Este artículo apareció originalmente en la edición de octubre de 2019 de la revista Good Fruit Grower: Washington research institutions celebrate centennial


Durante 100 años, los científicos establecidos en el valle de Yakima en Washington han trabajado para resolver los problemas que afrontan los productores de la región. Este otoño, dos instituciones fundamentales para las innovaciones en agricultura celebrarán su centenario: el Centro de Investigación y Extensión de Agricultura Irrigada de la Universidad Estatal de Washington en Prosser y el Laboratorio de Investigación Agrícola del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos en Yakima.

Ambos hicieron planes para aprovechar la oportunidad de compartir éxitos y la necesidad de un apoyo continuo para mantener las instalaciones, el personal y la investigación de alto nivel que respalde la economía agrícola de la región.

En IAREC, el centro de investigación y extensión más grande y diverso de WSU, están previstas dos celebraciones para este mes: una, un evento solo por invitación para responsables universitarios y partes interesadas de la industria, y la segunda, una celebración comunitaria el sábado 5 de octubre con experimentos científicos aptos para niños, comida y científicos en un tanque de agua.

El laboratorio de ARS planea celebrar un evento de puertas abiertas este otoño, después de la cosecha, pero los detalles aún no estaban disponibles al cierre de esta edición.

El Centro de Investigación y Extensión de Agricultura Irrigada de la Universidad Estatal de Washington en Prosser, Washington, es el centro más grande y diverso en el sistema WSU y un líder en innovaciones para el futuro de la agricultura. (TJ Mullinax/Good Fruit Grower)

El Centro de Investigación y Extensión de Agricultura Irrigada de la Universidad Estatal de Washington en Prosser, Washington, es el centro más grande y diverso en el sistema WSU y un líder en innovaciones para el futuro de la agricultura. (TJ Mullinax/Good Fruit Grower)

IAREC

Los científicos de la Universidad Estatal de Washington han estado ubicados en Prosser por un tiempo mayor a que WSU ha sido una universidad. El centro comenzó con la ciencia animal, luego añadió agronomía y se diversificó para seguir la transformación agrícola del Valle de Yakima.

Pero con los años, IAREC también ha liderado la industria en nuevas direcciones.

“La industria del vino de Washington comenzó aquí con Walter Clore. Esa investigación dio la base y convenció a los productores para que la siguieran”, dijo Naidu Rayapati, director del centro. Las cerezas Rainier se obtuvieron en IAREC, otra innovación transformadora de la industria.

Hoy, 19 científicos académicos llaman hogar al centro, junto con ocho investigadores estatales y federales asociados; 25 investigadores, desde postdocs a becarios; docenas de empleados agrícolas y administrativos; y un récord de 51 estudiantes graduados.

“Cuando comencé aquí en 2004, nunca imaginamos que esto podría convertirse en un punto central para formar a la próxima generación de científicos”, dijo Rayapati. Pero gracias a las innovaciones en la tecnología de la comunicación durante la última década, los estudiantes de postgrado pueden ahora tomar clases de forma remota y participar en los aspectos de investigación desde el principio, en lugar de dedicar cuatro semestres de cursos en el campus principal en Pullman antes de embarcarse en la investigación.

En IAREC, los estudiantes tienen la oportunidad de trabajar también directamente con las partes interesadas de la industria, experiencia que los beneficia en su investigación y en el trabajo, una vez que se gradúen, afirmó.

Un número creciente de estudiantes graduados también ha significado más proyectos de investigación y más oportunidades para asociarse con investigadores colaboradores de todo el mundo. IAREC puede haber comenzado como un pequeño centro de investigación en una comunidad agrícola tranquila, pero “ahora es una estación de investigación reconocida a nivel mundial”, dijo Rayapati. El año pasado, el profesorado aportó más de $10 millones en becas de investigación, aproximadamente una cuarta parte de la cantidad total para la Facultad de Ciencias Agrícolas, Humanas y de Recursos Naturales de WSU.

Los profesores provienen de siete departamentos diferentes de CAHNRS: agricultura, ingeniería, suelos, entomología, horticultura, seguridad alimentaria y patología vegetal, y esa diversidad de áreas de investigación es lo que le da fuerza a IAREC, dijo Rayapati

“Reunirlos para resolver problemas complejos en diferentes cultivos es la base del éxito de este centro”, afirmó. “Esa es la belleza de este lugar. No podemos trabajar en silos”.

El edificio del Servicio de Investigación Agrícola del Departamento de Agricultura de Estados Unidos en Wapato, Washington, está iluminado con luces de invernadero. Aunque esta instalación tiene solo 24 años, los científicos del ARS han tenido su sede en el Valle de Yakima durante 100 años. (TJ Mullinax/Good Fruit Grower)

El edificio del Servicio de Investigación Agrícola del Departamento de Agricultura de Estados Unidos en Wapato, Washington, está iluminado con luces de invernadero. Aunque esta instalación tiene solo 24 años, los científicos del ARS han tenido su sede en el Valle de Yakima durante 100 años. (TJ Mullinax/Good Fruit Grower)

ARS- Laboratorio de Yakima

En 1919, los primeros científicos del Departamento de Agricultura de los EE. UU. fueron enviados a Yakima, enfocados principalmente en descubrir cómo controlar la carpocapsa. Esa sigue siendo una de las principales prioridades para los entomólogos en la actualidad, junto con otras plagas de los árboles y las papas.

Hoy, el Servicio de Investigación Agrícola es el hogar de ocho investigadores, alrededor de 60 empleados en total y millones de insectos criados para ensayos de investigación.

Como científicos federales, el objetivo es asumir a largo plazo, las necesidades agrícolas de alto riesgo, dijo la directora Lisa Neven, a menudo en colaboración con investigadores universitarios y personal de extensión.

“Podemos desarrollar una tecnología y luego WSU puede cederla y mostrar a los agricultores cómo usarla”, dijo Neven. “Nuestra recompensa es ayudar a nuestros vecinos a resolver problemas”.

Trabajan en asociación con investigadores universitarios, de hecho, varios científicos del ARS están establecidos en IAREC, lo cual ha sido especialmente crucial en los últimos años, ya que los cierres federales y la congelación en la contratación limitó las posibilidades de ARS, dijo Neven.

“Si no hubiera sido por WSU, la Universidad Estatal de Oregón y la Universidad de Idaho, no hubiéramos sobrevivido”, afirmó.

La asociación es literalmente la base del laboratorio, que se encuentra en Wapato en un terreno donado por la Comisión de Investigación de Árboles Frutales de Washington. El laboratorio también gestiona una granja de investigación de 360 acres en Moxee, Washington, lejos de las explotaciones comerciales de árboles frutales y papas, que anteriormente era propiedad de WSU y del Departamento de Agricultura del estado.

“Es un lugar aislado agradable para trabajar y no preocuparse de ser malos vecinos”, dijo Neven. Gestionar la granja es costoso, pero hasta el momento, ella valora la investigación realizada allí en $6 millones. En general, el laboratorio promedia alrededor de $100 de valor por cada dólar gastado en proyectos, afirmó.

El objetivo del ARS es brindar a los científicos del servicio público, del espacio y los recursos que necesitan para ser creativos y resolver problemas, dijo Neven. Sin embargo, los recursos son cada vez más limitados, ya que las asignaciones federales no pueden seguir el ritmo de los costos operativos, y teme no poder reemplazar todos los puestos vacantes por jubilaciones recientes y la muerte inesperada de un investigador.

Eso es difícil, porque son las personas las que hacen que el lugar sea exitoso, señaló.

“Tengo gente tan maravillosa trabajando aquí, no hay un superlativo para describirlos”, dijo.

—Por Kate Prengaman