En diciembre pasado, en una sala repleta de gente, cuatro cultivadores y el director general de una empresa tecnológica de nueva creación debatieron sobre la tecnología de riego. Esta mesa redonda tuvo lugar durante la reunión anual de la Asociación de Árboles Frutales del Estado de Washington (Washington State Fruit Tree Association) en Kennewick. (TJ Mullinax/Good Fruit Grower)
En diciembre pasado, en una sala repleta de gente, cuatro cultivadores y el director general de una empresa tecnológica de nueva creación debatieron sobre la tecnología de riego. Esta mesa redonda tuvo lugar durante la reunión anual de la Asociación de Árboles Frutales del Estado de Washington (Washington State Fruit Tree Association) en Kennewick. (TJ Mullinax/Good Fruit Grower)

Acepte cierto riesgo, asegúrese de que dispone de la infraestructura adecuada, conozca cómo funciona la tecnología, y recuerde que las personas siguen siendo importantes.

Estas fueron algunas de las conclusiones de la mesa redonda celebrada en diciembre pasado sobre la automatización del riego en la reunión anual de la Asociación de Árboles Frutales del Estado de Washington (Washington State Fruit Tree Association), en Kennewick.

Los miembros de la mesa redonda fueron Paul Cathcart, Drew Washut, Chet Dufault y Gilbert Plath, y con Steve Mantle de innov8.ag como moderador, los cuatro platicaron de todo, desde cuánto confían en los aspersores automáticos para el control de las heladas, hasta cómo la automatización puede mitigar el costo de las horas extras trabajadas.

Los cuatro agricultores utilizan en alguna medida el riego automatizado en sus huertas y destacaron que los sensores y el funcionamiento por control remoto hacen que los empleados sean más eficientes y precisos, no que los trabajadores se queden sin trabajo.

“(El riego automatizado) nunca va a sustituir a los regantes. Siempre vamos a necesitar trabajadores en las huertas”, dijo Dufault de Emmanuel Enterprises, una empresa agrícola familiar cerca de Plymouth, Washington.

Históricamente, las tareas de riego en las huertas de árboles frutales recayeron en unos pocos especialistas que recorrían los bloques durante un periodo de 60 a 70 horas a la semana en vehículos de todo terreno. Conocían las tuberías y válvulas como las palmas de sus manos: dónde se habían sustituido las tuberías, en los cuales solían producirse atascos y los lugares que a los coyotes les gustaba masticar la cinta de goteo.

“Si les atropella un autobús, por decirlo de alguna manera, enfrenta usted enormes dificultades”, dijo Mantle.

Las herramientas automatizadas impulsadas por sensores pueden ayudar a documentar el conocimiento institucional, de forma que resulte útil para el resto de la empresa, señalaron los panelistas.

Dufault utiliza un sistema Phytech. Antes regaba basándose en las lecturas de evapotranspiración de la estación AgWeatherNet más cercana, haciendo los cálculos él mismo. Ahora, son los sensores los que toman las decisiones, modificando la antelación y la cantidad de riego. Dufault basa la mayoría de sus decisiones de riego en el tiempo de la semana anterior y en general, utiliza menos agua.

Dufault prefiere que sean sus regantes entrenados quienes solucionen los problemas y establezcan la verdad sobre el terreno (la información que se sabe que es cierta, proporcionada por la observación directa) para el sistema, no que simplemente abran y apaguen las válvulas. Alrededor de un 50% de sus ranchos están automatizados, dijo.

Chet Dufault de Emmanuel Enterprises, a la derecha, comenta sobre la tecnología de riego de huertas con su compañero de la mesa redonda Drew Washut, de Allan Bros. (TJ Mullinax/Good Fruit Grower)
Chet Dufault de Emmanuel Enterprises, a la derecha, comenta sobre la tecnología de riego de huertas con su compañero de la mesa redonda Drew Washut, de Allan Bros. (TJ Mullinax/Good Fruit Grower)

Las herramientas automatizadas pueden ser utilizadas incluso por los regantes que no se consideren expertos en la tecnología, afirmó Cathcart, el director de zona de Chiawana Orchards. También mejoran la comunicación entre el responsable de la huerta y los encargados del riego, para que los planes se ejecuten correctamente.

“Dé a sus trabajadores el beneficio de la duda de que pueden hacerlo, y es probable que lo consigan”, afirmó.

Sus huertas utilizan sensores Phytech para obtener información, pero aún no para la activación automática. Él programa sus sistemas de riego basándose en las lecturas de evapotranspiración.

Los requisitos legales en Washington de las horas extras, que ordena a los empleadores a pagar a sus trabajadores tiempo y medio después de 40 horas por semana trabajadas, obligan a las empresas agrícolas a dividir las tareas de riego, dijo Plath, un gerente de huerta y líder de un equipo de tecnología en la compañía Washington Fruit and Produce Co. Los datos de los sistemas automatizados mejoran la comunicación entre los regantes y los responsables de las huertas. También ayudan a garantizar que los planes se llevan a cabo con precisión.

Washington Fruit dispone de diversa tecnología de riego, explicó Plath. La mayoría de las huertas tienen sensores de humedad del suelo que proporcionan información necesaria para tomar las decisiones basadas en hojas de cálculo. Algunas huertas están totalmente automatizadas con sensores de Phytech y equipos de control remoto de WiseConn Engineering, y todo se controla con un teléfono inteligente.

Incluso con los sensores y la automatización, los regantes y administradores de las empresas agrícolas deben hablar entre si sobre los datos, cuándo y dónde se necesita agua y a qué profundidad, dijo Washut, ingeniero de procesos de Allan Bros.

“Es importante tener esa conversación constante y conocer los bloques”, dijo.

Allan Bros. utiliza un sistema WiseConn para controlar sus válvulas y su bomba, equipado con una unidad de variador de frecuencia que ajusta el caudal y la presión a la demanda. Los sensores indican cuánta agua necesitan los árboles y de si hay que impulsarla en profundidad o mantenerla más cerca de la superficie del suelo. A Washut también le gusta una función de SWAN Systems que superpone mapas NDVI de un bloque, pero de días diferentes -por ejemplo, con un año de diferencia- y muestra los cambios en el crecimiento vegetativo en diferentes colores, lo que podría reflejar cambios en la absorción de agua.

Según los ponentes, administrar la transición tecnológica puede resultar difícil. Los sistemas automatizados requieren electroválvulas costosas y bombas con variador de frecuencia. La selección de los portainjertos también debe ser la adecuada. El mejor momento para automatizar es durante la plantación de huertas nuevas, dijeron.

Los panelistas también hablaron sobre cómo la automatización puede hacer frente [JR1] [JD2] a los cambios climáticos erráticos, ya que los sistemas pueden vincularse a la detección de las temperaturas del aire o de la superficie de la fruta. Una vez más, se preocuparon de las horas extras. Las olas de calor suponen más trabajo y más horas para los regantes; la automatización basada en sensores puede mitigarlo.

La automatización también resulta útil en caso de heladas, ya que activa automáticamente los aspersores bajo cubierta en función de las lecturas de temperatura.

Sin embargo, Cathcart dijo que aún no confía del todo en la automatización para el control de las heladas ya que hay demasiado en juego. Quizá dentro de unos años, dijo.

El control remoto de bombas y válvulas permite a los regantes dormir unos 30 minutos más tarde en una mañana fría, y pueden abrir el agua incluso antes de llegar a la huerta, dijo Washut.

“Eso nos ha ayudado definitivamente a ahorrar algunas horas de trabajo”, dijo Washut.

por Ross Courtney

Este artículo ha sido traducido por Jean Dibble y revisado por Jutsely Rivera. Puede ponerse en contacto con Jean en jean@goodfruit.com.


Vea aquí un vídeo en inglés en el que Paul Cathcart y Chet DuFault hablan de la tecnología de riego: https://youtu.be/7004WRLuBII.