
Las industrias hortifrutícolas de Michigan no pueden soportar los aumentos salariales de los trabajadores con visa H-2A por mucho más tiempo, así que se han unido para hacer correr la voz y convencer a sus legisladores de que hagan algo al respecto. La iniciativa, denominada Protejamos Nuestros Productos (Protect Our Produce), se puso en marcha en septiembre del 2024 con el respaldo de nueve organizaciones agrícolas de Michigan.
La Tasa Salarial por Efectos Adversos (Adverse Effect Wage Rate, AEWR) del programa H-2A para Michigan aumentó de USD $13.54 por hora trabajada en el año 2019 a USD $18.50 en el 2024. Mientras tanto, el salario mínimo del estado era de USD $10.33 en el mismo año. Debido a que muchos productores de frutas y verduras dependen de los trabajadores invitados para satisfacer sus necesidades de mano de obra, y muchos están luchando por poder obtener ganancias de la venta de sus cultivos en este momento, los fuertes aumentos salariales anuales del programa federal de trabajadores invitados los están poniendo en un aprieto existencial.
“El sistema no sirve”, afirmó Jamie Clover Adams, directora ejecutiva de la Junta Asesora del Espárrago de Michigan (Michigan Asparagus Advisory Board) y organizadora de Protejamos Nuestros Productos. “No pasará mucho tiempo antes de que veamos cerrar las empresas agrícolas. Tenemos que hacer algo”.
El objetivo a corto plazo de la campaña es dar a conocer el problema en los medios de comunicación y utilizar esa atención para conseguir que el Congreso suspenda la AEWR en su nivel actual. En enero del 2024, el representante de Michigan John Moolenaar presentó un proyecto de ley ante la Cámara de Representantes para lograrlo y a los finales de octubre, el proyecto de ley, H.R. 7046, seguía en el Comité Judicial de la Cámara de Representantes.
La suspensión de nuevos aumentos de la AEWR dará al sector un “respiro” para impulsar su objetivo a largo plazo: reformar el programa H-2A y cambiar la forma de calcular la AEWR, lo que requerirá la intervención del Congreso, según Clover Adams.
“La situación es crítica”, afirmó. “Los responsables políticos necesitan sentir la urgencia. Si no actúan pronto, Michigan será una cáscara de lo que era en el sector de frutas y verduras.”
La Sociedad hortícola del estado de Michigan (Michigan State Horticultural Society) es uno de los grupos que respaldan la iniciativa Protejamos Nuestros Productos. Su secretario ejecutivo, Ben Smith, confía en que la AEWR pueda congelarse, pero la política es complicada.
“No se trata de la inmigración”, dijo. “Se trata de proteger las frutas y las verduras”.
“Cualquier medida que se tome antes de que los trabajadores con visa H-2A lleguen la próxima temporada estaría bien, pero cuanto antes mejor para efectos de planificación”, dijo Smith. “Dentro de cinco o diez años, no será posible costear la mano de obra H-2A. Ya es casi inasequible”.
Algunos de los grupos participantes están aportando dinero a la campaña, mientras que otros están proporcionando servicios en especie, como videografía, dijo Clover Adams.
Michigan Farm Bureau (MFB), otro de los participantes, ha proporcionado servicios de videografía. Un camarógrafo de MFB visitó Wittenbach Orchards en Belding, Michigan, a principios de este año, y pidió a los productores Mike Wittenbach y Elizabeth Pauls que hablaran sobre el impacto de los aumentos de los costes del programa H-2A en su operación. Los vídeos están en el sitio web de Protect Our Produce.
Pauls, que en el pasado ha presionado a los legisladores de Washington D.C. para que reformen el programa H-2A, se emocionó en el vídeo.
“Da miedo sentir que no tienes ningún control”, dijo a Good Fruit Grower. “Estamos soportando aumentos de costos por todos lados, y nos estamos quedando sin capacidad de responder. La situación no parece sostenible”.
Según Clover Adams, muchos agricultores no están replantando, lo que puede ser negativo para sus perspectivas económicas a largo plazo.
“Los grandes supermercados quieren trabajar con productores con una gran variedad de productos”, dijo. “Cuando retiras los cultivos, ya no quieren trabajar contigo”.
Mark Miezio, presidente de Cherry Bay Orchards, uno de los mayores productores de cerezas de Michigan, dijo que los aumentos de la AEWR en los últimos cinco años han añadido USD $500,000 a los gastos de la empresa agrícola.
“Si ese ritmo continúa, no tendríamos una razón financiera para existir”, dijo Miezio.
Cherry Bay lleva contratando trabajadores con la visa H-2A desde el año 2013, y en este momento “no sabemos qué haríamos sin ellos”, dijo. Cherry Bay intenta recortar gastos en la medida de lo posible, pero hay limitaciones de lo que puede hacer.
“No conseguimos un 20% de eficiencia cada año”, dijo Miezio. “Pero el coste sube así de rápido”.
—por Matt Milkovich
Este artículo ha sido traducido por Jean Dibble y revisado por Jutsely Rivera. Puede ponerse en contacto con Jean en jean@goodfruit.com.