A medida que el cambio climático modifica los patrones de precipitación, los agricultores de muchas regiones se han encontrado con que llegan más lluvias en forma de diluvios en vez de estar repartidas a lo largo de la temporada, lo que ha provocado inundaciones y erosión seguidas de períodos de sequía. Al mismo tiempo, intensificar la mecanización implica que la maquinaria pesada apriete el suelo y provoque la formación de roderas o surcos, lo que también causa daños al suelo de los huertos y viñedos.
Afortunadamente, los productores disponen de una amplia gama de opciones a largo y corto plazo para mitigar las inundaciones, mejorar la hidrología y favorecer la fluidez de las operaciones agrícolas.
Bajo cubierta
“Si se va a producir erosión, los dos momentos de mayor riesgo son los dos primeros años de plantación de una nueva zona o los años de transición, cuando se restablece un huerto o un viñedo”, explicó Anne Verhallen, especialista en gestión del suelo del Ministerio de Agricultura, Alimentos y Asuntos Rurales de Ontario. Para evitar que el suelo desnudo y altamente susceptible sea arrastrado por un aguacero, un problema común en las laderas, “lo primero que hay que hacer es asegurarse de poner un cultivo de cobertura —una cubierta vegetal— tan pronto como se pueda para estabilizar esa zona de filas o senderos interiores”, afirmó.
Anthony O’Geen, especialista en recursos del suelo de la Extensión Cooperativa de la Universidad de California en Davis, está de acuerdo en que los cultivos de cobertura son la clave para combatir la erosión. Durante una lluvia de alta intensidad, las gotas grandes y rápidas son capaces de desprender las partículas finas del suelo, y el alto volumen de agua de lluvia entonces arrastra las partículas en el escurrimiento superficial. Los cultivos de cobertura ayudan a evitar esa pérdida al interceptar las gotas de lluvia y evitar el desprendimiento del suelo, además de aumentar la porosidad de la superficie para que pueda infiltrarse más agua, disminuyendo el escurrimiento. Además, las raíces de los cultivos de cobertura fijan el suelo.
Los productores deben ser conscientes de que los cultivos de cobertura requieren cierto grado de manejo. “Si crecen muy altos y no se cortan, pueden albergar plagas y, lo que es más importante, pueden promover daños durante las heladas”, indicó O’Geen. Y aunque los cultivos de cobertura pueden mejorar la infiltración del agua, ellos mismos usan el agua, por lo que la mayoría de los productores de California eliminan el cultivo de cobertura en algún momento de la temporada de crecimiento principal, para reducir la competencia por el agua, explicó.
Por el desagüe
De acuerdo con las condiciones del suelo y de los patrones climáticos, los productores de muchas regiones dependen de los tubos de desagüe, los cuales son redes de tuberías perforadas enterradas que recogen y eliminan el exceso de agua de las tierras de cultivo. Los mejores sistemas incluyen cajas de control para manejar el nivel freático, según el agrónomo de extensión Hans Kandel, del Departamento de Ciencias Vegetales de la Universidad Estatal de Dakota del Norte.
Una caja de control es un gran contenedor, enterrado en la red de tubos de desagüe, que está equipado con tabiques, los cuales son básicamente separadores de altura ajustable que dividen la caja en dos cámaras. El agua drenada generalmente fluye hacia un extremo de la caja de control y comienza a llenar la cámara inicial. Una vez que el agua suba por encima de la parte superior de los tabiques, empieza a llenar la segunda cámara y, en ese momento, el agua comienza a salir de la caja de control a través de un drenaje. Una vez que el nivel del agua desciende, el flujo de salida se detiene. “Esto le da la oportunidad de drenar cuando lo necesita, y retener algo de agua cuando no lo necesita”, apuntó Kandel.
Algunos productores emprendedores han añadido bombas a su sistema de drenaje con cajas de control, de modo que pueden enviar el exceso de agua a las pendientes y llenar los tubos de desagüe para utilizarlos en un riego posterior, explicó Kandel.
“Lo que también he observado es que tenemos tal vez la misma cantidad de lluvia a lo largo de la temporada, pero cae en fuertes ráfagas de 5 a 8 centímetros (2 a 3 pulgadas) a la vez y luego son seguidas por un período más seco, por lo que este tipo de sistema con el drenaje y subirrigación funcionaría para las lluvias intensas, así como los tiempos más secos”, aseguró Kandel. “El agua sigue siendo un recurso; hay que pensar en gestionarla”.
El productor de Ontario Brian Rideout tiene huertos con tubos de desagüe en su huerta, Manitree Fruit Farms, cuyo suelo él describe como similar al de la zona fértil del oeste de Michigan conocida como Ridge, donde crecen la mayoría de las manzanas de Michigan.
“En el lugar donde me encuentro, en el suroeste de Ontario, los tubos de desagüe de los campos son una práctica cultural muy extendida”, afirmó. En los terrenos más llanos, donde tiene unas 57 hectáreas (140 acres) de manzanas, ha colocado una red de tubos de desagüe en cada dos filas, con una separación de unos 7 metros (24 pies). “Nuestros huertos de melocotones y cerezas ácidas están en un terreno que ya drena bastante bien, así que ahí tenemos unos 9 metros (30 pies) de tubo a tubo”, apuntó.
Aumenta los tubos de desagüe con drenajes franceses, los cuales se colocan justo debajo de la superficie en los puntos bajos. Además, Rideout instaló “colas” de 10 centímetros (4 pulgadas) de tubería que se extienden desde los tubos de desagüe hasta la superficie entre los árboles, para que no estorben a los cortacéspedes u otros equipos, y luego dio forma al suelo alrededor de ellas para que el agua de la superficie drene hacia la abertura de esa cola de 10 centímetros. “Lo intentamos porque era barato, y funciona porque ya tenemos esa infraestructura de tubos de desagüe”, declaró.
Un buen momento para pensar en añadir un nuevo sistema de drenaje es antes de plantar una nueva zona o transicionar un huerto, apuntó Verhallen.
“Si está pensando en añadir algunos dispositivos de control contra la erosión más pequeños o más grandes, o tal vez en hacer algún tipo de pendiente en el suelo durante la preparación, debería hablar con un contratista de drenaje y un contratista de control de la erosión capacitado, y ponerse en contacto con la autoridad o distrito local de conservación, y algunas de las personas de la cuenca, porque a menudo tienen programas para ayudar a compensar algunos de los costos asociados con eso”, informó.
Saliendo del surco
El cambio en el patrón de lluvias no es lo único que causa preocupación de drenaje y erosión.
“No se trata solo del cambio climático, sino también de cómo estamos cultivando, incluida la mayor mecanización”, aseguró Verhallen. “Las cosechadoras mecánicas para los cultivos de viñedos, las ayudas a la cosecha para algunas de estas manzanas, y otras cosas por el estilo, significa pasar muchos más neumáticos y mucho más peso a través del huerto, lo que conduce a problemas de compactación del suelo y, por ende, a mayores dificultades para hacer llegar el agua al suelo”.
También provoca un aumento considerable de las roderas, las cuales no solo empeoran el drenaje, sino que pueden hacer intransitables las hileras y, especialmente, las carreteras de conexión muy utilizadas.
Rideout dijo que en su huerta se observan tanto problemas de compactación como de formación de roderas. Una de las soluciones que ha probado es adelantar su calendario de cultivos de cobertura. “Antes esperábamos a poner el césped en un huerto hasta el segundo año, pero ahora intentamos ponerlo durante el primer verano”, afirmó. “No es por la erosión; es más bien porque ahora se están creando roderas por las fuertes lluvias”.
Hay otras dos cosas que funcionan bien contra las roderas: el cambio de un aspersor de un solo eje a una versión de eje tándem y el ajuste de los dos pares de neumáticos para que no circulen por la misma trayectoria, indicó Rideout. Esto hace que el aspersor de eje tándem tenga una huella más ancha, lo que produce un surco mucho menos profundo y causa mucha menos compactación.
“Esto ha hecho una gran diferencia en nuestro huerto”, afirmó.
Los surcos que quedan, los rellena con virutas de madera que trae de vez en cuando durante el año. Esparce y alisa las virutas con una cargadora.
“Habíamos probado todo para rellenar los surcos, inclusive grava y recubrir la grava con tierra vegetal, y luego volver a echar el césped”, aseguró. “La grava se hundía en la arcilla y el césped desaparecía en un año, pero las virutas de madera parecen flotar. Realmente han hecho una gran, gran diferencia”.
Compruebe todos los recursos
Verhallen les recomienda a los productores que consideren utilizar combinaciones de todos estos métodos y que aprovechen los numerosos recursos disponibles para la gestión del agua en los próximos años. Recomendó ver la serie de vídeos Acciones de compactación (Compaction Action) de la Asociación de Agricultores Innovadores de Ontario, disponible en ifao.com/compaction-action, que está llena de consejos prácticos. Pero no importa de dónde saquen las nuevas ideas los productores, es importante buscar soluciones que funcionen en sus huertos y viñedos. “La idea es planificar con antelación”, concluyó.
—por Leslie Mertz