Semillero de Ideas aumenta los premios de su segundo concurso
Semillero de Ideas, una organización sin fines de lucro de Washington que ayuda a los trabajadores del campo a comercializar sus propios inventos, está preparando su segundo concurso de innovación y ha aumentado considerablemente sus premios.
El concurso, denominado Tus Ideas Cuentan, Concurso Manzana 2024, invita a los trabajadores agrícolas a presentar ideas sobre cómo mejorar la cosecha de manzanas para ellos mismos, sus empleadores y el medio ambiente.
Este año, el concurso ofrece un total de USD $15,000 en premios, gracias al patrocinio de Once Upon a Farm, una empresa de nutrición infantil cofundada por la actriz Jennifer Garner.
“Que una marca nacional como Once Upon a Farm ponga $15,000 sobre la mesa para apoyar nuestro desafío envía un fuerte mensaje a los trabajadores agrícolas de que sus ideas sí importan”, dijo en un comunicado Erik Nicholson, director ejecutivo interino del Semillero de Ideas.
El premio para el primer puesto es ahora de USD $6,000; el segundo, de $4,000; el tercero, de $2,000; y se concederán tres premios de $1,000 dólares a las propuestas que ayuden a proteger el medio ambiente.
El plazo de inscripción se ha ampliado hasta el 30 de noviembre.
Para más información sobre el concurso, visite la página de Facebook de la organización: https://www.facebook.com/SemilleroDeIdeas.CentroDeInnovacionDeCampesinos.
—R. Courtney
Cansado de magullarse los hombros durante la cosecha, Luis Alejandro Barrera compró una mochila de segunda mano en un mercado de pulgas y cosió su propio arnés acolchado.
Este año, mientras este trabajador con visa H-2A se pone su creación para trabajar en la temporada de cerezas de la Cuenca del Columbia, Washington, alberga sus anhelos de fabricar más arneses, salvar los hombros de sus compañeros y ganar algún dinero con su ingenio.
“Quiero que funcione bien para mis compañeros, porque si hacemos llegar esto a todos, van a poder trabajar mejor y ser más productivos”, dijo Barrera. “Y si eres más productivo, entonces puedes ganar más dinero”.
Tiene ayuda.
Erik Nicholson, anterior vicepresidente nacional del sindicato La Unión de Campesinos (United Farm Workers), quiere ayudar a Barrera y a otros trabajadores que tienen en mente innovaciones, pero carecen de los recursos necesarios para desarrollarlas. Nicholson, ahora consultor privado para la industria agrícola, creó Semillero de Ideas para abrir un camino que permita a los trabajadores desarrollar sus inventos y obtener beneficios de ellos.
En el otoño del año pasado, Barrera ganó el primer concurso llamado Reto a la Innovación (Innovation Challenge) del grupo de inventores, lo que le valió un premio de USD $1,000 y la ayuda gratuita de un abogado. Ese abogado le ha aconsejado que no comparta públicamente fotos de su diseño hasta que tenga una patente, porque si lo hace, podría diferenciar su enfoque al de otros arneses acolchados ya en el mercado.
Respuesta de la industria
Barrera trabaja para McDougall and Sons, un productor de huertas de sistema integrado verticalmente con huertas en Wenatchee y la Cuenca del Columbia.
“Me parece una gran idea”, dijo del arnés, gerente de zona de McDougall. También lo es el Semillero de Ideas; los empresarios deberían escuchar las ideas de sus trabajadores, dijo.
Corresponderá a los inventores comercializar sus ideas, pero los empresarios podrían ponerlos en contacto con socios que pudieran ayudarles, dijo.
Nicholson expuso el concepto del centro de innovación a grupos industriales, como la Asociación de Árboles Frutales del Estado de Washington (Washington State Tree Fruit Association), y también escuchó a los trabajadores como uno de los puntos centrales de su currículo de liderazgo.
El sector de la fruta de árbol necesita una mano de obra que se sienta cómoda con las nuevas ideas y herramientas, dijo Jon DeVaney, presidente de la asociación. El Semillero de Ideas parece un paso en esa dirección, comentó.
“Debería haber una coincidencia de intereses entre los empresarios y los defensores de los trabajadores” sobre la innovación en el lugar de trabajo, dijo.
A Walt Duflock, vicepresidente de innovación de Western Growers, con sede en California, le gusta la motivación del Semillero de Ideas, pero subraya que hasta ahora sólo se han mantenido conversaciones preliminares. Western Growers es conocida por examinar empresas emergentes de agrotecnología y ayudarlas a comercializar con investigaciones de campo de cultivos especializados cuando los productos están listos.
Duflock advirtió que el arnés de Barrera y cualquiera de los futuros ganadores del Reto a la Innovación se enfrentan a un camino largo, costoso y arriesgado. Necesitarán mucho apoyo para crear una empresa. Recomienda que la nueva organización no lucrativa puede crear un laboratorio financiado con subvenciones, con representantes de empresas y universidades que ayuden a los aspirantes a empresario a encontrar capital y lograr la escala deseada.
“Nada de esto va a suceder de la noche a la mañana”, afirmó Duflock.
Nada más empezar
Barrera y el Semillero de Ideas apenas están comenzando, pero él y el negocio no lucrativo han logrado generar cierto impulso.
Este año, la Asamblea Legislativa del Estado de Washington asignó USD $500,000 a la organización durante dos años, que Nicholson prevé utilizar para crear un laboratorio de innovación parecido a lo recomendado por Duflock. Rachel Noah, directora de operaciones de la empresa Taggares Fruit Co., cerca de Tri-Cities, Washington, le ha dicho a Barrera que su empresa podría comprar algunos de sus arneses. Ella fue jurado en el Reto a la Innovación que ganó Barrera.
Sin embargo, ya existen arneses acolchados que se venden por unos USD $25. Los trabajadores de Washington Central a veces los compran y trabajan con ellos.
Barrera llegó al Semillero de Ideas cuando Nicholson y unos voluntarios atendían un puesto en el mercadillo de Mattawa para promocionar el primer concurso Reto a la Innovación.
Las otras 37 candidaturas incluían peldaños de escalera acolchados para evitar magulladuras en las espinillas, un poste bifurcado para facilitar el raleo de las frutas pequeñas y guantes retráctiles que protegen los dedos de los trabajadores al tiempo que mantienen la seguridad alimentaria.
La organización creó el concurso en respuesta a 60 entrevistas de trabajadores con Josefina Luciano, voluntaria del Semillero y trabajadora agrícola cerca de Sunnyside.
“No tenemos un lugar donde ir a desarrollar estas ideas, y luego ¿quién va a escucharnos o prestar atención a lo que estamos haciendo?”, dijo Luciano.
Nicholson tradujo las entrevistas de Good Fruit Grower con Barrera y Luciano.
Barrera, al que le faltaba solo un curso para licenciarse en agronomía por la Universidad Autónoma de Nayarit, México, dudó en acercarse al Semillero de Ideas por miedo a que alguien le robara su idea.
Este hombre, padre de cuatro hijos, creció en Nayarit, en el centro oeste de México, donde su familia aún posee una estancia de caña de azúcar. Barrera mantiene una casa en la propiedad y espera algún día hacerse cargo del negocio agrícola y ampliarlo.
Él y su padre solían fertilizar la caña de azúcar a mano, llevando cubos con arneses que hacían con tiras de sacos de fertilizante rasgados. Aprendió a coser mientras remendaba cintas transportadoras en una refinería de caña de azúcar.
“Tenemos muchas ideas que podemos aportar”, afirmó.
—por Ross Courtney
Este artículo ha sido traducido por Jean Dibble y revisado por Jutsely Rivera. Puede ponerse en contacto con Jean en jean@goodfruit.com.