Este artículo apareció originalmente en la edición de diciembre de 2019 de la revista Good Fruit Grower: Yes to driverless in Washington orchards
La legislación de Washington permite los vehículos autónomos en los huertos.
Karen Lewis, especialista en extensión de árboles frutales de la Universidad Estatal de Washington, quiere correr la voz, pero quiere que los productores lo escuchen de primera mano: del Departamento de Trabajo e Industrias del estado.
“Sí, están permitidos”, aseguró Teri Neely, gerente del programa de seguridad de servicios técnicos de la División de Seguridad y Salud Ocupacional del departamento, el órgano estatal que regula e investiga la seguridad en el trabajo.
Esa respuesta clara es importante para Lewis, ya que se ha encontrado con muchos productores que creen que las regulaciones estatales impiden la presencia de los vehículos autónomos en las granjas. En las encuestas, al preguntarles sobre qué herramientas buscan, los productores suelen nombrar a los tractores mejorados, pero rara vez mencionan a los tractores autónomos, indicó Lewis, uno de los defensores más aguerridos en pro de la mecanización de la industria. Cuando habla con los productores, a menudo reaccionan con sorpresa y se interesan más cuando descubren que los vehículos autónomos están permitidos. En primavera, durante una visita de la industria a los Países Bajos, una demostración de tractores autónomos suscitó entusiasmo por parte de algunos de los productores durante el viaje.
“Si no sabes que están disponibles, lo más seguro es que no los solicites”, afirmó Lewis.
La confusión va más allá de Washington.
Cuando Good Fruit Grower contactó a los departamentos estatales de agricultura y a los reguladores en materia de seguridad laboral en los principales estados productores de fruta, fue difícil dar con una respuesta clara con respecto al estado legal de los vehículos autónomos. Al igual que Washington, Michigan, Pensilvania, Nueva York y Oregón carecen de secciones en el código administrativo que tratan específicamente de vehículos autónomos. Pero, ¿significa eso que dichas herramientas están permitidas por omisión? Parecía no haber ningún consenso claro.
En ocasiones, esta confusión ocurre cuando la tecnología o cualquier avance en las prácticas agrícolas van un paso adelante de las regulaciones, explicó Mark O’Neill, director de comunicaciones del Buró de Agricultura de Pensilvania.
Para asegurarse de cumplir con regulaciones estatales poco claras, alguien viajó en tractor autónomo en una demostración de viñedos el verano pasado en Nueva York.
El centro tecnológico de California fue la excepción. Técnicamente, las regulaciones permiten implementos autónomos, como tractores, pero requieren de manera explícita que un operador humano esté a bordo o dentro de un área de 10 pies. Lo cual desincentiva su uso, señaló Frank Polizzi, portavoz del Departamento de Relaciones Industriales de California.
“En efecto, prohíbe el uso de la mayoría de los equipos autónomos porque … la intención de la mayoría de los equipos autónomos es no tener empleados humanos cerca”, explicó Polizzi en un correo electrónico.
Los reguladores estatales a principios de este año negaron una petición de la Asociación de Fabricantes de Equipos para suavizar esas restricciones.
Varias empresas manufactureras están trabajando en el desarrollo de podadoras y cosechadoras robóticas, pero Lewis sospecha que los tractores utilizados para segar o transportar contenedores serían más viables y baratos para los productores. También existen compañías que fabrican y venden tractores o kits automatizados para automatizar los existentes, informó Lewis.
Actualmente, está tratando de convencer a algunos fabricantes para que realicen demostraciones en Washington.
Otro ámbito idóneo para la automatización: la pulverización, eliminando los riesgos para los humanos. Lav Khot, profesor de sistemas biológicos en la Universidad Estatal de Washington, está trabajando con fabricantes en ese tema, indicó Lewis.
Neely, de Labor and Industries, consideró razonable el malentendido porque las regulaciones no ahondan realmente en ese punto. La mayor parte del Código Administrativo de Washington en materia de seguridad agrícola precede a la automatización.
Esto probablemente cambie algún día, pero por ahora, los incidentes que involucren maquinaria automatizada en granjas se investigarán caso por caso, apuntó. Por ejemplo, si los funcionarios determinan que la falta de capacitación ha contribuido a un accidente, usarán las secciones de capacitación para dictaminar reparaciones o imponer multas. Si la oscuridad contribuye al problema, llevarán a cabo acciones con base en cláusulas que exijan una iluminación adecuada.
—por Ross Courtney