Sarah Lowder demuestra “el método de hisopo guante", pero sin guante, en un viñedo de Oregón en el 2021. Lowder, quien era una estudiante postgrado de la Universidad Estatal de Oregón en ese momento, desarrolló el método de simplemente pasar la mano por las ramitas de una hilera de viñas para recoger muestras del oídio (la cenicilla), luego pasar un hisopo por la mano y comprobar la resistencia a los fungicidas. Lowder, que ahora trabaja en la Universidad de Georgia, afirma que el método no requiere guantes. Se puede utilizar solo la mano descubierta sin que haya diferencias significativas en los resultados. (Cortesía de Sarah Lowder/Universidad de Georgia)
Sarah Lowder demuestra “el método de hisopo guante”, pero sin guante, en un viñedo de Oregón en el 2021. Lowder, quien era una estudiante postgrado de la Universidad Estatal de Oregón en ese momento, desarrolló el método de simplemente pasar la mano por las ramitas de una hilera de viñas para recoger muestras del oídio (la cenicilla), luego pasar un hisopo por la mano y comprobar la resistencia a los fungicidas. Lowder, que ahora trabaja en la Universidad de Georgia, afirma que el método no requiere guantes. Se puede utilizar solo la mano descubierta sin que haya diferencias significativas en los resultados. (Cortesía de Sarah Lowder/Universidad de Georgia)

Ya que el proyecto de la Red FRAME ha concluido, ¿qué hemos aprendido sobre la resistencia a los fungicidas en el oídio (la cenicilla) de la uva?

Resulta que se ha aprendido bastante, y se ha abierto el camino a nuevos descubrimientos. Entre otras cosas, ahora podemos analizar el oídio (la cenicilla) y su resistencia a los fungicidas con sólo pasar la mano por un viñedo.

En un seminario en línea organizado en enero de este año por Penn State Extension (la extensión de la Universidad Estatal de Pensilvania), investigadores universitarios de varios estados analizaron los logros del proyecto. Como miembros de FRAME (Evaluación, Mitigación y Extensión de la Resistencia a los Fungicidas/ Fungicide Resistance Assessment, Mitigation and Extension), los investigadores pasaron cuatro años estudiando la resistencia a los fungicidas en los patógenos de la uva, con un enfoque en las uvas de vinificación y al oídio. El proyecto -financiado por la Iniciativa de Investigación de Cultivos Especializados del Departamento de Agricultura de EE. UU. (U.S. Department of Agriculture’s Specialty Crop Research Initiative)- se desarrolló entre los años 2019 y 2022, con algunos trabajos finales realizados más tarde en el 2023.

La cenicilla representa un problema para los viticultores por todo el país, con repercusiones económicas importantes y un largo historial de la necesidad de un tratamiento fungicida. Desgraciadamente, el patógeno suele desarrollar una resistencia a los fungicidas. Debido a que no ha habido un sistema eficaz para controlar la resistencia a los fungicidas o predecir cuándo ésto va a aparecer, por lo general se identifica después de los fracasos de administración, de acuerdo con los oradores del seminario en línea.

La investigación de FRAME se centró en los fungicidas del grupo FRAC 11, que se utilizan habitualmente en las uvas y otros cultivos especializados. Pero la popularidad de los fungicidas FRAC 11 entre viticultores y con el tiempo ha hecho que los patógenos desarrollen una mayor resistencia a ellas con el tiempo, dijo Michelle Moyer, directora del proyecto FRAME y especialista de la extensión de viticultura de la Universidad Estatal de Washington.

El oídio (la cenicilla) en una hoja de un viñedo de Oregón. Más sencillo que los métodos tradicionales de recolección, al pasar la mano con guante o la mano descubierta por la hoja se obtiene una muestra del patógeno, que luego puede analizarse para determinar su resistencia a los fungicidas. (Cortesía de Sarah Lowder/Universidad de Georgia)
El oídio (la cenicilla) en una hoja de un viñedo de Oregón. Más sencillo que los métodos tradicionales de recolección, al pasar la mano con guante o la mano descubierta por la hoja se obtiene una muestra del patógeno, que luego puede analizarse para determinar su resistencia a los fungicidas. (Cortesía de Sarah Lowder/Universidad de Georgia)

La mayoría de los fungicidas FRAC 11 se registraron por su uso en la uva hace dos décadas. Pero alrededor del año 2009, los investigadores comenzaron a encontrar resistencia de los patógenos a ese grupo de fungicidas, ya para el 2015 la resistencia estaba bastante extendida, dijo el patólogo de frutas pequeñas y lúpulo (conocida como jape) de la Universidad Estatal de Michigan (MSU), Tim Miles.

Las herramientas desarrolladas o utilizadas por los investigadores de FRAME, incluyendo “el método de hisopo guante” (“glove swab method”) y también las pruebas de ADN, pueden simplificar y acortar en gran medida el proceso de detectar resistencia a los fungicidas en el oídio. Con el método del hisopo guante, basta con caminar por una hilera de viñedos y pasar la mano por las ramitas y las hojas. A continuación, se frota la mano con un hisopo para recoger una muestra analizable de lo que se esconde en las hojas. Estos hisopos pueden enviarse a un laboratorio para que los analicen con una prueba rápida de ADN basada en la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) para detectar el oídio, y también para detectar si el oídio ha desarrollado resistencia a los fungicidas, explica Moyer.

El método del hisopo guante fue desarrollado por Sarah Lowder cuando era estudiante de posgrado en la Universidad Estatal de Oregón. Ahora es especialista de la extensión vitícola en la Universidad de Georgia. Lowder explicó a Good Fruit Grower que el método del hisopo guante en realidad no requiere guantes. También se puede pasar la mano descubierta por un viñedo, sin diferencias significativas en los resultados.

Según Moyer, el método del hisopo guante es una forma más rápida y limpia de hacer la prueba si hay oídio y resistencia a los fungicidas que la recogida de muestras de hojas o de trampas de esporas, pero el coste alto de las pruebas PCR sigue siendo un obstáculo para su adopción generalizada. Cuantas más muestras se envíen a una universidad o a un laboratorio de diagnóstico comercial, más bajarán los costes para todo el mundo, pero actualmente los cultivadores que quieran resultados rápidos tendrán que pagar un precio bastante alto.

Tras deslizar las manos por las ramitas y hojas, al pasarles un hisopo se captura una muestra suficiente de patógenos presentes en el viñedo. Luego los hisopos se envían a un laboratorio equipado con pruebas rápidas de ADN. (Cortesía de Sarah Lowder/Universidad de Georgia)
Tras deslizar las manos por las ramitas y hojas, al pasarles un hisopo se captura una muestra suficiente de patógenos presentes en el viñedo. Luego los hisopos se envían a un laboratorio equipado con pruebas rápidas de ADN. (Cortesía de Sarah Lowder/Universidad de Georgia)

Moyer quiere seguir estudiando la resistencia a los fungicidas a través de un proyecto un poco más pequeño similar al llamado FRAME, utilizando lo que ya han aprendido para encontrar mejores formas de probar la resistencia en otros patógenos, incluyendo el oídio downy (la cenicilla downy) y la pudrición.

Durante la reunión en línea, Moyer señaló que la resistencia del oídio a los fungicidas FRAC 11 parece aumentar a lo largo de la temporada de cultivo. Los investigadores universitarios participantes en la reunión no están seguros del por qué, pero podría ser el resultado de una combinación del comportamiento del patógeno y las prácticas de pulverización en los viñedos.

El objetivo final de esta investigación es proporcionar a los viticultores una forma económica, sencilla y rápida de detectar los patógenos que se encuentran en sus viñedos, así como cualquier resistencia a los fungicidas que puedan haber desarrollado esos mismos patógenos. Según Moyer, esta clase de información sería de gran ayuda para los responsables de la toma de decisiones de administración de pesticidas.

“Sería muy conveniente tomar una sola muestra, conocer ese viñedo y poder planificar los fungicidas adecuados para utilizarlos como corresponde”, dijo Miles, patólogo de la MSU.

por Matt Milkovich

Este artículo ha sido traducido por Jean Dibble y revisado por Jutsely Rivera. Puede ponerse en contacto con Jean en jean@goodfruit.com.


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