Cuando los pulverizadores de chorro de aire se pusieron en marcha esta primavera, el Departamento de Agricultura del Estado de Washington observó.
Es parte de un nuevo esfuerzo de cumplimiento denominado Proyecto de Observación de Deriva, dijo Tim Schultz, gerente del programa de cumplimiento de la división de pesticidas del WSDA. La agencia lo lanzó a instancias de grupos de la industria agrícola, incluso la Asociación de Árboles Frutales del Estado de Washington, la Oficina Agrícola de Washington, los Amigos de Granjas y Bosques de Washington y otros que, en febrero de 2020, instaron al WSDA a usar su autoridad existente para dedicar un mayor esfuerzo a la educación y el cumplimiento de la deriva de pesticidas, con la esperanza de evitar regulaciones adicionales.
“Si estamos conduciendo por la carretera y vemos que se produce una deriva, cuando está abandonando el área objetivo, tomaremos una foto y luego nos pondremos en contacto con el productor y el aplicador para informarles de lo que acabamos de observar”, señaló Schultz.
En lugar de iniciar una inspección completa (la inspección estándar de pesticidas del WSDA incluye la evaluación de etiquetas de pesticidas, equipos, equipo de protección personal, clima, almacenamiento de químicos, mantenimiento de registros y más) el proyecto creó una inspección de formato más corto enfocada en la deriva. Eso significa que las preguntas se centrarán en los requisitos de la etiqueta del producto relacionados con la deriva, cómo el penacho de un rociador contribuyó a la deriva, las condiciones climáticas y hacia dónde se dirigía la deriva, agregó Schultz. Los registros de aplicación de pesticidas se utilizarán para verificar la información.
“Es una buena manera de hacer que nuestro personal salga más y de abordar el tema de la deriva en un período de tiempo más corto”, añadió Schultz.
La industria de los árboles frutales apoya el nuevo énfasis tanto en la educación como en el cumplimiento, afirmó Jon DeVaney, presidente de la Asociación de Árboles Frutales del Estado de Washington.
“Si hay un evento de deriva, lo primero que dice la gente es: ‘Las reglas son inadecuadas’”, apuntó DeVaney. “Pero la primera pregunta debería ser, ‘¿Se siguieron las reglas?’” La mayoría de los productores siguen las indicaciones de las etiquetas de los pesticidas al pie de la letra, dijo, pero lo mejor para la industria es que el WSDA encuentre a alguien que no lo haga. “Si no sabían lo que deberían haber estado haciendo, ofrézcales asesoramiento técnico, y si lo sabían y simplemente no lo hicieron, para eso existen las medidas de cumplimiento”.
En el año fiscal 2020, el WSDA investigó 61 casos de deriva de pesticidas, 24 de ellos de rociadores por inyección de aire.
El proyecto de cumplimiento centrado en la deriva se basa en los recursos existentes del WSDA, pero la agencia está pidiendo a los legisladores estatales que aprueben un aumento de tarifas en los registros de pesticidas y licencias de aplicadores para financiar un paquete de reformas en seguridad sobre pesticidas. El paquete tiene como objetivo aumentar la asistencia técnica y los recursos de capacitación para ayudar a los agricultores a reducir la deriva.
Kelly McLain, asesora de políticas del director del WSDA, dijo que la propuesta se desarrolló en conversaciones con grupos de la industria agrícola para ver cómo la agencia podría usar su autoridad existente para reducir la deriva y la exposición humana a los pesticidas. Si bien a nadie le gustan los aumentos de tarifas, “esperamos que parezca una buena inversión para ayudar a los agricultores a mantenerse más seguros y reducir riesgos”, señaló. “Todo el mundo quiere ver una reducción de la deriva. Esto nos coloca en un lugar para hablar sobre el trabajo que la agencia y la industria ya están haciendo”.
La calibración de los rociadores es complicada y específica, por lo que el WSDA diseñó un programa para enviar instructores a las granjas para trabajar con los supervisores de rociado en cómo calibrar y optimizar adecuadamente su propio equipo y cómo observar y responder a las condiciones climáticas, indicó Ofelio Borges, gerente de programa del WSDA para servicios técnicos y educación en la división de manejo de plaguicidas.
“Vamos a su huerto y le brindamos consejos que son aplicables a su equipo y su localización específica”, afirmó. “Es importante para la comunidad de productores saber que no estamos aquí para vigilarlos; estamos aquí para ayudarlos”.
Una calibración adecuada de los equipos ahorra dinero a los productores, aumenta la eficacia del producto y protege a las personas y el medio ambiente, añadió Borges.
La propuesta aumentaría las tarifas de registro de pesticidas de $195 al año a $260 al año, una medida que aún mantendría a Washington muy por debajo de estados como California ($1,150) y Nueva York ($620), informó McLain, proporcionando $900,000 de los $1.1 millones necesarios para el nuevo programa. Las tarifas de licencia de plaguicidas subirían entre un 15 y un 30 por ciento (de $5 a $30, según el tipo de licencia), más una tarifa de $7 para apoyar el Programa de educación sobre seguridad de pesticidas de la Universidad Estatal de Washington.
Esa financiación respaldaría tres puestos adicionales tanto en soporte técnico como en cumplimiento, así como personal adicional para el registro de pesticidas y también financiaría la modernización de las bases de datos de registro y licencias, señaló.
Si bien los aumentos de tarifas son difíciles de vender, es el primer aumento para el programa desde 2008, señaló DeVaney, y financia los esfuerzos que la industria de los árboles frutales desea. La directora asistente de la Asociación de Viticultores de Washington, Sara Higgins, dijo que si bien los aumentos en las tarifas plantearon algunas preocupaciones, respalda los objetivos del programa de apoyar la educación y la implementación de mejores prácticas de manejo para prevenir incidentes de exposición.
Si bien la prioridad de su programa es el cumplimiento, Schultz indicó que espera que el enfoque centrado en la deriva anime a más productores a ser proactivos en las capacitaciones y los recursos técnicos disponibles para evitar la deriva desde el principio.
“Esperamos que como consecuencia de que nosotros pasamos algo más de tiempo fuera, los productores estarán más atentos con sus explotaciones y aquellos empleados que manejan los equipos serán más conscientes de su entorno, de manera que el resultado final sea que una mayor cantidad de personas presten más atención a sus rociadores, más atención al clima, por lo que, si alguien prepara un picnic junto al huerto, puedan detenerse y evaluar la situación”, explicó Schultz. “El objetivo final para el productor es ayudarlos a cumplir, así que simplemente pasamos y saludamos con la mano si los vemos afuera rociando”.
—por Kate Prengaman