Los centros de empaque de fruta y las instalaciones de almacenamiento deben inspeccionar con regularidad las áreas dañadas, tal como paredes y pisos, y limpiar y desinfectar agresivamente superficies y equipo -mucho más allá de las prácticas de limpieza habituales- para reducir el riesgo de contaminación con Listeria, de acuerdo con un nuevo estudio.
El estudio, iniciado por Karen Killinger, previamente afiliada a la Universidad Estatal de Washington, y completado por la gerente de proyecto Ines Hanrahan, de la Comisión de Investigación de Árboles Frutales del Estado de Washington, y Lauren Walter, pasante de investigación en la Universidad Estatal de Washington, estuvo dirigido a ayudar a los centros de empaque a dar seguimiento y controlar la Listeria en las cámaras frigoríficas.
Para ello, aplicaron dos niveles de limpieza en dos cámaras frigoríficas de un almacén en la región central de Washington.
La limpieza habitual implicó la limpieza total de todas las secciones de la cámara, inclusive los serpentines, las bandejas y los conos, con agua no tratada a presión; fregar las paredes y el techo con cepillos y un limpiador a presión, y secar el piso con un escurridor con sistema de vacío. Una vez se extrajo la mayoría de la humedad, los investigadores utilizaron un nebulizador químico por unas dos horas con los ventiladores prendidos, la refrigeración apagada y las puertas cerradas para desinfectar la cámara.
Para realizar una limpieza agresiva, los investigadores limpiaron con agua clorada a presión (pH 6.5, con 200 partes por millón de hipoclorito de sodio) todas las secciones de la cámara, inclusive serpentines, bandejas y conos; fregaron las paredes y partes del techo con cepillos y un limpiador a presión; enjuagaron los pisos con agua clorada y los fregaron con cepillos; y secaron todo con un escurridor para pisos con sistema de vacío.
Tomaron un total de 373 muestras, tanto antes como después de limpiar, para comparar la idoneidad de cada proceso de limpieza. Los resultados mostraron que varias áreas del centro de empaque tienen una mayor probabilidad de contener bacterias, inclusive aquellas con agua estancada en los pisos, áreas dañadas de paredes y pisos, y el condensador enfriador, el cual es muy difícil de limpiar, indicó Hanrahan.
Los pisos, en particular, requieren prácticas de limpieza más agresivas. Los investigadores observaron con frecuencia la presencia de Listeria genérica después de la limpieza habitual, pero observaron una reducción dramática en el número de muestras positivas de Listeria después de las prácticas de limpieza agresiva que se emplearon. También encontraron que algunas áreas de la cámara frigorífica mostraron pocos cambios en cuanto a su contenido de Listeria después de las prácticas de limpieza habituales, inclusive en los pisos dañados, los parachoques y los sistemas de climatización; una vez más, las prácticas agresivas de limpieza y desinfección redujeron la incidencia de muestras positivas de Listeria.
Además, la fregadora de pisos utilizada durante la limpieza resultó positiva para Listeria y podría haber servido como fuente de contaminación. “La atención al equipo de limpieza es esencial para prevenir la contaminación cruzada”, indicó Hanrahan.