Los cálidos días de verano y las noches frescas en el pintoresco Valle de Flathead en el noroeste de Montana, al sur de los picos del Parque Nacional Glacier, se conocen desde hace mucho tiempo por su fomento de la producción de cerezas dulces que son populares tanto entre los residentes como los turistas.
Sin embargo, cultivar cerezas allí es tarea para valientes, tal vez más que en ningún otro lugar de los Estados Unidos.
Esta tierra de horizontes infinitos es famosa por sus duros inviernos y su clima es a menudo impredecible.
La región ha tenido un nicho en la industria como las más recientes cerezas del país, pero a medida que más y más productores plantan variedades tardías y en elevaciones más altas en el vecino estado de Washington, los productores de Montana cada vez encuentran su temporada más comprimida por jugadores más poderosos a su oeste.
Los huertos de Montana son también pequeños, de 5 a 10 acres, lo que hace que los cambios de manejo y las pérdidas sean especialmente difíciles.
Existen otros desafíos. Hace varios años, el mildiu llegó a Montana por primera vez, añadiendo un nuevo reto a la temporada de cultivo. El año pasado, la enorme cosecha de Washington hizo que los precios cayeran en picado a mediados de verano, justo cuando las cerezas de Montana llegaban al mercado.
Y esta primavera, llegó la noticia de que una empacadora privada que había estado operando localmente por más de una década iba a cerrar, lo cual provocó que unos doce productores tuvieran que luchar para encontrar dónde empacar su próxima cosecha a través de la cooperativa local, la cual envía fruta para ser envasada en Monson Fruit en Washington.
“Hemos estado en este negocio el tiempo suficiente como para haber pasado antes por cambios tan dramáticos como estos”, aseguró Bruce Johnson, productor y presidente de la Cooperativa de Productores de Cereza del Lago Flathead. “Estamos siendo optimistas sobre este año porque hemos escuchado que (Washington) está teniendo una primavera más o menos normal y que los huertos más tempranos están ya floreciendo. Pero estamos bastante retrasados… Esperamos tener una primavera un poco más tardía y algo más de separación para nosotros y que eso de paso a precios más fuertes”.
Montana generalmente produce entre 1,500 y 2,500 toneladas de cerezas dulces al año; los productores terminaron con algo menos de 1,000 toneladas el año pasado, una pizca en comparación con las 220,000 toneladas de Washington.
Esa gran cosecha, combinada con menos azúcar en algunas variedades, también redujo los precios, lo que perjudicó a los productores con variedades tardías tanto en Washington y Montana como en la Columbia Británica.
Los productores de Montana generalmente pueden esperar un retorno neto por parte del empacador de alrededor de un dólar por libra de cerezas Lapin. El año pasado, los retornos fueron aproximadamente la mitad, informó Brian Campbell, representante de campo de Monson Fruit en Montana.
“Todo el noroeste tuvo una cosecha gigantesca, un exceso de cuajado y una fruta pequeña. (Los productores de Montana) solían tener un pequeño nicho en la parte final del mercado, pero con todas las variedades nuevas, ya no tenemos ninguna ventaja”, señaló, y añadió con una sonrisa, “simplemente están irrumpiendo en nuestro territorio”.
¿Un dulce trato?
Durante décadas, los productores de Montana fueron conocidos por sus cerezas Lambert, una variedad muy rústica capaz de resistir los duros inviernos de la región y popular entre compradores en puestos de carretera, aunque no es ideal para la exportación.
Sin embargo, cuando temperaturas excepcionales mataron a más de la mitad de los árboles hace casi 30 años, los productores replantaron sobre todo con cerezas Lapin.
La fuerte competencia al final de la temporada por parte de los estados del oeste del país continúa aumentando la presión para que los productores de Montana retarden aún más la temporada.
Los productores de Montana siempre tendrán un nicho “porque hay una parte del país que todos los años espera con ansias las cerezas Flathead”, declaró B.J. Thurlby, presidente de Northwest Cherries, entidad que comercializa cerezas para cinco estados, inclusive Montana.
De alguna manera, Montana compite más con el Valle de Okanagan en la Columbia Británica —otra región de temporada tardía, la cual produjo unas 15,000 toneladas el año pasado— pero mantener una producción tardía podría ser clave.
En los últimos años, dos variedades, Pinedale Ruby y Santina, han entusiasmado a la agente de la Extensión de la Universidad Estatal de Montana, Pat McGlynn, pero sostuvo que los productores han tardado en incorporarlas.
Puede ser difícil lograr que los productores se adapten a nuevas variedades porque sus terrenos son muy pequeños, apuntó McGlynn. Con unos 150 pequeños productores en el Valle de Flathead produciendo solo con 1,000 acres, la mayoría no quiere sacar las tierras de producción para replantar, y no quieren arriesgarse a plantar algo que el empacador no aceptará.
El productor Dale Nelson, quien gestiona su propio huerto y el de un vecino, indicó que la única razón por la que los productores de Montana compiten con Washington es porque “se retrasaron y nosotros no”.
Al ver el potencial de la variedad Sweetheart, que se cosecha a finales de agosto en Montana, él y el vecino han plantado 20 acres. Monson Fruit escribió el plan para el huerto y está apostando en su éxito, declaró, mediante consejos de poda y fumigación en la primavera.
“Tienen bloques Sweetheart que tienen 15 años y saben cómo cultivarlos”, aseguró Nelson. “La única cuestión es que hay que tener la previsión de replantar”.
Cambiarse a una nueva variedad es una decisión muy importante para alguien con solo 10 acres, lo cual es la norma en la región, señaló Johnson, y mantener la mano de obra durante una temporada más larga también podría ser un desafío, añadió Johnson.
Washington necesita 20 veces más recolectores, y la cosecha tardía de Montana siempre se ha programado para que los trabajadores viajen allí, a menudo en grupos familiares, para la cosecha de un mes como parte de unas vacaciones con un poco de trabajo: recogen fruta por la mañana, hacen picnic y se divierten en el Lago Flathead al final de la tarde. Incluso el cuidado de los niños con programación educativa está disponible a través de la cooperativa.
Sin embargo, algunos años podría haber una semana entre la cosecha de las variedades Lapin y Sweetheart, señaló, y ha habido algunos problemas para mantener las cuadrillas de recolectores.
Eso debería mejorar a medida que más plantaciones de Sweetheart entren en producción en el valle, pero cualquiera que planee plantar incluso variedades más tardías debería tener un plan para saber quién las recogerá y empacará.
Esto último se hizo más complicado esta primavera cuando Glacier Fresh anunció que cerraría su empacadora en la orilla este del Lago Flathead, después de más de una década de funcionamiento.
Alrededor de una docena de productores presentaron rápidamente solicitudes para ser miembros de la cooperativa en marzo; la mayoría fueron aceptados después de que la cooperativa los visitara y trabajara con ellos en recomendaciones y normativas, informó Johnson.
Montana, te presento el mildiu
La llegada de la producción de Sweetheart en Montana también trajo a la región, por primera vez, un invitado no deseado: el mildiu. Esta variedad es particularmente susceptible al mildiu, y después de algunos casos menores, finalmente sorprendió a los productores desprevenidos hace dos años. Normalmente no pensaban en pulverizar árboles hasta que fueran más maduros, pero el mildiu ha atacado en gran medida a los árboles más jóvenes, dejando a los productores intentando recuperar terreno.
Durante la temporada pasada, gracias a los consejos de la ex investigadora de la Universidad Estatal de Washington, Claudia Probst, los productores lo controlaron mejor. Simplemente están teniendo que hacer cosas que antes no hacían, explicó Campbell.
“Todo se trata de prácticas hortícolas: podar para dejar entrar más luz del sol y mejorar la circulación de aire, podar los chupones del suelo”, señaló. “Y luego en primavera, alternar los fungicidas”.
También recomienda que los productores usen azufre más a menudo, hasta casi la cosecha y permitan que el suelo de su huerto se seque en lugar de mantenerlo verde, como si fuese el césped de un parque como prefieren algunos productores. “Recomiendo que reduzcan la frecuencia de los riegos y hagan un riego más profundo con mucha menos frecuencia”, apuntó. “Deje que el piso se seque, porque es la humedad constante lo que hace prosperar a la enfermedad”.
En realidad, los productores tendrán que estar más atentos para controlarlo, una exigencia que puede desafiar a una comunidad de productores formada por muchas pequeñas explotaciones familiares y aficionados que se aprovechan de una desgravación fiscal agrícola al plantar 100 árboles.
Estos últimos a menudo no piensan en lo que entra en producción, tanto en lo que se refiere a mano de obra o practicas hortícolas, afirmó Johnson. Esa es una de las razones por las cuales la cooperativa ha establecido un programa para administrar los huertos para aquellos que no quieren gestionar los suyos, algo bueno para la comunidad de productores de cereza del Valle de Flathead que depende del reconocimiento del nombre que se asocia con su producto.
“De alguna manera, tenemos personas que están prestando atención a las cerezas de Montana, porque sin importar cuál sea el estado del mercado, comprarán cerezas de Montana”, afirmó. Por otro lado, explicó, si los consumidores solo están comprando cerezas rojas y las cerezas no son buenas, no comprarán nuevamente porque no conocen la diferencia.
Como fue el caso en 2017, recordó.
“Después del año pasado, hemos escuchado que hay gente en Washington que están podando como locos sus árboles”, comentó. “Somos optimistas. ¿Cómo no podemos tener un año mejor que el año pasado?”
– por Shannon Dininny