En las horas previas al amanecer de julio de 2020, una flotilla de máquinas de recolección de arándanos retumbaba a 0.3 kilómetros por hora (0.2 millas por hora) a través de un campo cerca de Yakima, Washington. Las púas de los cilindros de recolección agarraban los arbustos, los dividían en dos y doblaban cada mitad hacia los lados, haciendo que los frutos del bosque sueltos giraran y cayeran en las bandejas de captura antes de que los camiones las transportaran al almacén de Roy Farms para envasarlas frescas en empaques de concha.
Con el aumento de los volúmenes de ventas de arándanos a nivel mundial, la gran demanda de fruta fresca y el aumento de los costos de mano de obra, los productores quieren que las máquinas cosechen para el mercado de productos frescos, una tarea que, hasta hace poco, estaba reservada únicamente para ágiles manos humanas, las que ahora escasean.
“El puro número de personas que se necesitan para sacar los arándanos de la planta es gigantesco”, afirmó Michael Roy, director general de Roy Farms. “Simplemente no es sostenible”. En los momentos de mayor volumen de cosecha de arbustos maduros, una cosechadora mecanizada con una cuadrilla de cuatro personas hace el trabajo de hasta 80 trabajadores de campo, informó Roy.
Los fabricantes de equipos de todo el mundo están buscando nuevas formas de manipular esta tierna fruta con delicadeza, desde bandejas de recogida y cepillos ablandados hasta superficies angulares y sopladores de aire.
“Todo el mundo está intentando lograrlo”, declaró Andrew Herr, de Littau Harvester, un fabricante de equipos de Stayton, Oregón.
De las 18 000 toneladas (40 millones de libras) de arándanos frescos de Washington, las máquinas recogieron entre 2300 y 3600 toneladas (entre 5 y 8 millones de libras) en 2020, según la Comisión de Arándanos de Washington. En Oregón, que produce 34 000 toneladas (75 millones de libras) de frutos del bosque frescos, la porción recolectada con máquina es mayor. En los últimos años, Washington ha producido más frutos del bosque en general que Oregón, pero Washington tiene un mayor porcentaje de volumen destinado al mercado de alimentos procesados. Sin embargo, el volumen de productos frescos recogidos con máquina está aumentando cada año en ambos estados. Los productores del Noroeste plantan ahora más variedades que se prestan a la cosecha mecanizada, como Calypso, Duke y Draper.
La carrera tecnológica marca un punto de inflexión para la industria del arándano, explicó Kasey Cronquist, presidente del Consejo de Arándanos Highbush de Estados Unidos en Folsom, California. Durante 20 años, los beneficios de los arándanos para la salud impulsaron una oleada de concientización. Ahora, todo el mundo conoce los arándanos, por lo que la industria tiene que aumentar su producción.
“Innovar en la industria del arándano es la nueva era”, aseguró Cronquist.
Incluso el gigante de los frutos del bosque, Driscoll’s, que presume de recoger la fruta a mano en su estrategia de mercadotecnia, acepta una pequeña cantidad de frutos del bosque recogidos con máquina para su distribución en fresco, informó Frances Dillard, vicepresidenta de mercadotecnia de marcas y productos de la empresa en Watsonville, California.
Las cosechadoras mecanizadas también se están vendiendo en los países latinoamericanos, donde la mano de obra es relativamente barata, solo para poder afrontar el tamaño de las nuevas plantaciones. “La escala de lo que están haciendo allí es casi alucinante”, afirmó Kathryn Van Weerdhuizen, gerente del mercado de uvas y frutos del bosque de Oxbo International, un fabricante de equipos en Lynden, Washington.
Roy Farms y A&B
En 2018, Roy Farms optó por las cosechadoras de marca Fulcrum, desarrolladas por A&B Packing Equipment en Lawrence, Michigan. Las máquinas tienen cilindros de recolecta que pueden inclinarse para doblar los arbustos de lado, lo que la empresa llama una “posición de recolección horizontal”. La idea es reducir la distancia de caída y, por tanto, el impacto en la fruta tierna.
A&B Packing tiene una participación relativamente pequeña del mercado de recolectores de arándanos, pero Roy Farms es uno de los mayores productores del país. La empresa tiene sus propios campos de arándanos en Moxee, cerca de Yakima, y es el socio director de Othello Blueberry, una enorme plantación orgánica situada a unos 113 kilómetros (70 millas) al este que está respaldada por un grupo inversor de California.
Las dos juntas alcanzarán con el tiempo casi 728 hectáreas (1800 acres). Los objetivos a largo plazo de ambas huertas incluyen la recolección con máquina para el mercado de productos frescos, aunque todavía están realizando pruebas.
El enfoque horizontal de la Fulcrum resulta en una menor caída en el centro, explicó Mario Aello, gerente de agronomía e investigación aplicada para arándanos y manzanas en Roy Farms.
Pero hay que sacrificar algo , agregó. Sus cuadrillas pierden eficiencia con los vagones apilados a un lado de la máquina, en lugar de la plataforma superior utilizada por otros fabricantes. Mientras tanto, la acción de dividir las ramas puede ser dura para los arbustos. La empresa espera romper algunas cañas, y da instrucciones a los podadores para que las retiren, pero nunca ha tenido que volver a plantar, indicó Aello.
La máquina también requiere técnicas hortícolas específicas, apuntó Michael Williamson, director general de A&B Packing. Para empezar, las espalderas no funcionan. Las plantas deben crecer como un arbusto, con extremidades que puedan doblarse bajo el peso de la fruta que está madurando.
La Fulcrum se lanzó comercialmente hace seis años, inspirado por la experiencia de Williamson y su padre, Robert, productores de arándanos desde hace mucho tiempo que han utilizado una variedad de cosechadoras. El objetivo era ayudar a los productores de frutos del bosque de Michigan a mantener su negocio.
“Fue un invento realizado por la necesidad”, señaló.
Otros actores
Aello advirtió contra el peligro de generalizar la experiencia de Roy Farms. Todos los productores utilizan métodos diferentes, afirmó. De hecho, Roy Farms también ha alquilado unas cosechadoras de frutos del bosque por chorro de aire de la marca Kokan, las cuales utilizan aire para desplazar los frutos.
La cosechadora Kokan, fabricada por la empresa BSK de Serbia, prescinde por completo de los cilindros de recolección, ya que utiliza ráfagas de aire a velocidad y frecuencia variables para extraer los frutos maduros, que luego caen en “almohadillas” llenas de aire y recubiertas con goma, en lugar de duras bandejas de captura. Roy Farms está realizando pruebas en sus dos ubicaciones, pero Aello espera que las cosechadoras de chorro de aire funcionen mejor en Othello, donde las copas son más estrechas y los arbustos más jóvenes.
La mayoría de los daños se producen cuando las varillas se mueven a través de la copa, señaló Gregg Marrs, propietario de Blueline Equipment de Yakima, el distribuidor norteamericano de Kokan. El uso de aire evita ese problema. La empresa ha vendido unas 15 unidades a agricultores de Florida, Georgia, California, Oregón y Washington desde que comenzó a importarlas en el verano de 2020.
Littau Harvester, de Oregón, ha ideado nuevos cabezales agitadores, denominados True Orbit, que hacen girar sus púas en un movimiento circular, enviando energía a través de las ramas, pero con menos impacto que con un movimiento de vaivén, de forma parecida a cuando se remueve una olla de agua en círculo y se produce un suave remolino, pero que si se agita de un lado a otro se producen salpicaduras, explicó Herr.
La empresa también se centra en la planta, añadió Herr. Las investigaciones demuestran que ciertas combinaciones de boro y yeso ayudan a mantener la firmeza de los frutos del bosque. En 2019, la empresa probó los tratamientos con nutrientes en su propia huerta de investigación y desarrollo en Stayton y logró mayores fracciones empacadas independientemente de la máquina que utilizaron. La empresa aportó una cosechadora a la Universidad Estatal de Oregón, donde los investigadores trabajan en la obtención de frutos del bosque más pequeños y firmes, y también ha experimentado con el espaciado de los arbustos para que las placas de captura —a veces llamadas escamas de pescado— tengan tiempo de cerrarse alrededor de la base de las plantas y reducir las pérdidas.
Herr recomienda que cualquiera que plante frutos del bosque planifique en torno a su cosechadora prevista.
Un nuevo actor en el mercado de las cosechadoras es la empresa FineField de los Países Bajos, fundada en 2018. En su serie Harvy, la empresa utiliza cepillos plegables para atrapar los frutos del bosque. Su unidad más grande, diseñada para la cosecha totalmente automatizada, la Harvy 500, tiene cabezales agitadores que pueden retirarse para transformarse en una máquina de asistencia a la cosecha que permitiría a los trabajadores manejar, recoger y dejar caer los frutos del bosque en cepillos suaves que conducen a un sistema transportador de cajas y cajones.
Cuando la empresa comenzó, querían reinventar los recolectores de arándanos, no solo modificarlos, señaló Marcel Beelen, copropietario.
“Empezamos desde cero, diciendo: ‘Sin magulladuras, sin pérdidas’”, agregó Beelen.
FineField probó la Harvy 500 en Europa en 2020 y tiene previsto realizar estudios comerciales en la Columbia Británica este año con Dean Maerz, de Klaassen Farms, quien es también el representante de ventas de la empresa en Norteamérica. La meta de la empresa es que las máquinas estén disponibles en otoño de este año, informó Beelen.
En Washington, Oxbo ha colaborado con investigadores de varias universidades y del Departamento de Agricultura de los EE. UU., para desarrollar superficies de captura blandas en las máquinas, así como para estudiar el momento y los intervalos de la cosecha. Tras unos años de pruebas, descubrieron que las superficies más blandas mejoraban la fracción empacada y reducían los frutos magullados con respecto a las máquinas tradicionales, en su mayoría cosechadoras Oxbo y Littau no modificadas, pero seguían siendo inferiores a la recolecta manual, según datos de la Universidad Estatal de Washington.
La empresa ha comenzado a vender sus kits comerciales SoftSurface que utilizan una superficie suspendida, no acolchada. Funcionan mejor en las máquinas nuevas, pero se adaptan a algunos modelos existentes, indicó Van Weerdhuizen.
Oxbo ha optado por tomarse el desarrollo con calma, añadió. El sector necesita ajustar las variedades, el momento de la cosecha y las prácticas hortícolas para hacer viable la cosecha mecanizada, aseguró, y la carrera por la innovación ayudará todos.
“Es bueno para el sector que un grupo de diferentes personas trabajen en cosas distintas”, agregó Van Weerdhuizen.
Máquina contra máquina
—por Ross Courtney