Este artículo apareció originalmente en la edición de noviembre de 2019 de la revista Good Fruit Grower: Rootstocks a new reality for Pacific Northwest vineyards
Alrededor del mundo, los viticultores manejan la filoxera con portainjertos resistentes. Estos portainjertos son poco comunes en Washington, donde los productores han tenido la buena fortuna de cultivar en vides con raíces propias sin las presiones que causan las plagas de las raíces, pero no son del todo desconocidos.
Los estudios de investigación y comerciales de los viñedos —algunos de los cuales se remontan 20 años atrás, mientras que otros se acaban de sembrar— brindan conocimientos sobre cómo los portainjertos se desempeñarán en la región este de Washington y cuáles serán los más adecuados.
“Díganles a los productores que no les tengan miedo a los portainjertos”, exhortó el profesor de viticultura de la Universidad Estatal de Washington, Markus Keller. Noventa por ciento de las uvas de todo el mundo han sido plantadas en aproximadamente doce portainjertos”.
Su estudio, realizado en un bloque experimental en Prosser en colaboración con el enólogo de la Universidad Estatal de Washington, Jim Harbertson, cerca de una década atrás, no mostró diferencias discernibles en la calidad del vino de las variedades Chardonnay, Merlot y Syrah de ese bloque. Mientras que la mayoría de las vides injertadas tienen un vigor y productividad algo menor en comparación a las vides con raíces propias, es un efecto moderado que los productores podrán manejar bien mediante los programas de irrigación existentes, aclaró.
El bloque experimental se eliminó el año pasado, pero su colega, el viticultor de la extensión, Michelle Moyer, se encuentra en medio de una evaluación del desempeño de cinco portainjertos adicionales contra los nematodos, la otra razón principal por la cual la mayoría de las regiones vitícolas optan por usar portainjertos.
Hablando en general, la filoxera prefiere los suelos más arcillosos y no prospera en suelos arenosos; sin embargo, los nematodos sí.
“En ambos casos, los portainjertos son la solución”, afirmó. Así que, cuando se tiene un viñedo que está comenzando a deteriorar y hay que considerar volverlo a sembrar, se deben tener en cuenta los portainjertos”.
Las principales inquietudes en cuanto a los portainjertos son el precio —las vides injertadas cuestan cerca del doble de lo que cuestan las vides con raíces propias— y las lesiones debido al frío. Si ocurre una helada letal, las vides con raíces propias se pueden volver a entrenar desde las raíces, pero no las vides injertadas, lo cual deja a los productores con la única opción de volver a sembrar o a injertar.
Las soluciones son sencillas y se practican comúnmente en las regiones vitícolas más frías —el entierro de los tallos libres y la cubierta de la unión de injerto con tierra amontonada— pero son las prácticas de gestión adicionales las que conllevan costos extras, indicó Keller.
Todos los portainjertos se han adaptado a temperaturas más bajas que nuestras vides. Si muere algo, es el vínculo más débil, o sea, la uva de vino en la parte superior”, apuntó.
La evaluación de los portainjertos disponibles puede ser abrumadora para los que no tienen experiencia, pero Keller indicó que en los sistemas de Washington, los cuales carecen de suficiente irrigación, la mayoría de las diferencias en cuanto al desempeño de los portainjertos serán menores.
Se ha publicado mucha información sobre los portainjertos, desde tablas para los viveros hasta libros, pero es difícil determinar con exactitud cómo un portainjerto se desempeñará en una ubicación en particular basado en otro lugar, advirtió Keller. Algunas de las tablas más citadas incluyen datos sobre las vides sembradas en macetas o en portainjertos en crecimiento sin injertar.
Los productores solo deben planificar la evaluación de tres a cinco portainjertos comprobados y populares, para luego determinar cuál les gusta más en sus propios bloques, indicó. Las diferencias serán en términos de matices, no de errores de siembra.
Plantíos comerciales
En Klipsun Vineyard del AVA de Red Mountain, se sembraron 24 hectáreas (60 acres) de nuevos viñedos en portainjertos el verano pasado.
“Irónicamente, la decisión no se basó en la filoxera”, indicó Doug Fletcher, un asesor (y recién jubilado vicepresidente de vinificación y viticultura) de la empresa Terlato Wine Group, la cual compró Klipsun en 2017. En su lugar, los altos niveles de nematodos noduladores que se habían acumulado durante décadas presentaban un riesgo para los nuevos plantíos, así que quería volver a sembrar en raíces resistentes a los nematodos, lo cual él describió como la solución más sostenible.
Seleccionar un portainjerto en el cual sembrar su Cabernet Sauvignon fue un reto, comentó, ya que aunque la resistencia de los portainjertos contra el nematodo nodulador sureño se ha evaluado en California, pero en Washington, el nematodo nodulador norteño que causa los daños es un pariente con un ciclo de vida diferente. Se sabe mucho menos sobre cómo los portainjertos interactúan con el nematodo norteño, aunque los estudios de investigación de Moyer intentan determinarlo.
Además, los portainjertos que son resistentes al nematodo nodular que es común en California se usan en el Valle Central de California, donde no cultivan mucho Cabernet de alta calidad, apuntó Fletcher.
Eligió finalmente dos portainjertos que él sabe que funcionan bien con Cabernet, 1103P y 3309C, así como 1616C, el cual se conoce por su resistencia a los nematodos, y dos portainjertos relativamente nuevos de los programas de mejora de California que se enfocan en la resistencia a los nematodos, RS3 y GRN4. Todos son resistentes a la filoxera.
“El resto del mundo está usando estos portainjertos”, aseguró Fletcher. “Todos (en Washington) están diciendo: ‘Dios mío, vamos a tener que usar portainjertos ahora’, pero quizá no es tan malo como parece. A mí me parece bien”.
Cuando los productores siembran Syrah, Cabernet o Merlot con raíces propias, se quedan con su vigor intrínseco, pero si son listos y examinan sus tipos de suelo y seleccionan portainjertos adecuados, “es una ventaja”, indicó.
Diseñó la siembra, inclusive un estudio aleatorizado y controlado que compara los portainjertos con las vides con raíces propias en bloques tanto fumigados como no fumigados, los cuales Moyer piensa monitorear. Los resultados que se obtengan durante los próximos cinco años serán la base de sus próximas decisiones de resiembra en Klipsun, comentó Fletcher.
En Walla Walla, varios productores ya han sembrado portainjertos de modo experimental. La bodega Pepper Bridge Winery sembró un bloque en portainjertos en 2007, inclusive 3309 y 101-14, indicó el enólogo Jean-François Pellet.
“Para los que provienen de Europa, la filoxera es simplemente parte de la agricultura”, afirmó. “Sí, los portainjertos cambiarán el carácter de los vinos, por supuesto, pero los podemos hacer mejor”.
La empresa Figgins Family Wine Estates realizó un estudio de portainjertos en 2003 “solo para probarlo y aprender, en caso de que sucediera esto algún día”, declaró el viticultor Jason Magnaghi. Hoy en día, tiene tanto Cabernet Sauvignon como Merlot sembrados en Riparia y 3309 en el viñedo Loess Vineyard del lado este de Walla Walla.
“Sinceramente, ya casi no me acuerdo de que están injertadas”, afirmó cuando se le preguntó sobre el desafío de manejar vides injertadas. La principal preocupación son los daños causados por el frío, pero él entierra los tallos en todo el viñedo de todas formas.
Lo hacemos porque somos una bodega 100 % vitivinícola, y ese es el seguro de nuestros cultivos”, explicó Magnaghi. “En mis 19 años aquí, solo la hemos usado una vez para complementar un cultivo”.
En cuanto a los portainjertos, ha aprendido a ajustarse a sus necesidades de agua. El portainjerto Riparia reduce el vigor, así que añadió emisores adicionales a la línea de goteo para que se desempeñen de la misma manera que las vides con raíces propias del bloque. Pero en los lugares más húmedos eso podría ser una ventaja.
“Para nosotros en particular, cultivamos en ambos lados del Valle de Walla Walla y tenemos de 6 a 20 pulgadas de lluvia al año [15 a 51 centímetros] en el lado este. Esas son necesidades totalmente diferentes y los portainjertos pueden ayudarnos a satisfacerlas”, explicó Magnaghi. En el borde sur y seco del valle, en los viñedos de SeVein Vineyards, sembraron dos portainjertos reconocidos por su resistencia a la sequía: 1103P y 101-14.
Por ahora, no tiene nuevos plantíos planificados, pero dijo que le gustaría evaluar varias opciones. Pellet, quien estaba planificando un nuevo plantío de todas formas, decidió recientemente usar portainjertos. Esa decisión duplicó el precio de las vides, pero si se considera el panorama completo, solo se trata de un aumento de un 10 por ciento en el costo del plantío, indicó.
Espera aprender de este plantío, y de otros en la región, para tomar esos datos en cuenta para la replantación a debido a la filoxera en un futuro. Los productores y los investigadores están de acuerdo en que tienen tiempo para aprender.
“Cada región tiene portainjertos, solo se trata de combinarlos con las condiciones existentes”, aseguró Magnaghi. “Tenemos mucho que experimentar”.
—por Kate Prengaman