Este artículo apareció originalmente en la edición del 15 de febrero, 2019 de la revista Good Fruit Grower.
Probablemente es raro para los investigadores de salud pública conducir una plataforma de rociado.
Pero no se lo digan a Eddie Kasner, un investigador y director de alcance del Centro de Seguridad y Salud Agrícola del Noroeste del Pacífico en la Universidad de Washington, quien manejó el rociador durante la recopilación de datos de deriva.
“Realmente disfruto trabajar con los productores”, dijo. “La industria, para su crédito, ha mostrado interés en hacer este trabajo. Todos quieren que los trabajadores no estén expuestos a la deriva”.
Kasner colaboró con la Universidad Estatal de Washington en el estudio y recopiló su propio conjunto de datos utilizando marcadores de micronutrientes (productos de rociado de zinc o cobre) que pueden detectarse fácilmente mediante un monitor de partículas en tiempo real. A diferencia de las herramientas de recolección de deriva pasiva que se utilizan para construir el modelo, el monitor mide a detalle la manera en la que los pequeños cambios en el viendo afectan la deriva cada 5 segundos.
“Realmente, mi pregunta de investigación es: ¿cómo influye el viento a la deriva? Sabemos que un promedio de 8 horas al día no es representativo, y creo que necesitamos tener un escenario en tiempo real para que podamos ayudarle a los productores a tomar mejores decisiones”, explicó.
Algún día, los monitores de partículas como este pueden ser parte de las estaciones meteorológicas en las granjas y proporcionar datos del viento en tiempo real para ayudarle a los productores y a las personas que aplican el rociado a tomar buenas decisiones, dijo Kasner.
“Este tipo de información encaja en la agricultura de precisión”, indicó. “Estoy pensando específicamente en las personas que operan el rociador, qué les puede ayudar mientras están allá afuera para elegir las condiciones perfectas para el rociado”.
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