Como parte de la prevención del suicidio y del manejo del estrés en las explotaciones agrícolas, el personal de la extensión del condado de Skagit de la Universidad Estatal de Washington está colocando vallas publicitarias que fomentan las conversaciones sobre salud mental en las comunidades agrícolas de Washington. (Cortesía de la Extensión de la Universidad Estatal de Washington del Condado de Skagit)
Como parte de la prevención del suicidio y del manejo del estrés en las explotaciones agrícolas, el personal de la extensión del condado de Skagit de la Universidad Estatal de Washington está colocando vallas publicitarias que fomentan las conversaciones sobre salud mental en las comunidades agrícolas de Washington. (Cortesía de la Extensión de la Universidad Estatal de Washington del Condado de Skagit)

Don McMoran ha sentido el estrés que solo los agricultores pueden sentir.

El director de Extensión de la Universidad Estatal de Washington en el condado de Skagit creció en una huerta. Sus amigos se suicidaron. Los miembros de la familia lo presionaban para preservar el negocio generacional.

Pero los agricultores no hablan de esas cosas.

“Desde muy joven me enseñaron a poner buena cara y no quejarme, y a resolver mis propios problemas”, explicó McMoran. Los agricultores se enfrentan a un estigma que les impide buscar ayuda.

Don McMoran
Don McMoran

Para ofrecer a los agricultores más lugares en los que puedan hablar de esas cosas, McMoran y su personal dirigen varios programas de prevención del suicidio que incluyen seminarios, psicoterapia de “sobremesa” económica, vallas publicitarias, operadores de líneas de ayuda a los agricultores (Farm Aid) y asociaciones con 13 estados occidentales y cuatro territorios, todo ello apoyado por más de 8 millones de dólares en subvenciones federales y estatales, así como algunas donaciones privadas.

El esfuerzo es grande, pero también lo es la necesidad.

Un estudio realizado por los Centros para el Control de Enfermedades en 2020 encontró que la agricultura estaba entre las 10 principales profesiones para los hombres que mueren por suicidio, y ha estado empeorando. El año pasado, USA Today informó que más de 450 agricultores de nueve estados del Medio Oeste se suicidaron entre 2014 y 2018, mientras que las llamadas a la línea de ayuda a los agricultores se duplicaron en el mismo período. El reportaje culpaba a la combinación de la caída de los precios, el aumento de la deuda, el clima extremo y los problemas en las exportaciones.

La pandemia no hizo más que aumentar el estrés. En 2020, el servicio de atención telefónica y de correo electrónico de Farm Aid recibió 900 contactos, un 20% más que el año anterior. Y aunque el Medio Oeste se ha visto muy afectado, no es el único. En la primera mitad de 2020, los seis principales estados productores de fruta de árbol representaron casi una de cada cinco llamadas.

“La agricultura es tan estresante como lo ha sido durante mucho tiempo, probablemente como fue en los días del fenómeno conocido como Dust Bowl (cuenca de polvo)”, indicó McMoran.

La línea directa de ayuda telefónica Farm Aid
Si usted o alguien del ámbito agrícola necesita ayuda emocional, llame a la línea directa de ayuda para agricultores Farm Aid: 1-800-FARM-AID (1-800-327-6243) de 9 a.m. a 10 p.m. hora del este y de 6 a.m. a 7 p.m. hora del Pacífico.

Muchos programas

La salud mental de los agricultores es uno de los objetivos de los programas tanto locales como nacionales.

Farm Aid, la organización sin ánimo de lucro creada en 1985 por Willie Nelson y otros músicos, ha recaudado más de 53 millones de dólares para financiar diversos programas de apoyo y defensa de los agricultores, entre los que se encuentra la línea telefónica de ayuda.

Los operadores de la línea de atención telefónica escuchan con empatía, pero no son terapeutas, dice Tony Glover, operador y agente de extensión jubilado de la Universidad de Auburn, en Alabama. En su lugar, dirigen a los productores a utilizar recursos para manejar las causas de su estrés: asesoramiento financiero, consejos de producción, programas de ayuda en caso de catástrofe y alguna que otra subvención de emergencia. Si la persona que llama realmente necesita psicoterapia, los operadores la remiten a profesionales o a la Línea Nacional de Prevención del Suicidio.

“Intentamos mantenernos en nuestra línea”, dice Glover.

Durante su carrera como agente de extensión, Glover trabajó sobre todo con productores de cultivos hortícolas de pequeñas y medianas superficies, que incluyen hortalizas, manzanas, duraznos y bayas, y que trabajan en venta directa. Nunca perdió por causa de suicidio a nadie con el que trabajara, pero escuchó hablar de ellos a menudo durante su carrera.

Al crecer en una huerta de duraznos y hortalizas, se preocupó por sus padres antes y después de que perdieran su huerta por declararse en quiebra en los turbulentos años 70. Años más tarde, compraron otra y se recuperaron a base de mucho trabajo.

Los productores tienen la capacidad de recuperarse, pero también necesitan ayuda, mencionó. “No les importa el trabajo duro. Ese no es el problema”, agregó Glover. “Pero cualquiera puede llegar al punto de quiebre y tener una crisis de salud mental”.

La Ley Agrícola de 2018 incluyó 10 millones de dólares de financiación hasta 2023 para continuar con la Red de Asistencia para el Estrés en Huertas y Ranchos, que ayuda a orientar a los agricultores a una serie de servicios. En 2019, el Congreso aprobó la ley bipartidista denominada Ley de Resiliencia Rural, que implementó la capacitación voluntaria en salud mental para los empleados del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, proporcionó 3 millones de dólares en fondos para campañas publicitarias y ordenó al Secretario de Agricultura de los Estados Unidos que trabajara con defensores estatales y locales para redactar las mejores prácticas para responder al estrés agrícola.

En 2018, la Universidad Estatal de Míchigan inició un programa de estrés agrícola que organiza talleres, conecta a los agricultores con los servicios de salud mental por teléfono o en persona, publica guías financieras y de gestión, y proporciona un programa de contenidos para que los profesionales del sector agrícola y los miembros de la familia se comuniquen con los agricultores bajo estrés. La Universidad de Cornell y la Universidad Estatal de Pensilvania también ofrecen capacitación y otros servicios.

De vuelta en Washington, el condado de Skagit comenzó su programa piloto de prevención del suicidio en la huerta en 2019 con la financiación de la legislatura estatal. El personal organizó talleres y distribuyó fichas que explicaban las señales de advertencia de suicidio en español y en inglés. Más tarde, ese mismo año, el personal de McMoran utilizó una subvención federal de 500,000 dólares de la Red de Asistencia para el Estrés en Huertas y Ranchos para expandirse por Washington y Oregón y pagar vallas publicitarias que llevaban los números de teléfono de la línea de prevención del suicidio en español e inglés.

En 2020, el condado de Skagit creó una asociación con 13 estados occidentales y cuatro territorios para compartir una subvención federal de 7.2 millones de dólares de la misma red de asistencia. Entre otros proyectos, el dinero se destinó al sitio web farmstress.us y a la contratación de dos operadores adicionales para ampliar el horario de la línea telefónica de Farm Aid, haciéndola disponible para los productores durante el horario comercial en las zonas horarias del Oeste.

Otras subvenciones específicas para Washington ayudarán a pagar el asesoramiento financiero personal de los productores, la investigación llevada a cabo por la WSU y los bonos del Departamento de Salud del Estado para pagar el asesoramiento de salud mental de los productores.

Gran parte del estrés de las explotaciones agrícolas es de tipo financiero, dijo Shannon Neibergs, profesora de economía agrícola de la WSU. Neibergs utilizará los fondos de la subvención para contratar a un asesor financiero que organice seminarios y se reúna con los agricultores uno a uno en sus casas. Esa persona recibirá capacitación sobre cómo reconocer las tendencias suicidas.

Otros recursos
Además de la línea telefónica de Farm Aid, los profesionales de la agricultura disponen de muchos otros recursos relacionados con la salud mental y la prevención del suicidio.

—Línea Nacional de Prevención del Suicidio: 800-273-TALK (8255), suicidepreventionlifeline.org.

—De Prevención del Suicidio: 888-628-9454

—Línea de Texto Nacional para Crisis: Envíe un mensaje de texto “GO” al 741741

—Programa de prevención del suicidio de la Extensión del Condado de Skagit: extension.wsu.edu/skagit/suicide-prevention (en inglés) y extension.wsu.edu/skagit/suicide-prevention/recursosdelaprevenciondelsuicidio (en español).

—Para un centro de coordinación de servicios profesionales, incluida la asistencia en crisis, salud mental y planificación financiera, visite el Programa de Asistencia para el Estrés Agrícola de la Región Occidental en farmstress.us. Los servicios están ordenados por tema y estado.

—Programas de manejo del estrés agrícola de la Universidad Estatal de Michigan: canr.msu.edu/managing_farm_stress/index.

—Extensión Cooperativa de la Universidad de Cornell en el condado de Cortland ofrece formación acerca del estrés:cortland.cce.cornell.edu/events/2020/08/25/farm-stress-training.

—Serie de Cornell sobre la resiliencia de las pequeñas huertas durante la pandemia: smallfarms.cornell.edu/resources/farm-resilience.

—Recursos de gestión del estrés de New York FarmNet: nyfarmnet.org/farm-stress.

—Recursos de la Extensión de la Universidad Estatal de Pensilvania: extension.psu.edu/mental-health-and-stress-for-agricultural-producers.

Es personal

La ansiedad y la depresión también existen para los trabajadores agrícolas, dijo Marilu Fernández-Silva, que creció viendo a su familia trabajar en los campos de bayas del condado de Skagit. Sus padres se estresaban por la posibilidad de perder el trabajo si no recogían con la rapidez suficiente, sobre todo a medida que envejecían y se volvían más lentos.

Pero no se utilizaban términos como depresión, ansiedad y pensamiento suicida, mencionó Fernández-Silva, que hasta finales de septiembre trabajaba como traductora para la extensión del condado de Skagit y ayudó a elaborar los contenidos en español del programa de prevención del suicidio. Y al igual que a los agricultores blancos, a los trabajadores latinos se les enseñó a no quejarse, sobre todo a los hombres.

“No es algo de lo que se pueda hablar en la mesa”, afirmó.

Las tragedias personales motivan a McMoran.

Cuando era estudiante de segundo año en la universidad, un antiguo empleado de la huerta se quitó la vida. Más recientemente, en los últimos tres años, tres agricultores del condado de Skagit también lo hicieron. McMoran reunió a su personal. Aceptaron ayudarle a conseguir dinero procedente de subvenciones y a poner en marcha iniciativas de prevención.

A través de los folletos, los talleres y las líneas de atención telefónica, pretende empoderar a las personas para que se enfrenten a los problemas emocionales, los suyos propios y los de sus amigos. “Que no tengan miedo de intervenir y hacer las preguntas difíciles”, indicó.

Sospecha que está funcionando. Hace casi un año, tras una de sus presentaciones, un funcionario de la industria de las bayas conoció a un productor que mostraba signos suicidas, y le encontró la ayuda que necesitaba.

“Le llamo héroe”, dice McMoran.

—por Ross Courtney