A medida que la posibilidad de una cosechadora automatizada de manzanas se materializa, los productores buscan más información sobre qué tipo de copas se acoplan mejor al trabajo de la máquina y cómo podar las copas para satisfacer los requisitos de los robots.
Los robots no serán capaces de acceder a lugares estrechos dentro de la copa y no podrán alcanzar las capacidades de una mano humana. Así que la pregunta crucial para una cosechadora automática es: ¿podrá entrar entre las filas y tener acceso libre a la fruta?
“Básicamente, si yo puedo alcanzar una manzana con la mano, sin tener que atravesar ni rodear un tronco, un poste o un cable, entonces es accesible”, declaró Dan Steere, Director General de Abundant Robotics, una empresa derivada de SRI International que apunta a tener una cosechadora disponible comercialmente a finales de este año. El año pasado, Abundant anunció un fondo de capital de riesgo de 10 millones de dólares para un mayor desarrollo.
La compañía ha estado trabajando durante varios años en aproximadamente una docena de huertos en Washington, así como en Australia y Nueva Zelanda, a medida que desarrolla la máquina. El otoño pasado, la compañía rastreó el acceso a la fruta en huertos específicos; un huerto alcanzó un máximo de 86 por ciento de fruta accesible y los números disminuyeron desde entonces.
Hasta ahora, explicó Steere, lo que han encontrado es que la fruta debe estar a 61 centímetros (24 pulgadas) del suelo, y que el robot recoge la carga de la espaldera hasta una altura de 3.7 metros (12 pies). Las especificaciones a las que aspiran son: una hilera vertical de 3 metros (10 pies), una V con un espaciado entre hileras de 3.7 metros (12 pies) y una copa con un ángulo de no más de 15 grados.
Señaló que los mayores obstáculos para que la cosechadora “vea” una manzana son el que la fruta esté agrupada o que la tape algún pedazo de madera o alambre.
Eso plantea algunos desafíos para una espaldera en V, indicó Dave Allan de Allan Bros. El suyo fue uno de los cuatro representantes de compañías que trabajan con Abundant que compartieron sus experiencias de cosecha el año pasado durante la reunión anual de la Asociación de Árboles Frutales del Estado de Washington en diciembre.
En los huertos de Allan, se tuvo acceso al 71 por ciento de la fruta en el huerto con espalderas verticales (3.4 metros [11 pies] de separación y 4 metros [13 pies] de alto), pero solo al 68 por ciento de la fruta en el huerto con espalderas con ángulo en V (3.7 metros [12 pies] de separación y 3.7 metros [12 pies] de altura).
En las espalderas verticales, Allan cortó las ramas grandes que sobresalían de la hilera, lo que no disminuyó el rendimiento y mejoró la calidad al mejorar la distribución de la luz. Cometió un error: dejar los dobles demasiado cerca. En una copa inclinada, con más fruta obstruida, “vamos a tener que tener dardos hacia abajo y hacia fuera de la hilera”, señaló.
Allan afirmó que la industria debería ser capaz de establecer una meta de acceder al menos al 85 por ciento de la fruta, lo que él calificó como “factible”.
Jeff Cleveringa, jefe de investigación y desarrollo de Oneonta Starr Ranch Growers en Wenatchee, Washington, estuvo de acuerdo en que el 85 por ciento es fácilmente alcanzable y señaló que “Más allá de eso, se convierte en una pérdida de productividad y de facilidad de cosecha”.
Cleveringa hizo que sus equipos hicieran los cortes de poda iniciales, luego, cuando la fruta en el árbol tenía el tamaño de una pelota de golf, volvió a eliminar las ramas colgantes. El trabajo se realizó en una plantación de 3 × 0.6 metros (10 × 2 pies) del tercer ciclo de Juicy, una variedad club que es una cruza entre las manzanas Braeburn y las Honeycrisp.
El rendimiento de producción del bloque fue de casi justo 60 contenedores por acre (148 por hectárea), informó; hacer los cortes adicionales redujo el rendimiento general en aproximadamente 2 contenedores.
“En nuestro sistema vertical tenemos un objetivo de 80 contenedores, y creo que es alcanzable”, explicó, y agregó que él cree que puede alcanzar el 85 por ciento de la fruta accesible sin demasiado trabajo, aparte de eliminar algunas otras ramas colgantes que falten. “Me gusta mi pared vertical, puedo pasar por ambos lados”.
Actualmente, Valley Fruit Orchards no tiene ningún huerto con espalderas verticales, y probablemente es un buen momento para empezar a considerarlas, indicó Scott Jacky.
“Soy el tipo de persona que dice: ‘Tenemos algo que ahora está muy próximo a funcionar y partiremos de ahí'”, declaró, “Quiero probar ambas”.
En el bloque de la variante Pacific Gala con espalderas en V de la compañía, el cual tiene un espaciado de 4 × 0.6 metros (13 × 2 pies), con todo formalmente guiado por un sistema de siete cables, se tuvo acceso al 67 por ciento de la fruta.
“Básicamente en el área de prueba, cosechamos 82 contenedores por acre [203 contenedores por hectárea]; del resto del bloque se cosecharon 105 [259 por hectárea]”, informó. “Nos excedimos un poco con el raleo, especialmente este año, ya que el raleo no mejoró el tamaño. Aparte de eso, vamos a cortar más brotes para evitar que la máquina los succione y dañe las manzanas”.
Jacky también declaró que confía en que cuentan con una cantidad razonable de tiempo para que los productores hagan la transición del trabajo manual al robótico.
Ramón Cuevas de Washington Fruit and Produce señaló que su objetivo es recoger el 100 por ciento de la fruta y mantener los rendimientos altos. Hasta ahora, reconoció que tienen mucho por avanzar, ya que tienen acceso al 63 por ciento de la fruta en una plantación de Cripps Pink de 3 × 1.2 metros (10 × 4 pies) con una altura de 3.7 metros (12 pies).
Los equipos podaron y quitaron mucha madera, pero dejaron algunos dobles, explicó. Los rendimientos fueron probablemente entre 15 y 20 por ciento menores del resto del bloque, aunque la fruta tenía un mejor tamaño y color. Del bloque se recogieron 90 contenedores para el acre (222 por hectárea) en general y 73 contenedores (180 por hectárea) en el área de prueba.
“A mí me gustaría comenzar un poco antes el proceso de poda. [Tomando en cuenta que] hemos pasado por todo esto por primera vez, creo que hemos aprendido mucho”, indicó. “Necesitamos reorientar algunas ramas, pero va a tomar algo de tiempo”.
Steere concluyó la charla al señalar que los dos tercios superiores de los huertos participantes serían económicamente viables con los niveles actuales de accesibilidad de la fruta. “Una vez que lo haces dos o tres veces, se tiene la capacidad de aumentar esas cifras mientras se mantienen rendimientos atractivos”, explicó. “Para mí, eso es muy alentador “.