Hace apenas un año, los agricultores se pararon en la parte trasera de la sala para discutir temas de la salud mental, dijo Julie Jesmer, coordinadora del estrés agrícola y la prevención del suicidio de la Extensión del Condado de Skagit de la Universidad Estatal de Washington (WSU).
Eso ya está cambiando, dijo. El tema de la salud mental está siendo aceptado cada vez más en los círculos agrícolas. Este tema aparece en las agendas de las conferencias, se están realizando encuestas y los agricultores ahora están más dispuestos a hablar sobre temas como el estrés, la depresión y el suicidio.
“Ellos se acercan a mí”, dijo Jesmer.
Para aprovechar el impulso y arrojar luz sobre el problema, Jesmer, junto con otros líderes de un programa de salud mental para agricultores del oeste de EE.UU., han tabulado los resultados de una encuesta de referencia de operadores y propietarios de granjas y fincas. Unos colegas de Jesmer hacen esfuerzos similares para encuestar a los trabajadores agrícolas.
Los agricultores se suicidan a un ritmo mayor que la población general de los EE.UU., impulsados en parte por llevar una vida alejada de los demás, las grandes deudas financieras, la presión por el legado familiar y una ética de autosuficiencia. La misión de la agricultura -alimentar al mundo- tiene mucho peso emocional, dijo Jesmer. Esta misión se conoce por “el imperativo agrario”.
“La mera idea de perder sus tierras es tan traumática … que harán cualquier cosa, que sea sana o no, para mantener la posesión de esa tierra”, dijo Jesmer.
Mientras tanto, los agricultores presentan un desafío único para los profesionales de la salud mental porque no controlan los factores más estresantes, como el clima y los precios. Mientras tanto, cada año el trabajo se vuelve más complicado, a medida que aumentan los requisitos del cumplimiento normativo, la protección ambiental y los derechos de los trabajadores.
Un agricultor le dijo a Jesmer: “Lo que más me estresa es que nos llega por todos lados”, dijo.
Con la cooperación de unos 750 encuestados, las encuestas tienen como objetivo buscar soluciones a corto y a largo plazo con una seria de preguntas sobre el estrés percibido.
Las encuestas fueron organizadas por el Programa Regional de Asistencia para el Estrés Agrícola Occidental (WRASAP por sus siglas en inglés), una coalición de agencias y universidades de 13 estados occidentales estadounidenses y cuatro territorios para abordar la salud mental y el suicidio entre los agricultores. WRASAP y coaliciones similares en otras regiones son parte de la organización nacional llamada la Red de Asistencia para el Estrés en Granjas y Ranchos (Farm and Ranch Stress Assistance Network), financiada por la Ley Agrícola del 2018.
Entre los hallazgos de la encuesta están:
—Los tres factores principales estresantes declarados son la carga de trabajo, la falta de tiempo y las preocupaciones financieras, en ese orden en todo el oeste americano.
— Los agricultores piden recursos que les ayudan con las finanzas, para relacionarse y para poder dormir, entre otros temas.
— El grupo de menor edad, desde los 18 hasta los 32 años, es el que más busca recursos de salud mental a través de las redes sociales y el que más busca asesoramiento en persona. El apoyo a la salud mental es simplemente más aceptado entre los jóvenes, dijo Jesmer.
— Los agricultores de más edad prefieran recibir ayuda con sus problemas de salud mental en línea en lugar de asistir a una consulta cara a cara. Los profesionales sospechan que eso se debe al estigma social. Las citas en línea son privadas, pero “todo el mundo conoce su camioneta” si se estacionan delante de la oficina de un terapeuta, dijo Jesmer.
— Las agricultoras reportan niveles más altos de estrés, sin embargo, ellas mueren por suicidio a un ritmo mucho menor que los hombres. Las agricultoras tienen una tasa de suicidios similar a la media nacional de mujeres.
Para leer todos los resultados de la encuesta en inglés, incluidos los datos por estado, visite: farmstress.us/wrasap-baseline-data-collection.
La encuesta también incluyó entrevistas largas con administradores agrícolas que los funcionarios de WRASAP estudian actualmente para buscar temas comunes. Aún no hay ningún informe disponible al respecto.
Los trabajadores también se sienten estresados
El mensaje llega a los trabajadores agrícolas también, aunque los esfuerzos para llegar a ellos están un poco retrasados, dijo Esmeralda Mandujano, especialista de alcance de la Universidad de California en Davis.
Mandujano lidera los esfuerzos para que los trabajadores agrícolas puedan participar en la encuesta también, pero ella utiliza voluntarios que van directamente donde se encuentran los trabajadores. Algunos son contratados con fondos subsidiados por separado. Los trabajadores no hacen caso a las encuestas en línea, pero participarán cara a cara o por teléfono después de que se haya establecido una relación, dijo.
Sin embargo, los trabajadores agrícolas han reportado estrés en estudios anteriores. En una encuesta de salud general realizada por la Universidad de California en Merced en el otoño del año 2021, el 15 por ciento de los trabajadores reportaron sentimientos de preocupación incontrolable, mientras que un 14 por ciento dijo sentirse deprimido o sin esperanza.
La salud mental entre agricultores y trabajadores agrícolas está relacionada, dijo Mandujano.
“Si un agricultor se siente estresado, el trabajador agrícola también lo sentirá”, dijo.
Cuando ocurre una tragedia en un lugar de trabajo o en una escuela, en seguida los consejeros acuden para ayudar a los compañeros de trabajo y a los alumnos a sobrellevarla y adaptarse. Eso no ocurre en el campo, dice Mandujano. Los trabajadores suelen volver directamente al trabajo porque la fruta está madura y necesitan el pago para cubrir el alquiler. El trabajo agrícola es competitivo. Piensan: “Si no hago mi trabajo, otro lo hará”.
Aun así, usualmente los trabajadores no se quejan del estrés directamente, dijo Mary Jo Ybarra-Vega, especialista en alcance de la salud mental del Centro de Salud Comunitario de Quincy en Washington central. En cambio, hablan de los supervisores agobiantes o de que los baños faltan papel higiénico. Las mujeres le hablan de dolor de cuello mientras que los hombres muestran depresión en forma de ira.
También ve que los trabajadores reemplazan cada vez más las bebidas energéticas con metanfetamina o una bebida que contiene otras drogas llamada cometa para permitirles recolectar por más tiempo y más rápidamente. Algunos de ellos ni saben lo que están tomando, dijo.
Mencióneles las palabras “salud mental” y la reacción suele ser “No estoy loco”, dijo Ybarra-Vega, terapeuta.
Sin embargo, Ybarra-Vega y Mandujano han notado que ese estigma está disminuyendo.
En febrero de este año, en una conferencia de seguridad agrícola en Yakima, la salud mental y el manejo del estrés encabezaron la lista de preocupaciones en una evaluación informal de necesidades, mientras que las salas estaban llenas para presentaciones en español sobre la salud mental. Los jefes de equipos laborales han invitado a Ybarra-Vega a visitar y hablar con sus trabajadores.
Ella alienta a los supervisores a mantenerse al día con su capacitación y a los ejecutivos a comunicarse con los jefes de equipo sobre el estrés y la depresión. “Ustedes tienen la capacidad de dar vida o no darla”, dijo.
—por Ross Courtney
Este artículo ha sido traducido por Jean Dibble y revisado por Jutsely Rivera. Puede ponerse en contacto con Jean en jean@goodfruit.com.