En la provincia de Nueva Escocia, Canadá las peras no son tan comunes como son las manzanas, pero al menos una productora está consiguiendo que el cultivo de las peras locales funcione a menor escala.
En el mes de julio de este año, durante su gira por las huertas de Nueva Escocia, la Asociación Internacional de Árboles Frutales (IFTA) visitó Spurr Bros. Farms, que se especializa en el cultivo y la venta local de verduras y frutas, incluyendo cinco acres de peras, dijo Lisa Jenereaux, presidenta de la empresa familiar.
Jenereaux habló del cultivo de peras en Nueva Escocia con los visitantes de la IFTA, y posteriormente también tuvo una entrevista con Good Fruit Grower.
La familia Jenereaux plantó sus primeros perales en el 2012. Jenereaux sabía que había una demanda para las peras locales en la provincia y pensó que serían un buen complemento entre lo que ofrece su empresa agrícola familiar. La cooperativa Scotian Gold empaca y vende las peras de Spurr Bros. a los minoristas locales.
Ellos cultivan las variedades de peras Bosc, Harrow Sweet, Cold Snap y Clapp’s Favorite sobre el portainjerto Old Home by Farmingdale 97. Los primeros árboles tenían una separación de 6 por 14 pies, pero decidieron que era un espacio demasiado ancho y plantaron el resto más cerca, a 5 por 13 pies.
Ellos entrenaron los árboles con un sistema en V que divide el vigor excesivo del peral en dos ramas principales. Las espalderas en forma de V crean una pared de fructificación bidimensional para un manejo eficaz. Las espalderas consisten en postes de madera, alambres metálicos y cañas de bambú para guiar a los líderes. El bambú se descompone con bastante rapidez por el clima de Nueva Escocia, pero los perales sólo necesitan las cañas durante sus primeros años, explica Jenereaux.
Uno de los retos de los perales con sistema en V es frenar el crecimiento del líder fuerte para que el líder débil pueda alcanzarlo.
“Estamos consiguiendo controlar el lado de mayor vigor, pero no es tan uniforme como nos gustaría”, dijo.
Podan sistemáticamente las raíces de los árboles para controlar el vigor, y en los primeros años durante el raleo dejaron en los árboles más fruta de lo que normalmente se deja, para poder frenar el crecimiento vegetativo.
Su mejor cosecha de peras hasta la fecha fue en el año 2021, cuando los árboles rindieron unos 600 busheles por acre. La variedad Bosc, su variedad más rentable, rindió unos 725 busheles por acre aquel año.
“Creo que eso es lo mejor que vamos a conseguir aquí”, dijo Jenereaux a los miembros de la IFTA.
El fuego bacteriano, enemigo tradicional de las peras orientales, ha sido un problema generalizado en las huertas de Nueva Escocia desde que el huracán Arthur lo propagó por toda la provincia en el año 2014. Pero aún no ha afectado a sus peras, dijo Jenereaux, y espera que siga siendo así.
“Rociamos de una manera religiosa contra el fuego bacteriano”, dijo.
La Psila del peral tampoco es un gran problema, siempre y cuando se mantengan al día con sus pulverizaciones.
A los empleados del huerto les gusta cosecharlas peras porque no tienen que cortar también los tallos ni preocuparse demasiado por el aspecto de la fruta. La variedad Bosc, por ejemplo, ya es de color marrón, así que el russeting no es un problema, dijo.
La poda, el raleo y la pulverización de las peras requieren una mentalidad diferente a la de las manzanas. Jenereaux todavía está descubriendo la mejor manera de podar sus perales cuando los árboles están inactivos. No responden a la poda de la misma manera que los manzanos.
“Ahora que los árboles han dejado de crecer, creo que vamos por buen camino”, dice. “Mientras obtenga cosechas bastante buenas, está bien”.
Sin embargo, rociar cinco acres de peras en medio de 100 acres de manzanas puede ser arduo.
“Muchos de los pulverizadores que usamos para las manzanas no podemos usar para las peras, al menos en Canadá”, dijo. “Así que eso significa que tengo que llenar un tanque diferente para rociar las peras”.
El raleo también supone un reto. Las opciones químicas son limitadas, y no hay tiempo para realizar el raleo manual. Afortunadamente, las peras tienden a crecer bien por sí solas.
Jenereaux dijo que, si volviera a plantar peras, elegiría un portainjerto precoz.
“Pero no pienso volver a plantar peras nunca más, así que no es un gran problema”, dijo riéndose.
Por mucho que a Jenereaux le gusten las peras, no las plantará más porque su corte es al mismo tiempo que las variedades de manzanas Honeycrisp y Gala (Las manzanas Gala se dejan en los árboles más tiempo para que aumenten de tamaño).
“Me gusta cultivar peras”, dijo Jenereaux, “pero chocan con todo lo que ocurre en el mundo de las manzanas”.
—por Matt Milkovich
Este artículo ha sido traducido por Jean Dibble y revisado por Jutsely Rivera. Puede ponerse en contacto con Jean en jean@goodfruit.com.