Las enfermedades de la madera de la vid acechan prácticamente en todos los lugares donde se cultivan las uvas, pero las mejores prácticas de manejo no se comprenden bien en las regiones vitivinícolas más jóvenes.
Para los productores de uva de vino de Minnesota, la prevalencia de estos patógenos de descomposición de la madera fue una sorpresa en 2018; cuando el viticultor visitante Richard Smart planteó el problema de los chancros de la madera, puso un problema previamente desconocido en la parte superior de la lista de prioridades de la industria.
Dos años después, gracias a una subvención para respuestas rápidas de la Universidad de Minnesota, los investigadores están comenzando a comprender qué patógenos son más comunes en los viñedos de Minnesota, dijo Davy DeKrey, un estudiante graduado que trabaja con el patólogo forestal Robert Blanchette para estudiar la enfermedad de la madera de la vid.
En realidad son enfermedades, dijo DeKrey. La enfermedad de la madera de la vid es un complejo que abarca docenas de diferentes patógenos fúngicos que se han identificado en las vides hasta ahora. “La denominación es muy confusa”, comentó.
El complejo incluye patógenos comúnmente conocidos como yesca, eutypa, phomopsis del brazo muerto y chancros por Botryosphaeria, dijo Annie Klodd, especialista de extensión en fruta de la Universidad de Minnesota. En este punto, es más importante que los productores comprendan que tienen un patógeno que pudre la madera que cuál tienen, dijo, pero más investigaciones ilustrarán si algunos de los patógenos representan una amenaza más grave que otros en las condiciones climáticas de Minnesota.
Estudio
En general, las enfermedades de la madera de la vid, rara vez se encuentran en viñedos jóvenes. Pero a medida que las vides y las regiones vitivinícolas maduran, las descomposiciones lentas pueden volverse más frecuentes y reducir el vigor y el rendimiento de la vid.
“Nuestra industria es mucho más joven que la de California”, donde el manejo de las enfermedades de la madera se ha estudiado de una manera más amplia, dijo DeKrey. Cuando comenzó su estudio, “la mayor parte de los viñedos comenzaban a tener unos 10 años; es entonces cuando empiezas a ver que las vides se deterioran a causa de las enfermedades de la madera”.
Es posible que los síntomas no se hayan tomado en cuenta en el pasado porque estas enfermedades de la madera pueden confundirse con lesiones invernales cuando ocurre la muerte regresiva en el cordón, dijo Klodd. Pero el vórtice polar de 2019 fue en realidad el culpable de la pérdida significativa de vides del año pasado, que algunos productores en pánico atribuyeron erróneamente a las enfermedades de la madera de la vid recién descubiertas.
“Estuve visitando viñedos con secciones que estaban muertas hasta el suelo. Eso no es algo que la enfermedad de la madera pueda hacer”, dijo Klodd. “Es un deterioro mucho más gradual”.
Para su primer estudio en 2019, DeKrey tomó muestras de 34 viñedos en Minnesota y Wisconsin, y examinó las muestras de troncos, cordones, raíces y brotes de 18 cultivares diferentes resistentes al frío. La siguiente pregunta en la investigación para la que está recopilando datos actualmente es: ¿los patógenos están ingresando a través del material vegetal de los viveros?
“El punto de partida del proyecto es establecer quiénes son estos hongos”, dijo. Todavía está procesando algunos datos, pero los patógenos más prevalentes parecen ser Cytospora viticola y Diaporthe ampelina, hongos de crecimiento relativamente rápido causantes de chancros, dijo. A veces, los hongos causantes de podredumbres siguen a estas infecciones de chancros, provocando el deterioro de las plantas.
Los productores estaban más preocupados por el chancro causado por Botryosphaeria, al que Smart hizo referencia durante su visita, refiriéndose a los hongos de la familia Botryosphaeria, pero las especies del género en sí mismas han sido relativamente raras, indicó DeKrey. En este punto, los investigadores no saben lo suficiente como para decir qué patógenos pueden ser más preocupantes, por lo que tanto él como Klodd advirtieron que la presencia de cualquier patógeno de la enfermedad de la madera de la vid debería llevar a los productores a pensar en los cuidados de la poda y la desinfección de los viñedos.
Control
Una vez que los productores encuentran madera podrida en sus cordones, que tiene un aspecto de cuña de decoloración, deben cortar hasta que la madera esté clara para eliminarla por completo. Mojar la madera puede hacer que sea más fácil ver la decoloración, dijo DeKrey.
Las heridas por la poda proporcionan un punto de entrada a estos patógenos, por lo que los productores deben podar en momentos de menor riesgo y desinfectar las herramientas de poda como mejores estrategias de manejo, mencionó DeKrey. Una investigación realizada en la Columbia Británica sugiere que para las regiones de cultivo de uva con inviernos fríos, los meses de invierno son el mejor momento para podar y proteger las heridas de poda de la infección por hongos.
Pero está el invierno, y luego está el invierno de Minnesota, y es difícil convencer a alguien de que pode en enero, cuando está a -15 °C (5 °F) y hay 90 centímetros (3 pies) de nieve en el viñedo, indicó Klodd.
Algunos productores sí cambiaron a la poda en invierno la temporada pasada, pero está lejos de ser la norma, afirmó. Klodd y DeKrey trabajarán con un productor que ha mantenido registros detallados, para ver si pueden correlacionar las fechas de poda con la infección por la enfermedad de la madera de la vid y, esperan, proporcionar información específica de Minnesota que pudiera ayudar a argumentar que las complicaciones de la poda de invierno merecen la pena en lo que se refiere a la prevención de enfermedades.
“Si existe un beneficio demostrado, creo que nos ayudará a proporcionar más información a los productores”, dijo Klodd.
Klodd también recomienda, con base en investigaciones de otras regiones, que los productores prueben el uso de pintura de látex para proteger las heridas, especialmente si están renovando un tronco. Pero nuevamente, es una práctica que quiere probar para asegurarse de que la pintura sea lo suficientemente protectora en condiciones realmente frías y húmedas.
“No va a causar daño, así que también podrían probarlo”, dijo.
—por Kate Prengaman