Este artículo apareció originalmente en la edición del septiembre de 2020 de la revista Good Fruit Grower: Pear proponents ponder possibilities
Los proponentes de la diversificación de la cartera de variedades de la industria de las peras del Noroeste están ahora buscando alternativas más eficientes que el inicio de un programa de mejoramiento desde cero, como la realización de estudios en selecciones existentes de otras regiones.
A principios de este año, la industria debatió una propuesta para usar las reservas de la Comisión de Investigación de Árboles Frutales de Washington para financiar los costos iniciales de un programa de mejoramiento de peras en Wenatchee, pero los funcionarios pidieron más información y opciones antes de comprometerse.
La realización de estudios sobre las selecciones existentes para encontrar las que se ajusten a las necesidades del Noroeste podría dar resultados más rápidos y generar un impulso hacia una mayor inversión en el futuro, señaló Phil Doornink, productor de Wapato y un partidario vocal de implementar un programa de mejoramiento.
“Estamos entrando muy tarde al juego”, aseguró Doornink.
Doornink y Rob Blakey, gerente de investigación y desarrollo de Stemilt Growers en Wenatchee, están dirigiendo una misión de investigación. La línea de tiempo tentativa: presentar una propuesta al subcomité de investigación de peras cuando el grupo se reúna en octubre para establecer prioridades. Entonces, ese grupo realizaría una votación formal durante la siguiente revisión de investigación en febrero de 2021 para asesorar a los comités de peras frescas y procesadas en general, que colectivamente representan a los productores de peras de Washington y Oregón bajo una orden federal de comercialización.
Los comités de productos frescos y procesados respaldados por la evaluación de los productores contratan a la Comisión de Investigación de Árboles Frutales de Washington para administrar las subvenciones científicas.
Durante la evaluación de la investigación de peras de febrero de 2020 en Yakima, Doornink y otros proponentes sugirieron usar 650,000 USD de las reservas para financiar los primeros tres años de un programa de mejoramiento en el Centro de Investigación y Extensión de Árboles Frutales de la Universidad Estatal de Washington (WSU) en Wenatchee. Después de eso, los productores de Washington y Oregón financiarían el programa con 200,000 USD anuales hasta que se pueda pagar por sí mismo mediante la venta de variedades comerciales.
El centro de la WSU ya tiene un programa de mejoramiento de portainjertos de pera, que busca rasgos como enanismo y resistencia al frío y a las enfermedades.
Los líderes de la industria pidieron alternativas a dicha propuesta, al menos para empezar, informó Tory Schmidt, gerente de proyectos de la comisión de investigación.
“Es una decisión muy importante”, afirmó Schmidt.
Blakey divide las metas en corto, mediano y largo alcance. Realizar los estudios con variedades que ya existen en los Estados Unidos sería una meta a corto plazo, indicó. Un lugar en donde buscar sería el Depósito Nacional de Germoplasma Clonal del Departamento de Agricultura de los EE. UU., en Corvallis, Oregón. Incluso, en el mejor de los casos, esa opción rápida tomaría de 7 a 10 años para convertirse en una cosecha comercial, dijo.
Traer variedades de los programas de mejoramiento en el extranjero sería de medio plazo. La construcción de un programa de mejoramiento sostenible, similar al programa de mejoramiento de manzanas de la WSU, sería a largo plazo, ya que tomaría unos 30 años hasta que se ponga en venta un cultivar comercial viable.
“No podemos esperar 30 años”, dijo Blakey. “Me preocupa que deje de existir la industria de la pera en unos 30 años si no hacemos algo ahora”.
El trabajo hasta ahora
Hasta ahora, Blakey y Doornink, copresidentes del recientemente formado Comité de Desarrollo de Variedades de peras, y sus colegas tan solo acaban de comenzar su búsqueda con la construcción de un marco administrativo, la priorización de los rasgos a buscar y el establecimiento de relaciones con programas de mejoramiento en todo el mundo. Aunque todavía está muy lejos de crear un nuevo programa de mejoramiento, el costo de traer variedades existentes aumentará rápidamente debido a los viajes, honorarios legales, costos de estudios y regalías necesarios.
El anhelo por nuevas variedades no es unánime. Algunos productores preferirían centrar los fondos de la industria en problemas más inmediatos, como lo son los costos de producción de las variedades existentes.
Los miembros del consejo de Peshastin Hi-Up Growers en el Valle de Wenatchee, por ejemplo, tienen sus dudas sobre gastar el dinero de los productores, cuando los tiempos son difíciles, en un programa de mejoramiento que sospechan podría beneficiar solo a unos pocos grandes actores en la industria, no a todos.
“¿Por qué financiar una nueva variedad que tendremos que replantar, pero que plantarán en la (cuenca del río Columbia) y nos sacará del negocio?”, cuestionó Kameron Miller, vicepresidente de la junta cooperativa, quien cultiva en Cashmere y Dryden. Cuando la industria de la manzana hizo grandes inversiones en las nuevas plantaciones de la cuenca del río Columbia, cerca de Quincy y Ephrata hace décadas, su padre la vio venir y retiró los bloques de manzana que sabía que ya no podían competir. No es un futuro que los productores de peras quieran imitar, apuntó.
Además, la industria de la pera ya ha probado nuevas variedades con anterioridad y no ha funcionado, señaló Miller.
“Ya tenemos una gran variedad”, declaró el gerente de Hi-Up, Ken Hemberry. Si la industria no puede obtener ganancias produciendo Anjous en los árboles que ya están en el suelo, es difícil imaginar que los productores puedan permitirse apostar por una nueva, señaló. En cambio, quieren que la financiación de la industria se centre en una mejor comercialización y calidad de la fruta, junto con la búsqueda de soluciones para el aumento de los costos de la mano de obra y del control de plagas.
Tienen razón, afirmó Blakey, y la industria está trabajando en esos temas ahora mismo. Pero la industria también necesita algo nuevo para el futuro.
“Así es, tenemos cosas en las que hay que trabajar de inmediato, pero también tenemos que preparar opciones para el futuro”, recalcó Blakey.
Algunas empresas privadas ya evalúan sus propias selecciones nuevas de peras, de manera similar a la forma a como promueven las manzanas patentadas. Sin embargo, la industria de la pera tiene una historia de colaboración que se presta a abordar este desafío con un enfoque más colectivo y coordinado, para prevenir la segmentación del mercado, explicó Doornink.
Por un lado, el espacio de almacenamiento para las peras es más limitado que para las manzanas, señaló Doornink. Mientras tanto, los productores de peras suelen contar con una superficie menor que los productores de manzanas y muchos de ellos solo cultivan peras. Tendrían problemas para costear la inversión inicial y el riesgo de desarrollar nuevas variedades por su cuenta.
Hace mucho tiempo que se necesita buscar nuevas variedades, agregó. Ya, a la edad de 40 años, Doornink se considera un defensor de la siguiente generación de productores de peras, pero no para sí mismo.
Mientras tanto, espera que sea más fácil convencer a la industria de las peras en conjunto de adoptar metas más limitadas y a corto plazo, en lugar de una inversión en un programa completo, al menos al principio. Quiere un mayor compromiso.
“Así es como nuestra industria consigue el éxito: estamos todos juntos en esto”, concluyó.
—por Ross Courtney