El uso de telas reflectantes es necesario desde hace mucho tiempo en el noreste, según los investigadores de la Extensión Cooperativa de Cornell. Descubrieron los beneficios casi por accidente en un estudio sobre el impacto de las mallas antigranizo en la madurez y el color de la fruta.
“Apenas empezamos a usar la tela porque comenzamos a probar las mallas”, indicó Mario Miranda Sazo, un especialista de extensión del Programa de Fruticultura del Lago Ontario de la Universidad de Cornell. “Deberíamos haber estado probando las telas por sí mismas años antes. Mejoran el color de manera significativa y hacen una gran diferencia en la cantidad de dinero que los productores pueden ganar”.
La cubierta reflectante del suelo, que incluye productos textiles, mejora la coloración roja al reflejar la luz del sol sobre las manzanas que cuelgan de los árboles. La práctica es más común en el noroeste del Pacífico y Nueva Zelanda, pero los productores del estado de Nueva York están comenzando a adoptarla.
Los productores a menudo utilizan la poda de hojas y reguladores del crecimiento de las plantas para colorear sus frutos, pero ambos métodos consumen dinero y tiempo. El uso de telas les proporcionará más color y una mayor cantidad de fruta para la primera y posiblemente la segunda recogida, especialmente con cultivares de alto valor, dijo Miranda Sazo.
El Programa de Fruticultura del Lago Ontario realizó estudios de campo con la tela reflectante en dos huertas en el condado de Wayne, Nueva York, en 2018. Miranda Sazo estudió sus efectos en SweeTango en Cherry Lawn Farms, mientras que el líder del programa Craig Kahlke y el especialista en gestión empresarial Mark Wiltberger estudiaron los efectos sobre Fuji y Honeycrisp en Donald DeMarree Fruit Farm. Ambos estudios utilizaron tela reflectante blanca de Extenday. Otra empresa, Proline Products en Nueva Zelanda, ofrece un producto similar, pero el equipo de Cornell estudió la de Extenday porque eso es lo que los productores ya estaban usando.
La película blanca y la lámina metálica (Mylar) son otras opciones de cobertura del suelo. Pero la Mylar, aunque puede colorear las manzanas, tiene sus limitaciones. Se puede usar solo por un año, el viento puede destrozarla y mata la hierba por debajo, afirmó Kahlke.
Los ensayos con la tela reflectante en realidad comenzaron como un estudio de las mallas antigranizo (ver la historia en la página X). Los investigadores incluyeron en el estudio las telas reflectantes debido a la preocupación de que las mallas antigranizo pudieran tener efectos negativos en el color de la fruta. El equipo de extensión vio casi de inmediato los beneficios de la tela reflectante, pero los pros y los contras de las mallas antigranizo requieren una mayor investigación, dijo Miranda Sazo.
Cuando Wiltberger recopiló los resultados de los estudios de 2018, descubrió que alrededor del 95 por ciento de las manzanas coloreadas con tela reflectante se clasificaron con la calificación Extra Fancy (la clase más rentable), en comparación con entre el 49 y el 74 por ciento de las manzanas que adquirieron su coloración de manera natural.
Suponiendo una inversión inicial de 2 000 USD, el estudio estimó los costos anuales de Extenday (incluida la mano de obra) en 508 USD por acre (1 567 USD por hectárea) durante la vida útil de la tela, que es de siete años. Pero incluso un aumento del 5 por ciento en las manzanas de clase Extra Fancy puede aumentar los ingresos en 500 USD por acre (1 236 USD por hectárea), casi compensando el costo anual. Y, dependiendo del bloque, los aumentos variaron del 10 al 40 por ciento en las dos huertas, mencionó Wiltberger.
Detalles del estudio
La mayoría de los productores colocan tiras de tela reflectante entre las hileras. En el estudio de 2018, Miranda Sazo decidió cortar las tiras por la mitad también y colocar cada mitad en las franjas de aplicación de herbicidas en cada lado de la hilera. Quería saber si podía usar menos material de una manera más estratégica.
En 2018, una temporada de pobre coloración de la fruta en la región frutícola del Lago Ontario, solo la tela reflectante colocada entre las hileras mostró mejores resultados que los árboles control. Sin embargo, en 2019, que tuvo condiciones climáticas casi ideales para la coloración de la fruta, los resultados de ambos métodos, tanto entre hileras como dentro de la misma hilera mejoraron la coloración. Esto demostró que las telas pueden realzar el color rojo incluso en las condiciones naturales de coloración más ideales de Nueva York, dijo Miranda Sazo.
Donald DeMarree Fruit Farm compró suficiente Extenday para cubrir 5 acres (2 hectáreas) en 2018 y para cubrir 20 acres (8 hectáreas) adicionales en 2019. Ellos mueven la tela al menos tres veces por temporada de cosecha, lo que en la práctica cubrió más de 75 acres (30 hectáreas) en 2019. La tela definitivamente ha mejorado el color de la fruta, dijo Alison DeMarree, dueña de la huerta junto con su esposo, Tom.
Los DeMarrees decidieron probar la tela reflectante en su huerta después de ver lo bien que funcionaba durante una gira de la Asociación Internacional de Árboles Frutales por Nueva Zelanda en 2018.
“Pensamos que si funciona en Nueva Zelanda, debería funcionar aquí, donde tenemos menos luz solar”, señaló.
Ese primer año, notaron una mejora del color durante toda la temporada, desde variedades recogidas a finales de agosto hasta variedades recogidas a principios de noviembre. La diferencia fue “bastante espectacular”, comentó DeMarree, y las manzanas fueron notablemente más rojas, a pesar de que 2018 fue un año de coloración escasa.
El equipo de Cornell no pudo obtener financiación para un estudio en 2019 en la huerta de DeMarree, por lo que los DeMarree realizaron su propio estudio en la huerta ese año.
“Todos sabían que estábamos usando tela reflectante, porque nuestra fruta era mucho más roja”, afirmó DeMarree. “Marcó una gran diferencia en las variedades bicolores, especialmente al final de la temporada, cuando la duración del día comienza a acortarse”.
Indicó que los empacadores con los que tratan ahora les piden a otros productores que usen telas reflectantes.
Los DeMarrees colocan la tela entre hileras dos o tres semanas antes de que una variedad esté lista para ser cosechada, luego, un par de días antes de esa cosecha, la mueven a la siguiente variedad. Sin embargo, todo ese movimiento tiene un costo. La tela debe desengancharse y enrollarse, moverse, para luego desenrollarse y sujetarse en otra hilera. Todo ese trabajo requiere mano de obra adicional.
“Tuvimos que traer más gente”, indicó. “No hemos calculado el costo, pero nuestra factura en mano de obra definitivamente ha aumentado”.
También construyeron un granero para almacenar la tela durante el invierno, un costo adicional a considerar para los productores del este.
“En Nueva Zelanda, la dejan en un extremo del huerto, pero si hiciéramos lo mismo estaría lleno de ratones haciendo agujeros en ellas”, afirmó.
Los productores deben estar bien organizados para distribuir la tela reflectante de la misma manera cada año, con una cuadrilla especial de trabajadores que saben cómo mover la tela varias veces por temporada, dijo Miranda Sazo.
—por Matt Milkovich