Ron Gonsalves, presidente de Blue Bird, a la derecha, habla a los participantes de la conferencia Interpera en el 2017 en la nueva línea de empacado de la empresa en Wenatchee, Washington. Gonsalves discutió cómo los sistemas robóticos y el sistema de lavado de cajones ayudan a mantener a los trabajadores más seguros y alcanzar niveles de seguridad alimentaria más altos que los ya establecidos. La tecnología, no obstante nueva para la industria fruticultora, pasará a ser el procedimiento habitual entre los empacadores del estado, afirmó Gonsalves. <b>(TJ Mullinax/Good Fruit Grower)</b>

Ron Gonsalves, presidente de Blue Bird, a la derecha, habla a los participantes de la conferencia Interpera en el 2017 en la nueva línea de empacado de la empresa en Wenatchee, Washington. Gonsalves discutió cómo los sistemas robóticos y el sistema de lavado de cajones ayudan a mantener a los trabajadores más seguros y alcanzar niveles de seguridad alimentaria más altos que los ya establecidos. La tecnología, no obstante nueva para la industria fruticultora, pasará a ser el procedimiento habitual entre los empacadores del estado, afirmó Gonsalves. (TJ Mullinax/Good Fruit Grower)

Historia:

Si solo las peras fueran redondas.

A continuación, los avances tecnológicos en la línea de empacado que son esenciales para mantener la competitividad de las peras en el mercado global de producción ya podrían estar aquí.

“Cerezas y manzanas se han beneficiado mucho de las mejoras tecnológicas en los últimos cinco años,” dijo Bob Gix, un agricultor de pera de Wenatchee, Washington. “Las peras no lo han logrado, y en parte ha sido por la forma del fruto.” El alargado contorno de las peras les impide rodar suavemente sobre el equipo que permite la visión y clasificación electrónica de alta tecnología, y herramientas de robótica que rápidamente han cambiado la infraestructura del empacado de cerezas y manzanas.

Para proporcionar a los productores de pera de todo el mundo una mirada de lo que podría ser, Gix y los compañeros organizadores de la conferencia Interpera llevaron a los participantes de la conferencia anual a una visita guiada de dos de los empacadores más progresistas de Washington en el Valle de Wenatchee. El grupo vio líneas de empacadas conocidas por sus modernas herramientas, como son una cadena de lavado de cajones automatizada, equipos de clasificación y estibador de paletas automáticos.

Interpera, también conocido como el Congreso Mundial de Pera, celebró su décima conferencia anual en junio en Wenatchee, en el corazón de la región de producción de pera más prolífica de los Estados Unidos. El evento de dos días, celebrado por primera vez en los Estados Unidos, incluyó una combinación de presentaciones en la sala de conferencias, visitas a huertos y un tour por los centros de empacado de McDougall and Sons y Blue Bird Inc.

Las buenas nuevas de ser empacador, es que fabricantes de todo el mundo, como son Unitec de Italia, Maf de Francia y Greefa de Holanda, compiten por crear una nueva tecnología, dijo Gix. “Es un tiempo maravilloso de competencia del cual los productores se beneficiarán.”

Blue Bird

En las instalaciones de Blue Bird en Wenatche, su presidente Ron Gonsalves mostró a los participantes la nueva instalación, construida a raíz de un fuego incontrolado del 2015 que destruyó el último centro de empacado que la empresa tenía allí. Diseñado como una línea de manzanas que puede funcionar con peras, con la seguridad alimentaria y la eficiencia en mente, la línea se dedica a la producción orgánica. El equipo de Maf manipula variedades de pera Barlett y Anjou, pero todavía no está adaptado a la variedad Bosc, debido a la forma de la pera.

La empresa empaca cerca de 320,000 cajas de peras orgánicas, aproximadamente el 30 por ciento del volumen de producción orgánica del Noroeste, así como también 1.5 millones de cajas de pera convencionales en su principal instalación de empacado en la vecina ciudad de Peshastin.

El futuro se combina con el pasado en Blue Bird, un negocio que comenzó en 1913 como una instalación de empacado de peras. De hecho, hay todavía unos pocos árboles en el valle de Wenatchee tan antiguos como la empresa. “Existen todavía arboles de la variedad Barlett en producción con 100 años de edad. No son demasiados y están un poco dispersos pero existen,” dijo Gonsalves.

Él espera que la tecnología cambie, calculando que la instalación durará 40 o 50 años, la maquinaria de empacado 15 o 20 años y la tecnología mucho menos. “Si no hacemos mejoras en tres a cinco años, sería una sorpresa.”

La línea puede manipular 200 cajones por turno, bastante menos que los 450 o 500 cajones de manzana. Por un lado, la forma lo hace más difícil, pero ellos también tienen menos peras orgánicas que manzanas.

Una de las nuevas características es un sistema robótico de lavado de cajones. Un operador de montacargas entrega una estiba con cuatro cajones llenos. Un sistema de cinco robots automáticamente sumerge cada cajón unas 12 pulgadas en un limpiador deslizante presurizado, que por inmersión deja la fruta, limpia cada cajón y por último los estiba en el tradicional estilo de nido.
Otro característica es un sistema de embolsado automatizado que busca peras con el tamaño adecuado para evitar un llenado excesivo. “La mayor frustración cuando estás llenando las bolsas a mano es repartir el peso,” dijo Gonsalves.

McDougall & Sons

Bryon McDougall, coordinador de las operaciones de empacado en McDougall & Sons, condujo al grupo Interpera durante el tour por la nueva instalación de la empresa, equipada con clasificación asistida por imágenes de ordenador y otros dispositivos automatizados. Finalizada en 2015, empaca manzanas convencionales, así como cerezas convencionales y orgánicas.

McDougall and Sons podrían utilizar peras en la misma línea, pero las manzanas consumen toda su capacidad, de manera que la compañía empaca las peras en una instalación especializada en la localidad cercana de Monitor. Pero funcionaría.
“Toda esta misma tecnología se puede aplicar con peras,” dijo McDougall, un miembro de la quinta generación de propietarios en la familia.

Los McDougalls han considerado modernizar su maquinaria para empacado de peras, pero están todavía buscando mejoras para los defectos en la clasificación externa, mientras que la clasificación por calidad interna no es una gran preocupación con las peras, dijo McDougall.

La instalación de manzanas y cerezas tiene 24 cámaras con atmosfera controlada, y cada una de ellas puede almacenar cerca de 2,000 cajones. La empresa maneja las manzanas en dos máquinas de seis líneas Greefa, que funcionan conjuntamente usando tecnología de clasificación externa e interna.

Dentro de una sala de operaciones sobre un amplio piso, los ordenadores visualizan imágenes de la fruta con calificaciones para el contenido de azúcar, presión, tamaño, color y defectos. Para la clasificación por calidad interna, cámaras proyectando hacia arriba a través de agujeros en el molde que cada fruta ocupa en la banda trasportadora asegurándose que cada una es medida a la misma distancia. La empresa pagó $90,000 para equipar cada línea con tecnología de clasificación interna y externa en manzanas.

La línea trabaja con unos 70 o 80 cajones por hora. Ellos necesitarían cuatro veces más personal para clasificar y evaluar toda esa fruta a mano.

Otra de las novedades es que las secciones de proceso húmedo y seco están separadas. La fruta entra en la empacadora procedente de los huertos a través de una “sala húmeda,” donde los cajones se remojan y la fruta es lavada. Ventiladores de alta potencia distribuyen el olor a cloro y alejan el polvo. El diseño permite a la empresa mantener los ruidos y olores lejos de los trabajadores y concentra la mayor parte de los riesgos de seguridad alimentaria en un salón.

Al final del proceso, McDougall también ha invertido en unos brazos robóticos de montaje de paletas que hacen el trabajo de 12 personas con mayor precisión.

La empresa tiene también máquinas de embolsado automatizadas que mueve de un lado para otro desde la línea adyacente de cerezas. La línea de manzanas y peras presenta una báscula que automáticamente selecciona una combinación de fruta para conseguir el peso correcto, como en el caso de Blue Bird.

Otra vez, la misma maquinaria funcionaria con peras, pero las peras requieren mayor esfuerzo. Deben de ser envueltas, no disponen de máquina de llenado de bandejas y no se almacenan en los cajones tan bien como las manzanas. En su lugar, McDougall and Sons empacan a mano bolsas de 2 y 5 libras en su instalación de Monitor. McDougall calcula que cerca del 50 por ciento de las peras terminan en algún tipo de empacado específico para el consumidor durante el otoño e invierno, pero el número se eleva a un 80 por ciento en primavera y verano.

McDougall espera que la industria fruticultura proponga una forma de almacenamiento del empacado dirigido al consumidor, como son las bolsas, en atmosferas controladas hasta el envío en mayo, junio y julio. Actualmente, la empresa empaca la fruta en cajas de 44 libras en septiembre y octubre para volver a empacarla para los consumidores más adelante, lo que es una laboriosa y costosa tarea.

“Ese es uno de los retos más grandes para nuestra industria, pienso como podemos extender nuestra temporada de empacado o introducir mejores programas de almacenamiento,” dijo McDougall.

– Por Ross Courtney