Algunas de sus peras Bartlett se destinarán al empaque en fresco. Otras irán a parar a la procesadora.
Si puede, decida cuál va a ser su destino durante el invierno, mientras poda.
Cada año, la industria de la pera de Washington y Oregón se esfuerza por conseguir el equilibrio adecuado entre las peras destinadas al mercado fresco y las destinadas a las dos fábricas de enlate de la región. Algunos cultivadores tienen contratos con las fábricas de conservas para todo su cultivo de peras Bartlett. Otros cada año investigan el mercado para encontrar los mejores precios para su cosecha.
Debido a los precios establecidos por las fábricas de enlatados para el 2023 hay uno relativamente aceptable de 395 dólares por tonelada; lo que hace que éste sea un buen año para destinar con anticipación los bloques de fruta a sus respectivos mercados, dijo Steve Carlson, gerente de campo de Del Monte, la mayor conservera del noroeste. Según Carlson, es probable que estos precios se mantengan.
“El mercado de Bartlett mantendrá una tendencia de mejorar favorablemente durante un tiempo”, dijo, debido a un saludable equilibrio entre la oferta y la demanda.
Es común tomar la decisión en el momento de la cosecha con la selección por calibre: utilizar una anilla de calibre para determinar qué peras van frescas y cuáles van para proceso. Algunos productores tienen “tamices” que dejan pasar las peras más pequeñas, destinadas al enlatado.
El decidirlo pronto permite adaptar la poda a cada destino de consumo. Algunos cultivadores del valle de Yakima, en Washington, compartieron sus trucos con Good Fruit Grower.
En primer lugar, “Elijamos los árboles adecuados”, dice Shawn Phelps, cultivador del valle de Yakima.
Él destina sus árboles más jóvenes y vigorosos a la producción de fruta fresca y sus árboles más viejos a la industria de conservas. La mayor diferencia en la poda son los objetivos del tamaño de la fruta, afirma.
El mercado de productos frescos exige peras grandes, lo que significa podarlas para exponer los brotes fructíferos a la luz del sol y aislarlos para que no sufran rozaduras, explica Phelps.
“Intentamos empacar estos”, dijo Phelps, señalando varias hileras de Bartlett plantadas alrededor de 2001.
“Los podaremos agresivamente”, añadió. Su objetivo es conservar todas las ramas pequeñas, para tener “más posibilidades de tamaño y que no queden marcas de roce”. Así es que intente separarlas”.
Para las ramas fructíferas, él y el encargado de su huerto, Trino Arias, buscan ramas de un año que crecen hacia arriba, que luego las acortan para fomentar un nuevo vigor y que se engruesen para que sirvan como apoyo. También podan las ramas cercanas más grandes que podrían más adelante dar sombra a la fruta en desarrollo en la temporada.
Las peras destinadas a las enlatadoras proceden de sus árboles más viejos, que no mueven los nutrientes con tanta rapidez y la fruta no tiene el suficiente tamaño.
Las fábricas de conservas quieren tonelaje, lo que significa podar para fomentar altos rendimientos. Él deja más ramas fructíferas, pensando que el tamaño y el roce de las ramas no son tan importantes.
“Estos árboles… simplemente son más viejos”, dice mientras señala un bloque que tiene casi 90 años. “Vas a dejar muchas más ramas pequeñas en ellos, por lo que obtendrás más fruta”.
Phelps también aplica más fertilizante a los árboles para las enlatadoras fomentando la producción de fruta, afirma. Si se fertilizan demasiado los árboles más jóvenes, se corre el riesgo de que aparezca el fuego bacteriano (fire blight).
Tanto para las peras frescas como para las procesadas, Phelps y Arias podan las ramas de un año para fortalecerlas y obtener frutos más grandes.
“Todo lo que quieras que crezca, lo podamos”, afirma.
Otros productores tienen ideas similares sobre la poda en función del tamaño frente al rendimiento.
Andrew Sundquist, de Sundquist Fruit and Cold Storage, en Yakima, selecciona los bloques más jóvenes y de mayor densidad para el empaque en fresco y los árboles más viejos para la industria que envasa. También poda los árboles en función del tamaño de la fruta y del segmento del mercado.
Sin embargo, la mayoría de sus bloques de peras Bartlett se destinan al procesamiento. Estas, se encuentran en zonas con menos unidades de calor y no tienen tan buen tamaño, dice. Sin embargo, el aumento de la demanda de la fruta embolsada puede abrir oportunidades para la fruta más pequeña en el mercado de frutas frescas.
Los precios de las conservas han dado al agricultor de Wapato Phil Doornink una sensación de estabilidad, lo que facilita las decisiones de poda, dijo.
“Me encanta saber exactamente lo que voy a obtener cada año”, dijo Doornink.
Al igual que su vecino, Phelps, poda en función del tamaño de la fruta y de la luz solar y tiene cuidado con el roce de las ramas. Tiene bloques de cultivo en lo alto de una cresta que están expuestos a fuertes vientos, los aparta para las fábricas de conservas, aunque produzcan peras grandes. La fruta suele estar demasiado dañada para empaque fresco, dice.
Las hojas complican la poda este año, dijo. El prolongado clima cálido del otoño, seguido de la repentina llegada del frío, dejó las hojas aferradas a las ramas hasta enero. Sin embargo, Doornink lo aprovecha al máximo, ya que las hojas le ayudan a él y a sus podadores a encontrar canales de luz para la fruta, algo que se tienen que adivinar cuando se podan ramas sin hojas.
Doornink también advierte del peligro de tomar decisiones demasiado rígidas.
Cada invierno, marca los árboles para conserva o la fruta fresca, basándose históricamente en el tamaño de la fruta que producen. Su objetivo es repartirlas al 50 por ciento.
Pero no pierde de vista el mercado a lo largo del año y se adapta como se necesita. Con los altos precios de la fruta para conserva, a veces resulta más económico recolectar todo el bloque para el procesamiento, independientemente del tamaño de la fruta.
“Estamos en constante comunicación con nuestra bodega y nuestro departamento de ventas”, afirma.
—por Ross Courtney
Este artículo ha sido traducido por Jean Dibble y revisado por Jutsely Rivera. Puede ponerse en contacto con Jean en jean@goodfruit.com.