El éxito de la industria de la manzana del estado de Washington ha atraído a los inversores desde hace muchos años, pero actualmente el ritmo con que entra el dinero que viene de fuera del mundo de los árboles frutales parece acelerarse incluso ahora cuando la industria lucha contra la reducción de los márgenes de beneficio.
Esto no es tan contradictorio como parece, según Scott Porter, de Cascadia Capital, un banco de inversión con sede en Seattle.
En estos momentos, muchas empresas frutícolas necesitan acceso al capital para superar los retos actuales, mientras que los inversionistas, que poseen bastante efectivo, buscan protegerse de la inflación y de una recesión macroeconómica comprando tierras cultivables. Sí a esto añadimos el hecho de que cada vez más los agricultores se jubilan, además el creciente interés por el valor del suministro de agua y el clima de cultivo sostenible de Washington; esto empieza a tener sentido de por qué aumenta la inversión, aunque bajen los beneficios de las manzanas.
Las empresas de inversión institucional (que pueden ser los bancos, los fondos de pensiones privados, sindicatos, compañías de seguros, etc.) existen desde hace muchos años y están creciendo. “En los últimos 10 años, la cantidad de capital se ha más que triplicado y necesitan poner este dinero a trabajar”, dijo Porter, que dirige la empresa agroindustrial de Cascadia Capital y ha dirigido varias fusiones y adquisiciones en la industria de los árboles frutales.
Al mismo tiempo, el sector de los árboles frutales requiere más capital que nunca, y las opciones de préstamo tradicionales son limitadas.
“Muchos productores se han excedido demasiado con la replantación y la innovación varietal, haciendo que el costo del negocio sea más grande que nunca”, dijo Porter a Good Fruit Grower. “Se está convirtiendo en un juego de escala, (es decir entre más grande sea la huerta, más grande es la ganancia) y los propietarios de negocios luchan para mantenerse al día por su propia cuenta”.
La Asociación de Árboles Frutales del Estado de Washington (WSTFA por sus siglas en inglés) invitó a Porter a hablar en su reunión anual en diciembre del pasado año. Hubo un sinfín de preguntas y preocupaciones sobre cómo la inversión financiera que viene desde afuera está cambiando una industria que siempre ha sido familiar.
“Hay mucho miedo a lo desconocido”, dijo Jared England, director general de Manson Growers, una cooperativa de larga tradición que recientemente se asoció con un socio capitalista institucional. Él organizó la sesión en la que participaron Porter y otros. “Queremos que la gente pueda hacer preguntas y escuchar a personas que han pasado por la misma experiencia”.
Las conversaciones de Good Fruit Grower en el 2022 con productores tanto grandes como pequeños revelaron crecientes preocupaciones sobre cómo las empresas familiares restantes pueden competir con aquellas que ven una afluencia de capital que viene de inversores – y como afecta a las comunidades rurales cuando estas empresas que existen desde hace tiempo ya no son de propiedad de los vecinos locales.
“En todo nuestro estado, de forma silenciosa e invisible, estamos viendo empresas agrícolas familiares vendidas a inversionistas institucionales”, dijo Kristin Kershaw, copropietaria de Kershaw Cos., y directora de asuntos corporativos de Domex Superfresh Growers. Habló con periodistas durante una conferencia de prensa en noviembre sobre la necesidad de una reforma laboral y de inmigración. “Estas empresas agrícolas familiares -que son nuestros productores de alimentos- van a dejar de estar controladas y ser propiedad de nuestras comunidades rurales. Eso tiene un efecto profundo tanto en el panorama político como en el social”.
Como dijo un joven agricultor: “Ahora quién va a patrocinar los campos de beisbol de los pueblos rurales?”
El capital
No se trata sólo de la industria frutícola. En todo el país, el interés de los inversores por las tierras de cultivo ayuda a que su precio este elevado a niveles históricos. En todo el país, el valor de las tierras de cultivo aumentó un 23 por ciento desde el 2020 al 2022, según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, mientras que el precio de la superficie de riego de Washington aumentó un 10.
Las perspectivas económicas inciertas suelen empujar a los inversores hacia las tierras de cultivo, dijo Michael Brady, profesor de economía de la Universidad Estatal de Washington (WSU). El cambio climático es preocupante, por lo tanto, los activos como las tierras de cultivo, el clima y derechos de aguas en Washington son activos que se están volviendo más valiosos.
Al mismo tiempo, la creciente demanda de opciones de inversión sostenibles, también conocida como inversión ESG (medioambiental, social y de gobernanza), crea una nueva fuerza impulsora para la inversión en tierras agrícolas.
Por ejemplo, la inversión reciente de Goldman Sachs en la fusión de Columbia Fruit Packers y Frosty Packing se completó a través de la rama de asesoramiento de inversión sostenible de la empresa. Parte del negocio exige que la inversión de capital se destine a adoptar prácticas agrícolas más regenerativas que reduzcan el impacto climático de la producción de alimentos, de acuerdo con lo que dijo Detlef Schoen, un consultor que trabajó en el acuerdo.
“En términos de riesgo ajustado, creo que el árbol frutal es una de las propuestas de inversión más atractivas del momento”, dijo Schoen, cuya empresa basada en el UK, NewAg Partners, busca combinar el capital privado con oportunidades en la agricultura favorables al clima.
Cuando los inversores ven un sector que tiene limitaciones en su capital o en el dinero que pueden pedir prestado, ven una oportunidad de crear una ventaja competitiva para sí mismos.
Los agricultores pueden desconfiar de Wall Street (los inversores institucionales grandes) en general, pero hay que distinguir entre las empresas de grupo de inversión, los que buscan comprar empresas y luego venderlas dentro de cinco años con ánimo de lucro, y los inversores institucionales, como los fondos de pensiones y los gestores de activos, que miran mucho más a largo plazo. Y la mayoría de los inversionistas en el sector de los árboles frutales son de estos últimos, según Schoen y Porter.
“Para mí, es la mejor inversión que un sector puede desear”, afirma Schoen. “No es depredador; se asocia a largo plazo y no se asusta por los altibajos del negocio inevitables”.
En los últimos años, los principales acuerdos incluyen la inversión del Ontario Teachers Pension Plan, que compró Broetje Orchards y creó FirstFruits; Fiera Comox, que invirtió en Auvil Fruit; e International Farming, un grupo con sede en Carolina del Norte que creó Columbia River Orchards mediante la adquisición de Legacy Fruit, Larson Fruit y Valley Fruit en el 2019. International Farming también adquirió Chelan Fruit en el 2021 e invirtió en Manson Growers en 2022.
Los fondos destinados a la inversión en la agricultura se han vuelto más comunes: Arable Capital Partners adquirió Royal Ridge Fruits en el 2021; Tiverton Advisors invirtió en Monson Fruit Co. en el 2022; y Solum Partners, una empresa agrícola derivada de Harvard Management Co. que ha sido propietaria de Snake River Orchard de Taggares Fruit Co. durante varios años, se asoció recientemente con CPC International.
Entretanto, las ramas inversoras de las familias más ricas del EE.UU. también están creando asociaciones.
Los activos
Las empresas frutícolas buscan inversiones de afuera por varias razones. La jubilación del productor impulsa muchos acuerdos, sobre todo si el cultivador no tiene sucesor. La entrada de efectivo puede ayudar al jubilado de cualquier caso.
“Vemos (la inversión de capital privado) impulsada principalmente por cuestiones de relevo generacional y el deseo de permanecer en el negocio, aunque no hay capital suficiente para llevarlo al siguiente nivel mientras que otros se retiran”, dijo Schoen.
Otras veces, la inversión ayuda a una empresa a ampliarse o modernizarse para seguir siendo competitiva.
Este fue el caso de Manson Growers, según England. Al vender acciones de la antigua cooperativa a International Farming, cada uno de los cultivadores recibió un pago que están utilizando para modernizar sus huertas, así como las de la empresa.
“Tenemos muchas variedades antiguas y plantaciones de baja densidad, por lo que nos enfrentábamos a una gran inversión sólo para volver a la vanguardia de la mezcla de variedades”, dijo England. El financiamiento bancario tradicional parecía más caro de adquirir.
La empresa también instaló equipo nuevo de precalibrado en el mes de noviembre pasado.
Más allá del dinero en sí, Manson Growers se beneficia ahora de formar parte de una organización mayor, desde la economía de escala (compras al por mayor) para la compra de productos químicos hasta el acceso a la experiencia de otros dentro de la organización. Según England, International Farming, que ya era propietaria de la cercana Chelan Fruit, encajaba perfectamente con Manson Growers. Los 80 miembros de Manson Growers votaron casi unánimemente a favor de la asociación.
“Entienden la dinámica de nuestro sector”, afirma. “Fuimos muy escépticos y evaluamos a muchos inversores potenciales. Fuimos pacientes y esperamos hasta encontrar un buen encaje”.
International Farming declinó hacer comentarios para este artículo.
El futuro
Hoy en día, los capitalistas no sólo buscan adquisiciones. Es cada vez más común mantener a la dirección anterior en su puesto o mantener a bordo a los anteriores propietarios al adquirir una participación mayoritaria.
“Los inversores se están dando cuenta de que son inversores, no operadores. Quieren invertir en las mejores personas, las que se juegan algo, y que se queden para dirigir la empresa, que se comprometan a maximizar los beneficios”, afirma Porter.
Para England, este fue un factor importante para que los cultivadores de la cooperativa se sintieran cómodos con la transacción.
“Pensamos que era un buen indicador de que valoraban esa asociación”, dijo.
Otra tendencia que observa Porter: inversionistas que compran huertas ya en función en lugar de plantar las suyas propias, como era más habitual hace solo unos cinco años.
Espera ver más acuerdos este año ya que la recesión económica persiste y los inversores buscan oportunidades a largo plazo para adquirir activos baratos.
” No tienen que pensar en plazos de cinco o diez años. Esta industria siempre crece en términos de valor del suelo y rentabilidad”, dijo Porter.
Pero ¿quién no va a comprar nada? Son las otras empresas frutales familiares.
“No creo que veamos transacciones de productor a productor a esta escala”, dijo Porter. “¿Cualquier operación integrada verticalmente?, ni hablar”.
—por Kate Prengaman
La experiencia de Auvil Fruit
Chris McCarthy, director general de Auvil Fruit, participó en una mesa redonda con Jared England, de Manson Growers, Scott Porter, de Cascadia Capital y Kelli Visser, de la empresa de contabilidad Larson Gross, para hablar de la inversión externa en la agricultura, durante la Reunión Anual de la WSTFA celebrada en diciembre.
McCarthy dijo que Auvil, basado en Orondo, Washington, firmó con socios de capital en septiembre del 2019, y la asociación ayudó a la compañía a mantener su liquidez y su seguridad a lo largo de las restricciones pandémicas del año 2020, el calor del 2021 y el mal tiempo de polinización del 2022. Los inversionistas fueron pacientes con estos tres infortunios.
La relación requiere un sano balance de concesiones y beneficios mutuos, dijo McCarthy. Los inversores no dicen a los directivos de Auvil cómo tienen que cultivar, pero si insisten en que aceptan la responsabilidad por sus decisiones. También aportan ideas nuevas de otros sectores que financian.
“Es bueno pasar por el proceso de que alguien haga un poco de abogado del diablo”, dijo McCarthy.
—por Ross Courtney
Vea a Scott Porter, Jared England y Chris McCarthy hablar de las opciones de inversión exterior para las empresas agrícolas (en inglés).
Este artículo ha sido traducido por Jean Dibble y revisado por Jutsely Rivera. Puede ponerse en contacto con Jean en jean@goodfruit.com.