos los patrocinadores privados y sin fines de lucro, sería imposible hacer todo lo que estamos haciendo”, dijo Borges.

Entre los que destacan organizaciones como la Washington Grower’s League, la Washington State Tree Fruit Association y empresas como G.S. Long. Ellos se encargan de ofrecer un lugar y comidas para los asistentes, así como promociones y reclutamiento.

Ávila dijo que la capacitación estándar de protección federal para trabajadores una vez fue requerida cada cinco años, pero ahora es un requisito anual. Ese cambio reciente también ha impulsado el incremento de las clases.

Con la presión de los gobiernos, los minoristas y los consumidores para proporcionar evidencia de que las operaciones en aumento cumplen con los estándares de salud y seguridad, los seminarios formales de capacitación también ayudan a proporcionar documentación que confirma la capacitación y acreditaciones por parte de terceros que piden pruebas de que el productor satisface sus preocupaciones.

“Es común que los terceros siempre formulen preguntas sobre el tipo de capacitación, la forma en que se imparte y las credenciales del capacitador, y si uno realiza de manera informal la capacitación en la finca, la conversación se puede poner intensa”, comentó Avila. “Ayudamos a documentar toda esa información para facilitarles el proceso de verificación”.

De aquí a abril, existen diferentes tipos de capacitaciones disponibles en todo el estado de Washington. Para más información sobre las clases en inglés y español, visite https://agr.wa.gov/PestFert/LicensingEd/FarmworkerEducation.aspx.

– por Mike Faulk