Este artículo apareció originalmente en la edición de septiembre de 2019 de la revista Good Fruit Grower: Study tracks effect of pest management in adjacent crops


La entomóloga Dalila Rendon de la Oregon State University, al frente, y la técnica de investigación Gabriela Boyer, buscan artrópodos en un huerto de perales, a la derecha, y en el huerto de cerezos vecino en mayo de 2018 en Odell, Oregón. Durante el tiempo que estuvo en la OSU, Rendon encontró algunas pruebas de que los esfuerzos para controlar la drosófila de ala manchada en los huertos de cerezos pueden afectar el manejo integral de plagas (MIP) en los huertos de perales vecinos. (Ross Courtney/Good Fruit Grower)

La entomóloga Dalila Rendon de la Oregon State University, al frente, y la técnica de investigación Gabriela Boyer, buscan artrópodos en un huerto de perales, a la derecha, y en el huerto de cerezos vecino en mayo de 2018 en Odell, Oregón. Durante el tiempo que estuvo en la OSU, Rendon encontró algunas pruebas de que los esfuerzos para controlar la drosófila de ala manchada en los huertos de cerezos pueden afectar el manejo integral de plagas (MIP) en los huertos de perales vecinos. (Ross Courtney/Good Fruit Grower)

Lo que vive en un huerto puede afectar el manejo integral de plagas en un huerto vecino, aun si se trata de un cultivo diferente.

Eso no parece tan sorprendente, pero un grupo de horticultores de Hood River, Oregón, le pidió a un investigador que explorara cuánto puede alterar el manejo de plagas en los huertos de cerezos al MIP de los bloques de peras vecinos.

“La respuesta es un poco”, dijo Dalila Rendon, entomóloga de la Oregon State University. “No mucho, pero lo suficiente como para explorar más el tema”.

“En general, las relaciones eran muy débiles”, dijo.

Los productores en el área de Hood River, donde los bloques de peras y cerezas forman un paisaje en mosaico, sospecharon que los programas agresivos de control de drosófila de ala manchada en los huertos de cerezos podrían tener un efecto dominó en el cuidadoso equilibrio del MIP en los huertos de perales vecinos.

Les da gusto saber que Rendon haya confirmado la conexión, aunque haya sido insignificante, dijo Mike Doke de Columbia Gorge Fruit Growers, quien representa a los productores de la región.

“Nuestros temores no se disipan ni nada, pero estamos de acuerdo con su conclusión de que necesitamos saber más”, dijo Doke.

Los productores del grupo han documentado el problema más allá de un miedo hipotético, dijo. De hecho, la organización le pidió a Rendon que abordara el problema, ayudó a financiarlo y espera que otro entomólogo prosiga con su investigación.

El grupo financió el trabajo de Rendon por USD 12,400 y estaba listo para otorgar un monto similar para 2019. Sin embargo, en marzo, Rendon dejó el área de Hood River para asumir un cargo de investigación de cortesía de la facultad de la OSU en Viena, Austria.

“Creo que hay productores que están convencidos y quieren saber más al respecto”, dijo Doke.

Rendon analizó los datos de la encuesta de tres años en huertos de perales en la región en busca de insectos beneficiosos: trechnites, campylomma, deraeocoris, orius, crisopas, catarinas, hormigas, damiselas, tijerillas y arañas.

En 2016, los huertos de perales en un perímetro de un kilómetro de colindancia con los de cerezos mostraron una tendencia de disminución de insectos beneficiosos. En 2018, Rendon solo observó efectos a pequeña escala que diferían un poco de los de 2016. Cuando los huertos de cerezos estaban en la misma área circundante que los bloques de peras, no parecían afectar las poblaciones. Pero cuando las peras estaban justo al lado de las cerezas, tenían mayores poblaciones de plagas y de insectos beneficiosos.

Ella y sus colegas no encontraron ninguna de estas mismas relaciones en 2017.

Su mensaje a los productores: No se preocupen por detalles menores, y todo parece indicar que la proximidad de los huertos de perales y cerezos es uno de ellos.

“Les dije (a los productores) que yo, en su lugar, no me preocuparía demasiado por los cerezos vecinos, ya que hay otros factores que probablemente resultan determinantes respecto de la psilla y de la abundancia de insectos beneficiosos”, recalcó.

Sin embargo, también descubrió algunos detalles interesantes que justifican una mayor exploración.

Por un lado, las relaciones no eran consistentes cada año, y desconocía a qué se debía. Asimismo, la ubicación y la elevación parecen proporcionar un efecto más fuerte, dijo. Los sitios de mayor elevación cerca de Parkdale, al sur, cerca del monte Hood, mostraron una menor variabilidad en la abundancia de insectos beneficiosos que los sitios más bajos al norte cerca del río Columbia.

“En mi experiencia, esto sugiere que otros factores externos pueden tener una mayor influencia en la abundancia de insectos beneficiosos en estos sitios del norte que en los sitios más al sur”, dijo. Entre ellos puede estar la heterogeneidad del paisaje, el nivel de urbanización, la proximidad al agua y las áreas no gestionadas, o incluso las diferencias en el suelo.

No le molesta que las conexiones hayan sido matizadas y tenues. Esto a menudo es así en el terreno de la investigación, y las personas no deberían esperar cifras llamativas para prestar atención, dijo.

“Como científica, creo firmemente que todos los datos y resultados son importantes”, dijo. “El sesgo hacia resultados significativos es un mal servicio para la ciencia y la política ambiental”.