Después de más de una década de la llamada “ola azul”, la industria estadounidense de los arándanos sigue aumentando su producción.
Pero no se preocupe, nadie se va a ahogar.
Ese es el mensaje tranquilizador de uno de los líderes de la industria del país.
“Hay mucho más mercado allá fuera”, afirmó Kasey Cronquist, presidente del Consejo de Arándanos de Highbush de EE. UU. y del Consejo de Arándanos de América del Norte. Si la industria desarrolla correctamente ese mercado, necesitará más arándanos, señaló.
Es ahí que interviene Sustainable Ag Ventures. Este equipo de inversión agrícola de California está plantando una huerta de arándanos en Othello, Washington que, cuando esté terminada, será una de las mayores productoras del mundo.
Washington ya es el principal estado productor de la nación. La producción se ha quintuplicado en los últimos 12 años, según las estadísticas del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos.
“Y adivinen qué, Washington está en medio de un maratón de siembra de arándanos”, indicó Alan Schreiber, director ejecutivo de la Comisión de Arándanos de Washington. “Washington tiene varias de las plantaciones de arándanos más grandes del mundo”.
Todavía hay espacio en el mercado
Muchos productores se preocupan, con razón, por el exceso. Algunos han retirado la superficie cultivada en otras partes del Noroeste y en Michigan, que alguna vez fue el mayor productor del país, ya que las huertas más grandes representan una parte creciente de la cosecha.
Pero Cronquist asegura a los productores que existe un margen de crecimiento, siempre y cuando la industria recurra a la innovación. Los estudios de mercado muestran que los arándanos penetran aproximadamente un 38 por ciento de los hogares de EE. UU., en comparación con las fresas, que penetran más de un 70 por ciento.
“Aún no hemos aprovechado todo el potencial”, aseguró Cronquist.
Transmitió este mensaje alentador durante la reunión semestral de la industria en Washington, D.C., el pasado marzo, cuando la industria se enfrentó a un suministro récord de bayas congeladas. Luego se desencadenó la pandemia, la cual impulsó la demanda de arándanos congelados hasta las nubes.
Pero Cronquist piensa que la demanda de arándanos tanto frescos como procesados seguirá siendo alta si la industria innova en cuanto a tecnología, nuevas oportunidades de venta al por menor y exportaciones. Los productores, inclusive la huerta de Othello, están utilizando cosechadoras mecánicas para reducir el costo de la mano de obra en la producción de arándanos frescos, y los fabricantes de equipos están construyendo cosechadoras con materiales de captura suaves y máquinas clasificadoras con tecnología óptica para aumentar la fracción empacada de frutas frescas de calidad. El Consejo de Arándanos de Highbush de EE. UU. trabaja con una agencia que tiene chefs que desarrollan recetas para aumentar el volumen de ventas a servicios de alimentos, como las salsas para barbacoa.
En cuanto a las exportaciones, las Filipinas y China han abierto recientemente sus mercados a los arándanos frescos de Estados Unidos, un esfuerzo en el que la industria ha estado trabajando durante 20 años, informó Cronquist.
Washington
Washington encabeza la producción a nivel nacional, seguido por Oregón.
Los Estados Unidos produjeron 309 millones de kilogramos (680.7 millones de libras) de arándanos en 2019 en 41,600 hectáreas (102,700 acres), mientras que Washington produjo 74 millones de kilogramos (163 millones de libras) en 6,800 hectáreas (16,700 acres), de acuerdo con las estadísticas del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos. La Comisión de Arándanos de Washington estima que la superficie suma unos 9,000 hectáreas (22,300 acres).
De cualquier manera, el potencial de producción de productos orgánicos es lo que llamó la atención del grupo de inversión que está sembrando la nueva e inmensa huerta, llamada Othello Blueberry LLC, declaró Lyla Oyakawa, una de los socias. La huerta Roy Farms de Moxee, Washington, cerca de Yakima, es una socia operativa en la empresa conjunta, indicó Oyakawa.
Será completamente orgánica. El este de Washington se presta para la producción orgánica, ya que cuenta con una irrigación relativamente abundante, baja incidencia de plagas y pocas enfermedades. Planean usar halconeros para los ataques de pájaros y algunas mallas sombra, agregó Oyakawa.
Unas 200 hectáreas (500 acres) producirán su primera cosecha este año, mientras que los trabajadores sembraron unas 160 hectáreas (400 acres) nuevas este año. Con el tiempo, la huerta dependerá en gran medida de la cosecha mecánica y estará dirigida al mercado de productos frescos.
Oyakawa indicó que no son las únicas plantaciones en Washington y Oregón respaldadas por inversiones externas. El costo de la mano de obra y otros insumos agrícolas requieren un gran tamaño para una producción rentable.
“Todas esas cosas que requieren mucho capital y gran escala para capitalizarlas”, explicó.
Oyakawa se negó a compartir los estimados de producción.
Sin embargo, es probable que la huerta sea una de las mayores productoras orgánicas del mundo, afirmó Schreiber, de la Comisión de Arándanos de Washington, aunque le vienen a la mente huertas más grandes en el estado, en términos de área.
En general, el rendimiento de Washington es de alrededor de 11,200 kilogramos por hectárea (10,000 libras por acre). Pero en el este de Washington, 28,000 kilogramos por hectárea (25,000 libras por acre) son alcanzables para una plantación moderna, incluso orgánica, afirmó Schreiber. Con 530 hectáreas (1,300 acres), Othello Blueberry podría producir a la larga más de 14 millones de kilogramos (32 millones de libras) de bayas, casi el 20 por ciento del total actual del estado.
Efecto sobre los pequeños productores
Los pequeños productores luchan por igualar tales escalas, manifestó Mark Longstroth, educador de frutas de la extensión de la Universidad Estatal de Michigan.
Michigan fue en una época la estrella del arándano y producía cerca de la mitad de la cosecha de la nación en 1993, gran parte de ella para ser procesada. Pero los arbustos envejecidos en el clima húmedo donde tradicionalmente se siembra el cultivo rinden alrededor de 5,600 kilogramos por hectárea (5,000 libras por acre), una fracción de los rendimientos de los que ahora se habla en el este de Washington, explicó.
La competencia también viene del extranjero. Las condiciones de cultivo del Perú permiten altos rendimientos que llenan el mercado en el invierno.
“Ahora, cuando voy a la tienda en pleno invierno, tiene arándanos a la venta que son más baratos que los que mis hombres pueden cultivar”, subrayó Longstroth.
Los productores más pequeños están preocupados incluso en Washington, donde las ganancias de los productores han disminuido a cerca de la mitad en los últimos cinco a siete años, explicó Jeff Weijohn de Wapato.
La familia de Weijohn cultiva arándanos y los empaca en asociación con una compañía con sede en Portland, Oregón, para varios otros productores de la zona que se han quedado sin empacadora, ya que las compañías más grandes las han integrado de manera vertical durante la última década aproximadamente. Su marca, Sorbatto Fresh, se vende en tiendas como Target y Whole Foods. También han lanzado el Sorbatto Blue Cream, una alternativa de helado sin leche, como una forma de diversificar y añadir valor.
La industria ha estado debatiendo sobre tiempos difíciles durante 20 años, y la eficiencia es primordial ahora, afirmó. Pero está de acuerdo con Cronquist en que hay espacio para expansión, incluso para los jugadores más pequeños.
Este año, sin embargo, Weijohn sufrió un revés. Compró una cosechadora Korvan, pero la pandemia por el coronavirus cerró la fábrica de producción, por lo que no recibirá el equipo a tiempo para la cosecha.
“Ese es el costo de seguir adelante”, concluyó.
—por Ross Courtney