La reunión anual de la Asociación Internacional de Árboles Frutales (International Fruit Tree Association), celebrada en febrero de este año en Yakima, Washington, incluyó dos días de conferencias sobre la resistencia al cambio climático, la nutrición en la huerta, la horticultura, la eficiencia laboral y la tecnología. A continuación, destacamos dos de las charlas.

1a parte: Las recompensas climáticas también conllevan riesgos

La producción de cerezas se ha extendido en la Columbia Británica, Canadá, a medida que un clima más cálido abría zonas adecuadas para la plantación de árboles frutales.

“El aumento del calor estival ha ayudado mucho al sector de la uva, y hemos asistido a una disminución de las mínimas temperaturas invernales que han permitido la expansión de las cerezas y las uvas de vino a nuevos territorios”, explicó Denise Neilsen, científica jubilada cuya carrera en Agricultura y Agroalimentación de Canadá (Agriculture and Agri-Food Canada) se centró en el riego de huertas y la influencia del cambio climático en el suministro de agua. “Desde el año 1990 no habíamos tenido un episodio importante del frío”, hasta las dos últimas temporadas, dijo.

Pero cuando las temperaturas se desplomaron muy por debajo de cero grados Fahrenheit durante varios días a mediados de enero de este año, después de una temporada de clima templado, había 4,800 acres vulnerables de cerezas dulces -más de 1,000 acres desde el 2016- y unos 10,000 acres de uvas de vino en riesgo.

Durante una sesión sobre los desafíos climáticos y como desarrollar la resiliencia en las huertas, Neilsen mostró mapas que indicaron cómo el cambio climático está aumentando el área adecuada para la producción de cerezas dulces. En la última década, la industria aprovechó del cambio.

“¿Por qué la gente plantó estas variedades que no resisten las heladas en una zona donde en el pasado hemos tenido estos episodios de frío?”, preguntó. “Todos los datos nos decían que estábamos bien”, dijo, contestando su propia pregunta.

Denise Neilsen, científica en irrigación y climatóloga jubilada de la Columbia Británica, Canadá, habla de cómo el cambio climático puede tanto ampliar el territorio de producción adecuado como aumentar el riesgo de pérdidas de cosechas. (TJ Mullinax/Good Fruit Grower)
Denise Neilsen, científica en irrigación y climatóloga jubilada de la Columbia Británica, Canadá, habla de cómo el cambio climático puede tanto ampliar el territorio de producción adecuado como aumentar el riesgo de pérdidas de cosechas. (TJ Mullinax/Good Fruit Grower)

El resultado representa un excelente ejemplo de cómo el cambio climático está causando pérdidas en los cultivos, pero no es el único.

“Los modelos climáticos sólo pueden proyectarse, no predecirse”, dijo Neilsen. La variabilidad meteorológica impide que los modelos del cambio climático tengan en cuenta los fenómenos extremos (olas de calor, sequías, lluvias torrenciales y heladas), que son los que más trastornos pueden causar a los productores.

Pero muchos de esos fenómenos meteorológicos extremos e impredecibles también están provocados por el cambio climático y son cada vez más frecuentes a medida que el calentamiento de los océanos modifica los patrones mundiales del movimiento del aire, explicó. Durante años, no hubo datos suficientes para vincular definitivamente el cambio climático con el aumento de los fenómenos meteorológicos extremos, pero ahora la relación está clara, dijo Neilsen.

“Los efectos del cambio climático sobre las temperaturas y las precipitaciones se están produciendo más rápidamente de lo que se había previsto”, afirmó. 

A largo plazo, los productores de fruta de la Columbia Británica y de todo el Oeste del continente norteamericana están estudiando cambios en el suministro de agua, ya que los inviernos más cálidos reducen la capa de nieve.

“Esto desajusta el calendario de suministro de agua con respecto a la infraestructura”, dijo. Para el año 2050, los modelos predicen un suministro de agua insuficiente cada dos años para los distritos de riego del área de Kelowna, BC con la infraestructura actual.

En cuanto al corto plazo, los productores de cerezas de la Columbia Británica no sabrán el costo total de la helada reciente hasta la floración, pero a finales de enero de este año, la muerte de los brotes parecía estar en torno al 50-60%, dijo Neilsen.

En febrero, el presidente de la Asociación de Cerezas de la Columbia Británica (BC Cherry Association), Sukhpaul Bal, declaró: “Ésta es la temporada más difícil que hemos vivido”.

Un informe publicado en febrero por la asociación del sector Vinos de la Columbia Británica (Wines of British Columbia) estima que los daños causados por el frío provocarán una pérdida de cosecha de uvas de entre el 97 y el 99 por ciento y probablemente una pérdida significativa de viñas. Eso viene después de una pérdida de más de la mitad de la cosecha de uva de vino la temporada pasada debido a una fuerte helada en diciembre de 2022.

2da Parte: Navegando por la nutrición de las manzanas Honeycrisp

Cuando se trata de la nutrición de la huerta, a veces menos, es más.

“Los árboles Honeycrisp son muy sensibles al nitrógeno”, dijo Lailiang Cheng, profesor de la horticultura de la Universidad de Cornell, Nueva York, durante una presentación sobre administración de nutrientes. Cheng describió los resultados de un ensayo en el que se comparó la absorción de nutrientes y el lugar del árbol al que iban a parar -lo que él denomina partición- en árboles Honeycrisp y Gala cultivados en arena.

Algunos de los árboles del ensayo recibieron el equivalente a 6.3, 19, 37.5, 56.3 o 75 libras de nitrógeno por acre. Los árboles con más altos niveles de nitrógeno tenían un color pobre, pero los árboles en los tratamientos más bajos tenían un tamaño de fruta pequeño y luchaban con el retorno de la floración para la temporada siguiente.

“Es el tratamiento de nitrógeno medio el que nos da el mejor equilibrio”, dijo Cheng.

Los manzanos Gala y Honeycrisp mueven una parte similar de su suministro de nitrógeno a la fruta, 38 y 39 por ciento, respectivamente. Cuando se trata del potasio, sin embargo, la historia es diferente. Los Gala trasladan el 71 por ciento a la fruta, mientras que los Honeycrisp trasladan hasta el 78 por ciento. 

“En el tejido de la piel de la fruta, las manzanas de la variedad Honeycrisp tiene un 50 por ciento más de potasio que las de Gala”, dijo Cheng.

Lailiang Cheng, profesor de horticultura de la Universidad de Cornell, Nueva York, habla de la complejidad de la administración de nutrientes para manzanas de la variedad Honeycrisp. (TJ Mullinax/Good Fruit Grower)
Lailiang Cheng, profesor de horticultura de la Universidad de Cornell, Nueva York, habla de la complejidad de la administración de nutrientes para manzanas de la variedad Honeycrisp. (TJ Mullinax/Good Fruit Grower)

Esto es un problema, porque el potasio móvil compite con el calcio, que es necesario para estabilizar las membranas celulares. Los portainjertos que absorben potasio de forma más eficiente, como los G.41, G.890 y G.11, pueden aumentar el riesgo de la bitter pit (mancha amarga) más que los raíces G.214, G.969, B.9 y B.10, dijo Cheng, lo que hace que estos últimos sean mejores para cultivar la variedad Honeycrisp.

En todos los frutales, poco del calcio que los árboles toman del suelo se transporta a la fruta, ya que la xilema lo transporta pasivamente a través de la transpiración, la mayor parte de la cual tiene lugar en los brotes y las hojas. Durante el desarrollo del fruto, manzanas de la variedad Gala transporta el 14% de su calcio al nuevo fruto, mientras que la Honeycrisp sólo el 6%.

Los ensayos también explicaron por qué los manzanos Honeycrisp tienen dificultades para acumular suficiente calcio en la fruta, lo que la hace propensa a la amargura: La tasa de acumulación del calcio se mantiene constante durante las primeras seis o siete semanas tras la floración, pero después, los frutos Honeycrisp dejan de ganar calcio, mientras que los frutos Gala siguen acumulándolo.

“Honeycrisp crece tan rápidamente que la expansión celular aplasta la xilema y lo hace no funcional”, dijo Cheng. Las Galas, en cambio, sólo ralentizan su acumulación de calcio unas semanas antes de la cosecha.

El trabajo de separación de nutrientes que compartió Cheng fue sólo una pieza de un proyecto más amplio, financiado por el gobierno federal, conocido como Root2Fruit. A través de éste y otros esfuerzos, los investigadores de Cornell han recopilado nuevas recomendaciones para la administración de manzanas de la variedad Honeycrisp. Cheng compartió los aspectos más destacados de la administración de nutrientes durante la reunión de la IFTA, pero dijo que era previsto que, en la primavera de este año, se publicaría un informe dirigido por el fisiólogo de Cornell, Terence Robinson en la revista Fruit Quarterly de la Sociedad de Horticultura de Nueva York en el que se haría una revisión más detallada de la selección de portainjertos, la administración de la carga del cultivo, la mejora del retorno de la floración y el riego.

Entre las recomendaciones para los productores:

—Utilizar los portainjertos G.214, G.969 y B.10 para las nuevas plantaciones de Honeycrisp.

—Equilibrar las aplicaciones de nitrógeno para alcanzar el punto óptimo entre el desarrollo del color y el tamaño del fruto, ya que el riesgo del trastorno amargo (bitter pit) está asociado a la producción bianual.

—Ajustar la carga de cultivo a cinco o seis frutos por centímetro cuadrado de sección transversal del tronco.

—Controlar el vigor para reducir la competencia entre los brotes y las hojas por el calcio.

—Procure que el calcio de las hojas se sitúe entre el 1.5 y el 2 por ciento.

—Procure que el nitrógeno foliar sea del 2 por ciento a principios de julio y el nitrógeno de la savia de la cáscara (analizado en un fruto del tamaño de una pelota de golf) se situé entre 50 y 80 ppm, de forma que la relación molar entre el nitrógeno y el calcio (es decir, el resultado de la prueba de laboratorio que da el número de átomos de nitrógeno en la muestra dividido por el número de átomos de calcio) sea inferior a 4.

—Los objetivos de potasio deben ser de 1 a 1.3 por ciento en las hojas, y la proporción de potasio y calcio en la savia de la cáscara debe ser inferior a 25.

—Para bloques con alto riesgo del trastorno bitter pit que excedan las ratios de savia de la cáscara arriba indicados, los productores pueden aumentar las pulverizaciones de calcio, controlar el riego y evitar el uso de los productos ReTain o Harvista.

por Kate Prengaman

Este artículo ha sido traducido por Jean Dibble y revisado por Jutsely Rivera. Puede ponerse en contacto con Jean en jean@goodfruit.com.