La rapidez con la que requiera ganar dinero determinará la elección de un Tutorado en V o vertical. La selección de variedades se determina en función de los deseos de los mostradores de ventas. La elección de portainjertos depende de… bueno, básicamente todo.
A los productores les aguarda un sinfín de decisiones, cada una plagada de riesgos. Aunque durante la reunión anual de la Asociación Frutícola Estatal de Washington, en diciembre en Yakima, Washington, un panel de cuatro horticultores oriundos de Washington intentó aminorar algunos de esos riesgos compartiendo conocimiento hortícola.
“El riesgo viene cuando uno no sabe lo que hace”, dijo el moderador del panel Jason Matson, citando a Warren Buffet. “Por ello, necesitamos saber qué estamos haciendo y, mejor aún, por qué hacemos cada tarea individual”.
Matson, jefe de operaciones de huertos para Matson Fruit Co. en Selah, Washington; Scott Crawford, gerente de Flat Top Ranch de Borton Fruit cerca de Burbank, Washington; Tye Fleming, horticultora y propietaria de un vivero de Orondo, Washington; y Dan Plath, de Washington Fruit and Produce Co. en Yakima, abordaron todo, desde el diseño de tutorados y fumigantes hasta el desmalezado y la selección de portainjertos, todo bajo a mira de reducir el riesgo a través de prácticas hortícolas.
Si bien el riesgo y el costo van de la mano, no siempre son exactamente lo mismo, explicó Plath. Después de recorrer el huerto hace varios años, Plath recordó al productor Charlie de la Chapelle Jr. que destacó cómo un sistema de gestión de huertos de apariencia cara puede minimizar el riesgo al reducir las cosas que están fuera del control del productor. Muchas veces, al mitigar la incertidumbre se mitiga el riesgo.
Plath no asistió al panel por motivos de salud, pero permitió que Matson expusiera sus diapositivas y pensamientos y participó con Good Fruit Grower en las preguntas de seguimiento.
Tutorado en V contra vertical
La decisión entre plantar en un tutorado en V en lugar de uno vertical se determina en función del tiempo que uno puede esperar para la producción.
Para Fleming, un pequeño productor, considera que los tutorados verticales tienen un menor riesgo porque sus árboles alcanzan la máxima producción antes, incluso si un tutorado en V le proporciona mayores rendimientos a largo plazo. Para él, reducir el riesgo tiene que ver con maximizar los rendimientos en sus primeros 10 años.
“Para limitar mi riesgo, quiero plantar barato, quiero llenar mi espacio rápidamente, quiero comenzar a recibir tonelaje y es posible que renuncie a algún valor presente neto a largo plazo por alguna ganancia a corto plazo”, agregó.
Favorece un sistema de paredes verticales fructíferas de una sola fila de 2 pies por 10 pies, el cual emplea técnicas de súper huso exento de ramas grandes. El sistema alcanza un máximo de 10 pies y produce algunos cultivos en el segundo año, con un rendimiento de 80 contenedores por acre en su madurez plena.
Con nuevos portainjertos para competir con Malling 9, los productores pueden y deben cultivar árboles rápidamente mientras que los cultivos son moderadamente tempranos, aumentando los rendimientos a medida que los árboles envejecen.
“Para limitar el riesgo, tenemos que ser capaces de cultivar y cosechar frutos al mismo tiempo, en lugar de escoger entre uno u otro”, detalló.
Su sistema también se presta para la mecanización; planea incorporar vallado este año.
Borton Fruit, por otro lado, prefiere los tutorados en V debido a que general mayores rendimientos a largo plazo, a pesar de que la empresa paga más al frente, refirió Crawford. Mayoritariamente, la empresa planta filas de 12 pies con una distancia entre árboles de 3 pies. Pretende alcanzar un promedio de cerca de 100 contenedores por acre.
Su fuente de mano de obra, la cual escasea en todos lados, también se beneficia de los mayores rendimientos del Tutorado en V. Hasta ahora, la empresa no se ha planteado la mecanización de su cosecha.
La empresa siembra algo de variedades Granny Smiths y Fujis en una pared vertical de 10 pies.
“Estamos prácticamente realizando el vallado y la plantación en algunos de estos sistemas que creemos que se prestarán a la mecanización, pero como no es nuestra intención quedarnos con lo que conocemos y sabemos hacer bien, todavía plantamos algunos tutorados en V”, ahondó Crawford.
El rendimiento hace una gran diferencia en la medición de costos y, por lo tanto, el riesgo, dijo Matson, y trató de cuantificar esa diferencia en su presentación. Por ejemplo, calculó que el costo por acre era mayor por cultivar manzanas en 100 contenedores por acre en lugar de 60 contenedores por acre. Sin embargo, el costo por cultivar cada contenedor es mayor al menor rendimiento.
Históricamente, los huertos de Matson en paredes verticales fructíferas producen alrededor de 60 contenedores por acre y entre 90 y 110 contenedores por acre en Tutorado en V, lo mismo para las variedades Scion, dijo Matson.
“Debido a esto, por causa del alto costo de capitalización de ambos sistemas, sentimos que el tutorado en V es menos riesgoso, porque creemos que nuestras probabilidades son mejores en contraste con la diferencia del beneficio marginal de tutorado en V que supera la diferencia de costo marginal”, explicó en una entrevista de seguimiento con Good Fruit Grower.
En términos generales, la mecanización es posible tanto en Tutorados en V como en verticales, dijo Matson. Es solo un poco más fácil en vertical.
Plath está de acuerdo. Ambos sistemas funcionan con mecanización, pero ha descubierto que el equipo parece estar diseñado para hileras de unidades más anchas que para muchos de sus bloques de Tutorado en V que, plantados a 10 pies de distancia, son más estrechos que los que se encuentran en la mayoría del sector.
“Los fabricantes investigan los sistemas de huertos con el fin de determinar de qué tamaño fabricar sus máquinas”, refirió Plath en los comentarios de seguimiento. “A veces, las máquinas que se están construyendo son demasiado grandes para los tutorados en V de 10 pies”.
Variedades
El factor más importante, pero no el único, para determinar qué variedades plantar lo constituye la preferencia de los mostradores de ventas.
“Si no es lo que quieren, uno no debería plantarlo”, dijo Fleming.
Crawford se adhirió a esa recomendación. Él cultiva la mayoría de las variedades, clubs entre otras, pero basa sus decisiones en torno a la plantación en lo que buscan los almacenes. Borton vende a través de la empresa de marketing Chelan Fresh.
Los panelistas también aconsejaron preguntarse que estaba en el horizonte de los viveros con miras al futuro. Además, debe tener en cuenta la gestión laboral, el tiempo de la línea de embalaje y la selección del sitio al elegir nuevas variedades, dijo Matson.
Portainjertos
A la pregunta sobre qué portainjertos recomendaban utilizar, los oradores contestaron de manera habitual: Depende.
Crawford usa solo portainjertos de Ginebra para cualquier plantación nueva porque la presión del fuego bacteriano es muy alta en su área cerca del río Snake. Muchos portainjertos de Ginebra resisten el fuego bacteriano.
Sin embargo, los productores tienen que usar lo que esté a su alcance, desarrolló Matson. En una entrevista en video para Good Fruit Grower después del panel comentó que él ha estado interesado en G.214 por algún tiempo, aunque no ha podido encontrar suficientes. Posteriormente, reduce la selección en función de los atributos deseados.
Fleming, un cultivador y propietario de un vivero, emplea la serie de Ginebra, aunque especificó que no tiene favoritos. Él solo trata de dar con el mejor portainjertos para la situación. Si está plantando Honeycrisp en un sitio de replantación defectuosa, tiene al G.890 en mente, pero para Gala prefiere G.41. Por otra parte, piensa que el G.11 tiene dificultades en la arena.
Él sugiere que los productores busquen a sus vecinos para averiguar qué funciona en dónde, tomar muestras de suelo de sus propios huertos, tomar decisiones informadas y probar varios portainjertos. El sector aún se encuentra en fase seminal en lo que al portainjertos Ginebra respecta y todos están en fase de aprendizaje sobre éstos. Aunque no sería viable esperar a tener todas las respuestas, dijo.
Fleming recomendó a los productores que consideren la posibilidad de combinar portainjertos dentro de un bloque debido a las variaciones en el suelo, pero siempre con precaución. “Requiere una buena dosis de hacer tarea”, aseveró. “Realmente uno tiene que mapear sus suelos correctamente”.
A continuación, algunos otros consejos surgidos de la discusión del panel:
—Matson ha corrido con suerte al ensayar con tratamientos de fumigantes de suelo a base de metam sódico para replantas de árboles individuales, especialmente en áreas con presencia de fuego bacteriano. Durante la replantación, su equipo cava un agujero en otoño, procede a tratarlo con metam sódico y lo deja trabajar durante el invierno. En la primavera, vuelven a destapar el agujero y replantan.
– Para el desmalezado orgánico, Fleming utiliza Suppress (ácido caprílico y ácido cáprico), un herbicida registrado por la Agencia de Protección Ambiental en 2015. “Es una maravilla”, refirió. Pero lo usa con moderación, de manera posterior a los métodos de quema y cultivo, debido a sus altos costos que ascienden a casi $60 USD por galón. También sugirió primero amortiguarlo a un pH bajo.
—Crawford opta por portainjertos, como los de la serie de Ginebra, que mitigan el riesgo de fuego bacteriano y cree que una mayor densidad de árboles también puede mitigar el riesgo al disminuir el costo de perder un árbol.