Los productores de peras en los Países Bajos observan detalladamente el desarrollo de los robots recolectores de manzanas en Washington y California con la esperanza de que a medida que avance la tecnología, también se adapte para los huertos de peras. Mientras tanto, los productores estadounidenses quieren aprender de las herramientas automatizadas que han empezado a probar los productores holandeses y de otros países europeos.
En ambos frentes y en muchos otros, “podemos aprender unos de otros”, señaló Peter Frans de Jong, investigador de horticultura de la Universidad y Centro de Investigación de Wageningen en los Países Bajos. En lugar de gastar tiempo y dinero en duplicar esfuerzos de investigación para los horticultores que enfrentan los mismos problemas con el aumento de costos de mano de obra, la nueva colaboración “Huerto del Futuro” entre grupos industriales y de investigación de Washington, California y Holanda tiene como objetivo compartir y aprovechar los esfuerzos existentes en cada región.
La formación de colaboraciones para estimular la innovación es la especialidad de Marcel van Haren. Dirige la división de agricultura y alimentación de la FME, una organización de más de 2,000 compañías de tecnología holandesas que ayudan a las empresas a trabajar con las partes interesadas para abordar las necesidades de la industria y buscar financiación de subvenciones para la investigación y el desarrollo.
“Buscamos dónde hacer conexiones inteligentes en la cadena alimenticia”, mencionó. “Siempre se trata de crear el consorcio correcto”.
Él y su colega Jacqueline van Oosten planean organizar la colaboración Huerto del Futuro en línea con un modelo similar que utilizan en los Países Bajos, al que llaman una triple hélice —universidad, gobierno y empresas trabajando en conjunto— para impulsar la innovación.
“Si se trata de un enfoque empresarial, es más probable que se adopten las innovaciones”, comentó van Oosten. Los científicos se benefician al trabajar con las empresas que comercializarán herramientas, y las empresas tecnológicas se benefician al trabajar directamente con los productores a medida que se desarrollen los productos.
Ines Hanrahan, directora de la Comisión de Investigación de Frutas de Árbol de Washington, dijo que buscó una colaboración con los holandeses específicamente debido a este modelo público-privado para encontrar soluciones innovadoras para los desafíos laborales que enfrentan los horticultores.
“Están haciendo lo que estamos previendo: reunir a grupos de empresas y científicos”, indicó.
Dados los desafíos compartidos en los sistemas de huertos, preguntó si Washington podría unirse a la sección de huertos de la colaboración de la Cumbre AgTech entre el gobierno holandés y la Universidad de California y la de Productores del Oeste. Al poder contar con líderes de la FME con experiencia, la colaboración será de gran valor para el proceso, afirmó Hanrahan.
“Necesitamos tecnologías que funcionen en todos los sectores agrícolas de regadío y produzcan un retorno de la inversión”, apuntó. “Vemos que nuestros objetivos están alineados y hemos creado metas alineadas”.
Colaboración en acción
El proyecto Huerto del Futuro abordará cuatro áreas de innovación: detección, manejo de datos, automatización y diseño de huertos, explicó van Haren. Los pequeños grupos de trabajo se reunirán con regularidad para discutir las necesidades de la industria y las posibles soluciones tecnológicas, planificar los proyectos de investigación, solicitar la financiación de subvenciones y trabajar juntos en los próximos años.
Esperan aprovechar los trabajos de investigación existentes, incluido el proyecto Fruit 4.0, financiado por el gobierno holandés, el cual busca avanzar en la automatización y la agricultura basada en datos para los fruticultores, informó de Jong. El nombre proviene de la opinión de que las tecnologías inteligentes y automatizadas son la cuarta revolución industrial. La Organización Holandesa de Fruticultores expuso sus prioridades en una hoja de ruta tecnológica en 2016, señaló de Jong.
“Por supuesto, el objetivo final es un robot multifuncional, pero primero necesitamos los productos derivados. Necesitamos algunos éxitos de camino hacia ese robot”, explicó. El éxito final de los robots de huertos se basará en los avances en la detección, automatización, gestión de datos y análisis que progresarán en un ciclo de retroalimentación, ya que cada campo depende de los demás.
De Jong compartió dos proyectos en curso del trabajo Fruit 4.0 en un seminario web con colaboradores del Huerto del Futuro: el raleo de precisión de flores y el raleo robótico de raíces, ambos basados en imágenes.
Su investigación en raleo de precisión de flores utilizó un sistema con sensor por imágenes en plataforma para evaluar la variabilidad de la floración en un huerto, ahora hasta el nivel del árbol. Estas imágenes se utilizan para hacer un mapa de tareas que dirige un rociador de precisión que enciende y apaga las boquillas para ajustar los aerosoles de raleo a las necesidades de cada árbol, explicó.
“Por lo tanto, solo se ralean las flores que necesitan ser raleadas”, afirmó. En este momento, el mapa de tareas escribe una receta para cada árbol, pero el siguiente paso consiste en rociar la parte superior o inferior del árbol de manera diferente, según sea necesario. Además, a medida que mejore la tecnología de detección de plagas, el mismo enfoque podría permitir a los productores rociar solo los puntos críticos para plagas como áfidos o ácaros.
En otro estudio, los investigadores utilizaron imágenes obtenidas con drones para hacer un mapa del vigor del dosel de manera que un tractor con una cuchilla de poda de raíz automatizada pudiera seguir un mapa de tareas basado en el vigor.
Hanrahan y los investigadores del Centro de Precisión y Sistemas Agrícolas Automatizados de la Universidad Estatal de Washington han solicitado ser socios en la próxima ronda de la subvención para el Fruit 4.0, indicó.
Mientras tanto, de Jong se asociará con el profesor de robótica Joe Davidson de la Universidad Estatal de Oregón y el profesor de ingeniería biológica Manoj Karkee de la WSU en un proyecto financiado por la comisión de investigación de Washington para utilizar un sistema de sensores para medir el estatus de nitrógeno del árbol e informar la aplicación de nutrientes de precisión.
La colaboración debe acelerar el proceso de investigación y desarrollo de tecnologías como estas, dijo van Haren, y aprovechar al máximo los limitados recursos disponibles para la inversión en investigación especializada en cultivos.
—por Kate Prengaman