En abril de este año, Aaron Tyler, de Tyton Aviation, prepara su dron para un vuelo de cartografía de la floración en la nueva huerta del Proyecto Smart Orchard (huerta inteligente), cerca de Mattawa, Washington. (Ross Courtney/Good Fruit Grower)
En abril de este año, Aaron Tyler, de Tyton Aviation, prepara su dron para un vuelo de cartografía de la floración en la nueva huerta del Proyecto Smart Orchard (huerta inteligente), cerca de Mattawa, Washington. (Ross Courtney/Good Fruit Grower)

El Proyecto Smart Orchard sigue evolucionando.

La tercera y más reciente ubicación de una huerta inteligente que antes era un patio de recreo para probar sensores ahora alberga ensayos de fertilización robótica de tasa variable, riego automatizado y mitigación del estrés térmico, cartografía aérea de la floración y mucho más.

“Hay tantas cosas en marcha”, afirmó Keith Veselka, miembro de la Comisión de Investigación de Frutales de Washington (Washington Tree Fruit Research Commission), que financia con USD $196,000 el ProyectoSmart Orchard de una duración de tres años. Los organizadores de la Universidad Estatal de Washington (WSU) también han dedicado al proyecto parte de las subvenciones del Instituto Nacional de Alimentación y Agricultura del Departamento de Agricultura de EE.UU. (US Department of Agriculture National Institute of Food and Agriculture).

La nueva huerta inteligente, situada cerca de Mattawa, está administrada por NWFM, una empresa de administración agrícola conocida por ser una pionera en la adopción de las nuevas tecnologías. El lugar incluye un bloque de 30 acres plantados con manzanos de la variedad WA 38 y un bloque de 8 acres de la variedad Pink Lady. Veselka es el socio gerente.

En la primavera de este año el trabajo comenzó con la cartografía de la floración. Durante el verano, estaba previsto que se realizarían ensayos de control del estrés térmico y la automatización del riego, en los que participarían las empresas agrícolas WiseConn, Dynamax y SWAN Systems, entre otras.

El investigador principal es Lav Khot, profesor asociado de ingeniería de sistemas biológicos de la WSU y director de AgWeatherNet. Sin embargo, participan muchos socios de los sectores académico, tecnológico y productor. Una ventaja: la nueva huerta está más céntrica, entre los centros de la industria frutícola de Wenatchee, Yakima y Tri-Cities. Los lugares anteriores estaban cerca de Pasco y Grandview, con cierta superposición entre ambos. La localidad de Grandview ha sido replantada.

Mientras tanto, el lugar en Mattawa cuenta con redes retráctiles y canopias planas y angostas de árboles de manzanas de alto densidad en las planicies de la Cuenca del Columbia.

El bloque de Mattawa es la primera ubicación de una huerta del Proyecto Smart Orchard con una red aérea retráctil. (Ross Courtney/Good Fruit Grower)
El bloque de Mattawa es la primera ubicación de una huerta del Proyecto Smart Orchard con una red aérea retráctil. (Ross Courtney/Good Fruit Grower)

El lugar, arenoso y caluroso, se presta bien a los estudios sobre el estrés térmico y la administración del riego, explicó Bernardita Sallato, especialista de árboles frutales de la extensión de WSU. Cuando empezó a cavar los pozos de evaluación por los que se ha hecho conocida, descubrió que la textura del suelo bajo los 38 acres de la huerta es sorprendentemente variable. Debido a esta variabilidad, ella y sus colaboradores redujeron el alcance a 9 acres de algunos de los estudios.

“La superficie es plano, pero no lo que está bajo tierra”, afirmó Sallato.

Para más información sobre las fosas de evaluación de suelos de Sallato en inglés, visite: goodfruit.com/soil-pits-get-the-view-from-below-video.

Las redes limitan el trabajo con drones, aunque un proveedor utiliza drones aéreos para cartografiar la floración antes de que se coloquen las redes.

“Pero cada vez hay más productores que optan por las mallas de sombra”, dijo Steven Mantle, propietario del servicio de análisis de datos innov8.ag y coordinador de las anteriores huertas del Proyecto Smart Orchard.

El terreno llano y las canopias planas permiten realizar mejores estudios de administración de la carga de cultivo y sirven de campo de pruebas para la automatización, explicó Mantle. Por ejemplo, los estudiantes de la ingeniería del Centro de Sistemas Agrícolas Automatizados y de Precisión (Center for Precision and Automated Agricultural Systems) de la WSU están utilizando la huerta inteligente para probar un robot que aplica unas dosis variables de fertilizante, árbol por árbol.

Mantle es uno de los colaboradores comerciales que utiliza los sensores SoilOptix y Green Atlas para cartografiar los nutrientes, el agua, la carga y el vigor de la fruta. Es por eso por lo que Khot y su equipo añadieron el bloque de manzanos de la variedad Pink Lady para estudiar el raleo químico de la administración de la carga del cultivo. Se considera que los manzanos de la variedad WA 38 se auto ralean.

Un sensor BeeHero mide las condiciones dentro de una colonia de abejas en la huerta inteligente. (TJ Mullinax/Good Fruit Grower)
Un sensor BeeHero mide las condiciones dentro de una colonia de abejas en la huerta inteligente. (TJ Mullinax/Good Fruit Grower)

Hasta las abejas reciben un tratamiento inteligente en esta huerta.

Desde hace dos años, durante la floración, la empresa israelí BeeHero ha instalado sensores que miden el vuelo, la temperatura, el peso y otros parámetros en las colmenas e hileras de los árboles.

Como una empresa tecnológica que también actúa como una intermediaria, BeeHero entrega sus sensores de salud de las colmenas a apicultores que ha verificado, y luego coloca esas colmenas de alta tecnología con agricultores comerciales como parte de su servicio de polinización. Los datos pueden utilizarse para tomar decisiones sobre la colocación y retirada de las colmenas y sobre cuándo se debe suplementar la alimentación de las abejas en caso de mal tiempo. Un sensor detecta el zumbido que hacen las abejas al polinizar una flor, lo que permite a la empresa medir las visitas a las flores.

“Podemos ayudar a los varios sectores de la industria a encontrar las mejores prácticas”, dijo el cofundador Itai Kanot.

Con su base de EE.UU. ubicada en Fresno, California, la mayoría de los clientes de la empresa pertenecen al sector de las nueces de California, pero el año pasado empezó a operar en las huertas de árboles frutales del Noroeste.

Técnicamente, BeeHero no colabora con el Proyecto Smart Orchard, sino que mantiene una relación comercial con NWFM. Otra tecnología ya ha superado la fase de pruebas: los tractores sin conductor guiados por Bluewhite que pulverizan y transportan por los bloques pertenecen a NWFM como parte de su operación comercial.

Alejandra Valdez, representante ejecutiva agrícola de la compañía Bluewhite, conduce un tractor autónomo a través de un espacio estrecho cerca de unas colonias de abejas y otros peligros en la huerta inteligente; la empresa NWFM es la administradora y forma parte de la operación comercial. (TJ Mullinax/Good Fruit Grower)
Alejandra Valdez, representante ejecutiva agrícola de la compañía Bluewhite, conduce un tractor autónomo a través de un espacio estrecho cerca de unas colonias de abejas y otros peligros en la huerta inteligente; la empresa NWFM es la administradora y forma parte de la operación comercial. (TJ Mullinax/Good Fruit Grower)

Sin embargo, Veselka considera que los ensayos del Proyecto Smart Orchard dirigidos por la WSU y sus propias aplicaciones tecnológicas son piezas del mismo rompecabezas para hacer avances en la agricultura de precisión.

Para más información sobre el Proyecto Smart Orchard en inglés, visite: smartorchard.wsu.edu.

por Ross Courtney

Este artículo ha sido traducido por Jean Dibble y revisado por Jutsely Rivera. Puede ponerse en contacto con Jean en jean@goodfruit.com.