Los productores de manzanas orgánicas de Washington incorporan 10,000 acres adicionales en solo unos pocos años.
Motivados por precios récord de manzanas orgánicas —de 20 a 25 dólares por caja por encima de sus equivalentes convencionales— los productores de Washington continuaron certificando más huertos y cosecharon unos 13 millones de cajas en 2017.
Hasta ahora, esa apuesta había dado buenos resultados para los productores, pero el esperado auge en la producción para este año y el próximo podría cambiar el cálculo. Los precios podrían caer si la oferta supera la demanda esta temporada, cuando se espera que la superficie de cultivo certificada aumente drásticamente a 25,000 acres, frente a 16,000 en 2016, según David Granatstein, profesor de la Universidad Estatal de Washington.
“Si va a haber un año problemático, probablemente sea el próximo año”, indicó en una entrevista el pasado otoño. “Pero luego, en un futuro previsible, no debería ser un problema”.
La demanda del consumidor por las manzanas orgánicas parece estar aumentando de forma constante en torno a un 10 por ciento anual, por lo que, si el crecimiento repentino previsto para 2018 provoca la saturación del mercado, esta será pequeña y temporal, señaló.
Para 2019, se espera que la demanda vuelva a exceder levemente la oferta una vez se desacelere la expansión de la superficie cultivada. Granatstein presentó sus pronósticos en la Reunión Anual de la Asociación de Árboles Frutales del Estado de Washington en diciembre.
Para hacer sus previsiones, Granatstein depende de los datos del Departamento de Agricultura del Estado de Washington sobre acres certificados como orgánicos y acres certificados como en transición.
Pero dado que la certificación de transición es opcional y solo la utilizan algunos productores, también realizó una encuesta privada con plantas envasadoras en 2017 para ver cuántos acres orgánicos entrarán en producción en los próximos años.
“Solo la mitad de lo que está realmente en transición, según mi encuesta, está registrado con el certificador”, explicó Granatstein. “Todos estamos esperando lo mismo este año y el próximo, dos años de gran crecimiento seguidos por un periodo de nivelación”.
En 2016, los productores de Washington cosecharon 11.3 millones de cajas de manzanas orgánicas. Debido a la fructificación bienal, se esperaba que 2017 fuera un año de bajo rendimiento, lo que podría enmascarar un poco el reciente crecimiento.
Pero una cosecha fuerte de 13 millones de cajas sugiere que el rendimiento no fue tan bajo como se esperaba, aclaró Granatstein. La producción podría otra vez aumentar drásticamente para la próxima cosecha, si ese gran aumento en la superficie de cultivo coincide con una producción a pleno rendimiento, añadió.
El sector adoptó los productos orgánicos como una oportunidad de crecimiento, pero debido a las rápidas tasas de crecimiento, “en algún momento, la producción orgánica reducirá las ventas de manzanas convencionales”, aseguró.
Los estudios muestran que la demanda del consumidor por productos orgánicos continúa en aumento. En 2016, las ventas del sector agrícola orgánico a nivel nacional ascendieron en un 23 por ciento a 7.6 mil millones de dólares, según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, de los cuales las manzanas ascienden a 327 millones de dólares en ventas, un aumento de 8 por ciento.
A nivel mundial, Europa sigue siendo el líder en producción de fruta orgánica, con aproximadamente el 72 por ciento de su tierra en huertos orgánicos. Washington tiene el 7 por ciento de la superficie cultivada en el mundo. La producción orgánica también está aumentando en América del Sur.
El aumento en la producción plantea dudas sobre los mercados de exportación. Las manzanas orgánicas americanas ya no tienen acogida en los mercados europeos, pero si la tendencia se populariza entre los consumidores asiáticos, podría crear nuevas oportunidades para los productores del noroeste de Estados Unidos, sostuvo Granatstein.
“En este momento, la mayor parte de nuestras exportaciones de manzanas orgánicas y de fruta procedente de árboles frutales se envía a Canadá”, afirmó.
Las principales variedades orgánicas son Gala y Fuji, seguidas por Honeycrisp, Granny Smith y Red Delicious. Cripps Pink está funcionando bien como manzana orgánica y está ganando terreno.
Se espera que la nueva variedad WA 38 de la Universidad Estatal de Washington, que se venderá con el nombre Cosmic Crisp, también sea una fuerte candidata orgánica, indicó Granatstein.
La región de Columbia Basin lidera el estado de Washington en cuanto a acres de manzanas orgánicas, con aproximadamente 7,400 acres certificados, en comparación con menos de 3,000 acres tanto en el Valle de Yakima como en la región Norte-Central de Washington, según el Informe de Superficie de Cultivo de Árboles Frutales de Washington producido por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos en 2017.
La producción de pera orgánica, que generalmente ha sido más estable que la de manzana, también está creciendo y ya tiene casi 400 acres registrados como en transición. En la actualidad, constituye poco más del 10 por ciento de la superficie de cultivo de pera de Washington. En 2016, los productores de pera vendieron más de 1.1 millones de cajas de peras orgánicas por un precio medio de 37 dólares por caja.
Los productores de cerezas también han comenzado nuevamente a certificar más superficie de cultivo en transición, después de enfrentar problemas para controlar la mosca del vinagre de las alas manchadas (Drosophila suzukii Matsumura) que redujeron el rápido crecimiento de hace una década. Las cerezas orgánicas representaron poco más del 2 por ciento de la cosecha de Washington en 2016. Los precios siguen siendo fuertes, afirmó Granatstein, gracias en parte al mercado de cerezas individuales congeladas rápidamente, el cual mantiene un precio mínimo.
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La transición de los árboles frutales a la producción orgánica fue el tema central de una excursión del grupo NextGen Growers de la Universidad Estatal de Washington a High Point Orchards en Pasco, Washington el pasado mes de julio. Su propietario, Rick Orozco, cultiva duraznos, albaricoques, peras, nectarinas y manzanas orgánicas, junto con manzanas y cerezas convencionales.
Él les platicó a los asistentes sobre la importancia de alentar a los insectos beneficiosos, usar regularmente un escardillo mecánico y practicar un buen saneamiento de huertos: la remoción de frutos podridos que podrían convertirse en una fuente de enfermedades, como la podredumbre marrón en la fruta de hueso.
Los asistentes al recorrido hicieron muchas preguntas sobre los programas de nutrición, lo que no es sorprendente ya que la acumulación de nitrógeno en el suelo mediante fertilizantes de liberación lenta como el compost o el abono es muy diferente a la aplicación de un fertilizante convencional. Solo el 15 por ciento del nitrógeno en el compost estará disponible para los árboles durante la primera temporada de aplicación, indicó la educadora de la Extensión de WSU, Tianna Dupont. Su acumulación a lo largo del tiempo conduce a suelos muy productivos, pero la transición puede ser un reto para los árboles y los productores.
“Es un desafío asegurarse de que haya suficiente nitrógeno para que no disminuya el vigor” en los primeros años de prácticas orgánicas, observó Orozco. Pero una vez se acumula el nitrógeno en el suelo durante varios años, los árboles se desarrollan bastante bien. En huertos maduros de árboles frutales de hueso, se añade una tonelada de estiércol de pollos por acre, lo que equivale a unas 50 libras de nitrógeno.
Orozco también describió sus experimentos con un cultivo de cobertura de guisantes de invierno, el cual puede proporcionar una fuente de nitrógeno significativa cuando se cubre con un mantillo y se labra. “Funcionó muy bien, pero es un desafío”, manifestó. Los guisantes necesitan agua en la temporada baja, cuando él intenta ralentizar los árboles, lo que complica su manejo, por lo que los cambió por el compost, explicó Orozco. Sin embargo, animó a los productores jóvenes y ambiciosos a probarlo.
“Una vez que su sistema se equilibra, puede comenzar a obtener muchos beneficios”, aseguró Scott Rice, gerente del programa de certificación orgánica del Departamento de Agricultura del Estado de Washington.
Recomendó que los productores que recién han adoptado la producción orgánica se inscriban en el programa de transición del estado durante los 36 meses requeridos desde la última aplicación de plaguicidas hasta la primera oportunidad de vender las frutas como orgánicas. El programa es opcional, pero facilita que los certificadores visiten las granjas y trabajen con los productores para asegurarse de que todo esté en conformidad con las normas pertinentes.
“Ayuda a evitar sorpresas”, aconsejó Rice. Durante las inspecciones, los certificadores verifican los registros o las entradas y se aseguran de que no haya problemas alrededor de los bordes de las parcelas y otras áreas de preocupación. “En caso de duda, llame a su certificador”.