Los productores de manzanas a lo largo de la costa sur del Lago Ontario, en Nueva York, donde se procesa la mitad de la fruta, se están adaptando a los cambios en el mercado mediante el cultivo de altas densidades de nuevas variedades, la preparación de sus huertos para la mecanización y la invención ocasional de sus propias herramientas para adentrarse más al mercado de fruta fresca.
“Hay que cambiar”, afirmó Matt Wells de la empresa de marketing New York Apple Sales. “La complacencia equivale al fracaso”.
Wells y muchos otros presentadores y organizadores les pidieron a los productores que hagan cambios, con cierta urgencia, durante la conferencia y las visitas anuales de la Asociación Internacional de Árboles Frutales realizada en Rochester, Nueva York, en febrero.
Mediante estimaciones detalladas de los precios, Wells hizo un pedido financiero a los productores de su estado para que modernicen o dejen dinero colgando de las ramas. “Hay dinero en el laberinto”, dijo en referencia al libro de 1998 “¿Quién se ha llevado mi queso?”. “Está ahí afuera, solo hay que ir a buscarlo todos los días”.
Por ejemplo, de acuerdo con cifras de rendimiento de 2018, aumentar la densidad de empaque de las Honeycrisp de un 70 por ciento a un 80 por ciento y el porcentaje de manzanas empacadas en una bandeja, en lugar de en una bolsa, de un 60 por ciento a un 70 por ciento aumenta las ganancias por contenedor de 579 a 680 dólares (USD).
“Así que en esto hay mucho dinero”, aseguró.
Los productores de toda la región están siguiendo su consejo. Por todas partes se ven manzanas que cuelgan de setos jóvenes y planos, con ramas a dos pies de distancia y en filas de 10 pies de largo, o con medidas comparables. Y muchos productores no tienen miedo de labrar su propio camino hacia el cambio.
Tomemos como ejemplo a Kyle Wafler, productor de tercera generación, y a su familia. En 2010, los propietarios de Wafler Farms en Wolcott, al este de Rochester, desarrollaron su propio diseño para huertos con espalderas altas y puntiagudas (conocido como “tall spindle tip”), las cuales se siembran en ángulos opuestos con una desviación de 1.5 pies para árboles de 11 pies.
Han descubierto que su cosecha y plataformas de trabajo funcionan mejor cuando los árboles se inclinan un poco hacia adentro, indicó Wafler.
Las partes superiores de cada fila siempre están a una distancia de 10 pies, lo que significa que a nivel del piso se alterna entre filas con pasillos anchos y estrechos. Los trabajadores recorren las plataformas cada tercer pasillo y atraviesan el delgado dosel para recoger y podar el lado opuesto.
A la familia Waflers también se les conoce por usar cámaras en sus plataformas para monitorear la calidad y la eficiencia de los empleados, por haber diseñado sus propias plataformas de huertos a través de su compañía, Huron Fruit Systems, y por su vivero.
En Fowler Farms, a solo unos kilómetros al sur, los gerentes están trabajando con la empresa Helena Agri Enterprise en estudios de tasas variables de fertilización para modificar el suelo con mayor precisión, lo que explica la topografía ondulada. En la granja Excelsior Farms, al oeste de Rochester en Kent, Nueva York, Roger y Christine Bannister están en proceso de reemplazar todos sus árboles de eje vertical con árboles de varios líderes.
Tecnología
Mientras tanto, todo el mundo está pendiente de la tecnología y de la mecanización.
Por ejemplo, Michael Sadler, gerente de una granja en Lyndonville, Nueva York, ha invertido en un soplador de polen para mejorar el cuajado del fruto y lo ha apodado cariñosamente como “El Inseminador”.
George Kantor, del Instituto de Robótica de la Universidad Carnegie Mellon, alentó a los productores que están ansiosos de que los robots los salven de la escasez de mano de obra que inviertan de manera similar en herramientas mecánicas ya disponibles y colaboren con las compañías que intentan perfeccionar más de estas.
Las compañías tecnológicas han logrado grandes avances en aspectos como la movilidad y la percepción del taburete robótico, pero todavía están trabajando en la manipulación —lograr que los robots realmente toquen y muevan frutas y plantas— como es el caso de las cosechadoras robóticas en desarrollo por las empresas Abundant Robotics y FFRobotics, informó Kantor, quien presentó la ponencia anual en honor a Robert Carlson de la IFTA.
“Las tecnologías han llegado, pero no necesariamente van a llegar a su rincón del mundo a menos que ustedes ayuden a traerlas”, indicó.
El procesamiento aún es pertinente
Todo este cambio está ocurriendo en una región donde la industria de procesamiento todavía es relevante.
Según los investigadores de la Universidad de Cornell, los productores de Nueva York envían aproximadamente el 52 por ciento de sus manzanas a ser procesadas, en comparación con el 18 por ciento de las manzanas de Washington. El estado es la sede de seis procesadoras, de las cuales la más grande es Mott’s, una subsidiaria de Dr Pepper Snapple Group en Plano, Texas. La planta de procesamiento de manzanas Mott’s en Nueva York está ubicada en Williamson, en el condado de Wayne, al este de Rochester, donde los productores envían casi el 60 por ciento de sus manzanas.
“Sí, todavía tenemos algunos árboles grandes y esto se debe a que todavía nos están generando ganancias”, afirmó Todd Furber. Él y su hermano, Ted Furber, quienes juntos administran la granja Cherry Lawn Fruit Farms en Sodus, envían aproximadamente el 70 por ciento de sus manzanas frescas, pero tienen otras variedades y bloques que eliminarían antes de arrancar los manzanos Idareds, cuyos frutos se envían únicamente a las procesadoras. Esos árboles producen.
“Si vamos a jugar el juego del procesamiento, necesitamos tener un alto rendimiento”, señaló.
Mott’s recoge alrededor de 133 millones de kilogramos de manzanas cada año, casi exclusivamente de su grupo de 165 productores de Nueva York, informó Gary Orbaker, un productor de cuarta generación del Condado de Wayne.
Algunos productores todavía plantan huertos nuevos solo para el procesamiento, con árboles semienanos a una distancia de 10 pies, a diferencia de los 2 pies de espaciamiento que se encuentran en muchos de los nuevos huertos enrejados.
Simplemente, a algunos productores les gusta trabajar con manzanas procesadas que son más baratas de cultivar, mientras que otros tratan de cambiar gradualmente conforme pueden comprar enrejados y portainjertos de mayor rendimiento, explicó Orbaker. Sin embargo, algunos tal vez intenten acelerar esa transición después de 2018, ya que en ese año los precios cayeron un promedio de 2.5 centavos por libra, a menos del costo de producción, apuntó.
Ese fue un año inusual, pero la tendencia es hacia lo fresco, conforme los productores buscan formas de hacer que el aumento de los costos de producción, principalmente la mano de obra, den sus frutos. “Realmente, cada vez es más difícil cultivar manzanas para el mercado del procesamiento”, concluyó.