Los robots también pueden cortar la cosecha de duraznos, gracias al avance de los productores de fruta de hueso de California Central hacia los sistemas de cultivo bidimensionales que hacen posible la automatización y la mecanización.
HMC Farms de Kingsburg ha adoptado toda.
El productor de integración vertical no ha plantado ningún árbol de crecimiento independiente desde el año 2018. Todo lo nuevo está en una espaldera planar con espaciado de alta densidad.
“Hemos visto que funciona, todavía creemos que es el futuro y lo que necesitamos hacer”, dijo Drew Ketelsen, gerente de producción de HMC, que cultiva duraznos, ciruelas y nectarinas, así como uvas de mesa.
Durante los dos últimos años, la entidad agrícola ha organizado las pruebas de dos empresas emergentes de la cosecha robótica de fruta: Tevel, de Israel, y advanced.farm, del Área de la Bahía de San Francisco. Cuando Good Fruit Grower visitó en septiembre del 2023, la fruta ya se había recogida y los robots se habían ido; quedaban solo los sistemas de espaldera de la huerta que permitían la cosecha robotizada. (Véase “Avances en la automatización de la recolección de manzanas”.)
Pero el impulsor principal de los sistemas en espaldera es la eficiencia laboral, afirmó.
Los trabajadores se mueven más rápidamente, de forma más segura y cómoda por las hileras planas que entre los árboles independientes de antaño. Los nuevos sistemas permiten estandarizar el espaciado, la formación y la poda, simplificando las instrucciones para los miembros de la cuadrilla.
La mecanización y la automatización son bonos de rendimiento, afirmó Ketelsen. “Tenemos la estructura preparada para ganar todas esas eficacias, y todo el aspecto tecnológico es una especie de subproducto”.
HMC utiliza plataformas para trabajadores, podadores y diluyentes mecánicos.
Para el raleo, HMC utiliza el Eclairvale, un raleado con máquinas de fabricación francesa con un sistema de cerdas que eliminan las flores y los frutos pequeños. A diferencia del raleado mecánico Darwin, el Eclairvale, remolcado por un tractor, no funciona con motor, sino que gira por el arrastre de los cepillos contra los árboles.
HMC alcanza las copas de los árboles mecánicamente con cuchillas rotativas. La mayor parte de la poda para conseguir fruta del color adecuada que se realiza previa a la cosecha se hace a mano, pero la empresa ha experimentado con crear paredes vegetativos laterales con barra de hoz.
Combinar las prácticas hortícolas de alta densidad con las nuevas variedades de fruta crea desafíos, dijo Jon McClarty, presidente de HMC Farms. HMC cultiva más de 100 variedades de frutales de hueso, algunas de ellas patentadas, y todas desarrollan peculiaridades únicas cuando se forman en sistemas planares.
“No todas las variedades reaccionan igual al pasar del sistema antiguo al nuevo” afirmo McClarty.
McClarty y su hermana, Chelsea Ketelsen, la esposa de Drew, pertenecen a la quinta generación de propietarios y operadores de esta empresa familiar.
El diseño de las huertas de los duraznales
Para lograr esa eficiencia, HMC ha adaptado con entusiasmo el diseño de sus huertas. Replantan entre un 10 y 15 por ciento cada año. Todo se riega por goteo.
Los sistemas planos de siembra permiten a los árboles a producir fruta antes. Sus duraznos, por ejemplo, alcanzan una cantidad de fruta en el segundo año y casi una cantidad comercial completa en el tercero.
Los árboles que producen duraznos y nectarinas suelen tener una separación de 5 por 13 pies, y están sujetos a espalderas verticales del portainjerto Nemaguard, una raíz resistente a los nematodos. Hasta la fecha, Ketelsen no está satisfecho con las opciones de portainjertos enantes que ofrece el sector.
Cada árbol mide entre 10.5 y 12 pies de altura, con una única rama principal y unas 45 “colgantes” o ramas fructíferas. Los trabajadores cortan la fruta por su color entre tres y cinco veces cada temporada, frente a las cuatro o seis veces que requieren los antiguos árboles independientes.
Las ciruelas
Según Ketelsen, los ciruelos son más difíciles. La adaptación a los espalderos requiere más mano de obra, los rasgos hortícolas varían más según la variedad y los problemas de polinización provocan cargas de cosecha más irregulares. Por otro lado, las ciruelas tienen un periodo de cosecha más flexible.
“Tenemos varias maneras de cultivar los ciruelos, pero aún no hemos encontrado el sistema perfecto para cada variedad”, explicó.
Normalmente, colocan los ciruelos en dos líneas verticales con ramas principales horizontales. El espaciado es de 6 pies y los portainjertos suelen ser de la variedad Citation, una raíz estándar del sector, o bien la variedad Viking, para los suelos pesados. En ocasiones, HMC también utiliza la variedad de Nemaguard para los ciruelos.
En el invierno, los equipos de renovación podan hasta el 30% de las ramas de soporte cada año, explicó Ketelsen. Los ciruelos prefieren crecer en ramas de dos años o más, más resistente y lignificada que las ramas de primer año que prefieren los duraznos. También podan a mano por el color de la fruta en el verano.
Black Magic, una de las variedades de ciruela propiedad de la empresa agrícola, tiene dificultades para cuajar. Así que HMC formó ramas principales a lo largo de cuatro alambres horizontales a cada lado. La madera fructífera crece hacia arriba. Es demasiado pronto para saber si ha funcionado, dice Ketelsen.
Las decisiones de maximizar la producción y la eficacia de los recursos van más allá de un año, dijo Ketelsen. La mano de obra era relativamente fácil de encontrar en el año 2023, pero volverá a escasear. Si no planifican con antelación, será demasiado tarde. Pocos productores de duraznos en el Valle Central utilizan trabajadores H-2A, dijo.
“Tomara varios años en llegar a este punto”, dijo.
—por Ross Courtney
Este artículo ha sido traducido por Jean Dibble y revisado por Jutsely Rivera. Puede ponerse en contacto con Jean en jean@goodfruit.com.